Y ya pasaron 20 años...
Agencia Fronteriza de Noticias
IZZI
VOTAR ES UN DERECHO Y UNA OBLIGACIÓN. VOTA ESTE PRÓXIMO 2 DE JUNIO
Programas Keila
Programas Fernando
Translate this website into your desired language:

Y ya pasaron 20 años...

TIJUANA, BC - sábado 22 de marzo de 2014 - DORA ELENA CORTÉS.
8459
AFN POLÍTICO
 
*.- Dos décadas del crimen de Colosio… Y parece que fue ayer
 
DORA ELENA CORTÉS
[email protected]
 
TIJUANA BC 22 DE MARZO DE 2014 (AFN).- Este domingo 23 de marzo se cumplen 20 años del crimen del candidato priísta a la presidencia de la República Luis Donaldo Colosio en Tijuana y pareciera que las cosas poco o nada han cambiado; pareciera que fue ayer cuando se cometió ese terrible e impensable crimen y ya han pasado dos décadas.
 
Y tras esos 20 años de la ejecución la gente se sigue y me sigue preguntando: ¿fue un asesino solitario o fue un complot? La única verdad es que nadie sabe ni mucho menos está seguro de lo que ocurrió esa tarde en esta frontera y muy probablemente nadie lo sabrá en muchos años por el desaseo que se tuvo de las investigaciones, por el empecinamiento de las autoridades de fortalecer solamente la línea de un criminal solitario y por el desinterés posterior de seguir con esas investigaciones.
 
Este domingo muy seguramente habrá mucha gente en esa humilde colonia de Tijuana por dos razones: la primera por el simbolismo que representa el que se estén cumpliendo 20 años de esa muerte y la segunda porque prácticamente estamos en año electoral, y ya en estos momentos hay quienes desean participar en los comicios de 2015 y se están promocionando, y para eso Luis Donaldo Colosio les será, como en todos estos años ha sido, de mucha utilidad ya muerto.
 
El crimen de Luis Donaldo Colosio
 
La tarde del miércoles  23 de marzo de 1994 todo estaba supuestamente listo para recibir a Luis Donaldo Colosio en Tijuana, el cual cumpliría en esta ciudad una agenda que no quedaba muy clara ya que los organizadores del evento no la dieron a conocer con toda precisión previamente a los medios de difusión lo cual resultaba extraño ya que normalmente en estos casos la información fluía con varios días de anticipación por el interés de los partidos de que fueran cubiertas las actividades de sus abanderados nacionales.
 
Luis Donaldo Colosio era prácticamente considerado ya, el nuevo presidente de la República por ser el candidato del partido en el poder, no obstante que a nivel nacional ya corrían extrañas versiones en el sentido de que Donaldo no llegaría a esa presidencia y otras en el sentido de que “algo le pasaría” antes de los comicios federales de ese año; y así ocurrió.
 
En mi caso como encargada en Baja California del periódico nacional EL UNIVERSAL decidí que nuestra oficina trabajaría solamente la cobertura cotidiana de los hechos ocurridos en la entidad, ya que este diario -como lo hacían y lo hacen todos- había asignado “enviados especiales” para atender el recorrido y en mi caso no me parecía andarlos siguiendo a ellos en lugar de hacer algo de mayor provecho.
 
  En Tijuana, entonces, estaban ocurriendo muchas cosas: las actividades criminales iban creciendo; el cártel de los hermanos Arellano Félix estaba en todo su apogeo y apenas unos 20 días antes, agentes de la Procuraduría General de la República encabezados por Alejandro Castañeda Andrade habían muerto en una de las más cruentas balaceras de las que tuviésemos memoria en esos tiempos y que se escenificó sobre el bulevar Díaz Ordaz de La Mesa, frente al “Mercado de Todos”. También murieron criminales en una mezcla extraña de agentes estatales, federales y narcotraficantes.
 
De igual forma trascendió por investigaciones de inteligencia, que unos días antes del crimen del candidato priísta, sicarios al servicio de los narcotraficantes mencionados estaban preparando una emboscada en contra del Procurador General de la República de ese entonces, durante una visita que por una situación no revelada, finalmente se canceló como también posteriormente se dio marcha atrás en esa orden de “ejecución”.
 
  Eran los tiempos de Ernesto Ruffo Appel como primer gobernador panista de Baja California y cuando su Procurador de Justicia Juan Francisco Franco Ríos era no solamente cuestionado sino acusado directamente por el Procurador General de la República, Diego Valadés de estar involucrado con los narcotraficantes, por unas credenciales -que luego se dijeron que eran apócrifas- encontradas a delincuentes en la discoteca “Christine” de Puerto Vallarta Jalisco, cuando se enfrentaron pistoleros de Joaquín “el Chapo” Guzmán con sicarios de los Arellano Félix. Así es que teníamos mucho trabajo por hacer.
 
  No obstante eso nos mantuvimos al tanto de las actividades de Luis Donaldo, desde el momento en que llegó al aeropuerto internacional de esta ciudad, para dirigirse a “Lomas Taurinas”. Su arribo a Tijuana fue sumamente accidentado, según se confirmó más tarde, ya que desde ahí se vio el “relajamiento” de su equipo de seguridad, que no obstante que había poca gente esperándolo, el tumulto que se le fue encima podría haberle dañado.
 
El crimen en Lomas Taurinas
 
Después de ese desordenado recibimiento, Luis Donaldo Colosio fue trasladado a Lomas Taurinas en un convoy que no llevaba seguridad local, ya que según se supo después, encargados de la organización del evento pidieron directamente al gobierno municipal que no desplegara policías ni en apoyo para la circulación de la comitiva, ni para facilitar el traslado por las vialidades por donde pasaría el candidato ni mucho menos en el lugar donde Luis Donaldo Colosio se reuniría con centenares de seguidores “porque no le gustaba ver policías”. Pese a esto el entonces alcalde de la ciudad Héctor Osuna Jaime, según comentaría varias ocasiones con esta periodista, no quedó tranquilo y de acuerdo con el gobernador Ernesto Ruffo Appel decidió desplegar a sus elementos en puntos “clave” y movilizar a su entonces “Grupo Táctico” encabezado por el aguerrido jefe policiaco David Rubí.
 
  Pero ¿por qué escogieron Lomas taurinas para esta visita?
 
  Esto ha sido muy cuestionado desde entonces y durante todos estos años por millones de mexicanos que al conocer las condiciones particularmente topográficas del lugar coinciden en que era el sitio menos adecuado para un evento de esta naturaleza y el más proclive para un atentado, que finalmente ocurrió.
 
  Desde cualquier punto, según se ha dicho podría haberse ubicado algún francotirador y desde ahí atentar en contra del candidato presidencial; otra forma, sería tal y como ocurrió en medio de la muchedumbre, lo cual los defensores de la teoría del “asesino solitario” utilizan como argumento para decir que no pudo haber un complot, ya que el criminal quedaría atrapado en el lugar como insisten que quedó Mario Aburto Martínez.
 
  Sin embargo otros señalan que esa es la mejor manera de cometer un atentado de esta naturaleza, ya que igual podrían los asistentes confundirse con el autor o los autores de los balazos, por la sorpresa y la velocidad de los hechos ocurridos. Por eso siguen las dudas de que si Aburto fue realmente quién disparó y si él hizo efectivamente los dos disparos y más si se toma en cuenta la forma tan forzada de la explicación que se dio sobre el presumible giro que dio el cuerpo de Colosio para haber recibido esos dos tiros en fracciones de segundos.
 
  Volviendo al por qué Lomas Taurinas fue elegida como escenario del evento masivo más importante de Colosio en Baja California, Antonio Cano Jiménez ex presidente del PRI en Tijuana nos reveló que fue porque la ahora reclusa Elba Esther Gordillo se empecinó en que en esta ciudad hubiese un evento de sus maestros con el candidato.
 
  Por esto del Comité de campaña de Colosio le estuvieron llamando para insistirle en que el acto masivo que finalmente se programó en Lomas Taurinas se hiciera en un lugar que estuviera entre el aeropuerto de la ciudad (lugar de llegada) y el Club Campestre de Tijuana (lugar de destino).
 
  Dijo que inclusive un general que visitó el sitio no objetó esta colonia argumentando que habían estado “en otras peores” y que no había sucedido nada, cuando es bien conocido por muchos que los encargados de la seguridad de un personaje de este nivel, son muy quisquillosos con los lugares a donde los llevan, rechazando de manera rotunda aquellos espacios en los que no pueden tener control y con mucha mayor razón uno como éste que estaba rodeado de cerros.
 
  Ocurrido el crimen no dejaron de sonar nuestros teléfonos con información de nuestras “fuentes” allegando los datos muy precisos de lo que estaba ocurriendo, por eso de inmediato nos activamos en la oficina local de El Universal y empezamos a darle seguimiento a todos los ángulos de esta noticia que no terminamos de entender en ese momento de total confusión.
 
  La adrenalina estaba a su máximo nivel; todo lo que ocurría en la ciudad nos parecía confuso y sentíamos el ambiente de tensión que se podía respirar en esta frontera cuyos residentes estaban pendientes de todos los medios impresos y electrónicos para saber qué era lo que sucedía con el candidato, ya que la noticia había corrido como “reguero de pólvora”.
 
  De esta forma empezamos a investigar sobre Mario Aburto, dimos seguimiento cercano a las averiguaciones que se estaban realizando, a lo que sucedía con el candidato cuya vida pendía de un hilo en el Hospital General, en tanto nuestros teléfonos habían “enloquecido” ya que ahora no solamente nos hablaban nuestras “fuentes”, sino que también reporteros de todas partes del mundo pero principalmente de la sede de nuestro diario que no encontraba a sus enviados ya que como la mayor parte de los reporteros nacionales que venían con la comitiva, habían cruzado la frontera para hacer sus tradicionales compras en tiendas de Estados Unidos.
 
  Algunos que no tuvieron la suerte de contar con una visa se contentaron con ir al mayor centro comercial de Tijuana ubicado en la Zona Río y cuando más emocionados estaban eligiendo las prendas y perfumes a adquirir se encontraron a uno de sus compañeros cuando iba a comprar más rollos de película para su cámara fotográfica, y éste fue quien les dio la fatal noticia que en principio no creyeron. Varios de estos reporteros terminaron perdiendo su trabajo en sus medios informativos cuando regresaron a la capital de la República, después de “recetarse” el fuerte regaño de sus editores.
 
  Pero regresando Tijuana, una llamada de un médico local hizo que nuestros relojes se detuvieran cuando nos reveló: “en este momento (19:45 horas) Luis Donaldo Colosio fue declarado muerto”. El atentado había ocurrido a las 17:10 horas -tiempo local- sin embargo se le intentó salvar la vida con los médicos que iban llegando, ya que no se había dispuesto una guardia para en caso de que se presentara una emergencia en esta visita.
 
  De inmediato informé a nuestra oficina central en la capital de la República pero la noticia la tomaron con mucha reserva, ya que insistían en que no se había dicho nada de manera oficial y que ningún otro medio estaba hablando de esa muerte. Al igual que nosotros otros reporteros locales tuvieron la oportunidad de obtener esa misma información pero de igual manera ninguno de sus medios se animaba a dar como cierta esta noticia, sobre todo porque no tenían una idea precisa de la gravedad de las heridas recibidas por el candidato presidencial. Poco más de una hora después Liébano Sáenz Secretario de Información y Propaganda de la campaña salió del hospital y muy serio ante reporteros anunció de manera oficial ese deceso.
 
  Durante esa noche -que fue interminable- el trabajo no se detuvo ya que a la noticia del deceso, se dieron zipizapes en las afueras del hospital; Antes llegó un helicóptero para llevarse al paciente a un hospital de San Diego, pero ya no pudo ser utilizado y finalmente salió del Hospital General la unidad manejada por Othón Cortés -que luego fue señalado como el presunto segundo tirador- en la que iba el cuerpo de Luis Donaldo, con rumbo al aeropuerto y acompañado entre otros por el jefe de su seguridad, el General Domiro García Sánchez, quien en esa tarde falló en su encomienda.
 
A la cardióloga Patricia Aubanel la interceptaron reporteros locales cuando salía sumamente nerviosa del nosocomio; ella dio los primeros informes del estado de salud del candidato y reveló posteriormente en una entrevista para Radio Enciso que Luis Donaldo había recibido dos impactos de diferente calibre en el cuerpo; esta declaración nosotros la retomamos y al trascender a nivel nacional, la doctora fue “conminada” a mandar un boletín en el que reconocía que ella no era especialista para determinar si las heridas que tenía el priísta habían sido producidas por calibres diferentes, y desde entonces ya nunca más volvió hablar este caso.
 
  Pero volviendo la noche del crimen, también en el aeropuerto internacional de Tijuana había bastante movimiento ya que iban y venían personajes y políticos de talla nacional y entre otros hizo su aparición la familiar figura del entonces gobernador del vecino estado Sonora Manlio Fabio Beltrones Rivera a quien acompañaban sus elementos de seguridad encabezados por Jaime López Ferreira (El Velio, papá de Chris López) quien se hizo cargo, según se reveló del primer interrogatorio que se hizo a Mario Aburto, fuera de las instalaciones de la PGR y antes de ser entregado en la capital de la República.
 
¡Fueron ustedes! Acusa el Procurador a Ruffo
 
Al día siguiente muy temprano llegó Tijuana el entonces Procurador General de la República Diego Valadés que enfurecido acusó al gobernador Ernesto Ruffo Appel -en cuanto lo vio- de haber sido ellos quienes mataron a Colosio: ¡fueron ustedes! Le espetó.
 
  Apenas unas horas antes había regresado a la entidad el gobernador Ruffo quien previamente había sido convocado a la capital de la República, al igual que el resto de los mandatarios estatales a una reunión nacional de supuesta importancia, a la cual no fue el sonorense Beltrones Rivera, argumentando que tenía una reunión con su gabinete.
 
  “Es la ocasión en que más miedo sentí y dije ahora si ya me quitaron” comentó en alguna ocasión Ruffo Appel a quien esto escribe, revelando que fue el momento más angustioso de su vida, no obstante que desde que tomó el gobierno de Baja California sentía que estaba “en la cuerda floja” y que sólo esperaban un error de él para retirarlo del cargo que en elecciones ganó.
 
  Como pudo Ruffo Appel tranquilizó a Valadés y le aseguró que su administración nada tenía que ver este crimen, sin embargo el Procurador General de la República al encontrarse en la puerta de la oficina del gobernante a Franco Ríos, le advirtió al ahora Senador -señalando con el dedo a Juan Francisco Franco- que no lo quería ante su vista y por lo tanto este funcionario no participó en la conferencia de prensa que Valadés dio de manera accidentada a reporteros locales, nacionales y extranjeros.
 
  Para entonces prácticamente todos los medios ya estaban trabajando sobre los datos que les permitieran conocer la personalidad del supuesto criminal y todos los esfuerzos estaban centrados en eso; los periodistas nacionales ya habían abandonado la entidad y continuaban en la capital de la República con el seguimiento del caso y la cobertura de las honras fúnebres realizadas en honor del extinto candidato.
 
  Como muchos otros reporteros nosotros nos enteramos de las acciones que policías judiciales hicieron en Tijuana para obtener todos los documentos y pertenencias de Mario Aburto, pero en lo personal también pude saber a través de alguna “fuente” que individuos pertenecientes al narcotráfico estuvieron acompañando inclusive a agentes federales en las indagatorias y a la casa de Aburto en el fraccionamiento Buenos Aires Sur, ya que éstos estaban proporcionando seguridad al comandante federal Raúl Loza Parra que había sido amenazado por discrepancias con el narcotráfico.
 
 “Nuestra presencia ahí era para señalar que este comandante ya había sido ´perdonado´ y que no tendría que efectuarse la ejecución ordenada” reveló alguno de éstos. Por lo mismo conocieron lo que Aburto tenía en su casa, entre sus papeles y hasta en su locker, en la fábrica para la que trabajaba. Loza Parra era subdelegado de la PGR en Tijuana y ordenó -sin que esto se supiera sino hasta después del atentado- que fuera videograbado el evento que fue el último en la vida de Colosio y que se hizo desde una casa de tres pisos que estaba en construcción y que se ubica justo a pocos metros atrás de donde ahora se levanta el monumento al caído.
 
También para él trabajaba el que se decía agente federal Ernesto Rubio Mendoza, quien fue asesinado la misma noche de la muerte de Colosio, dentro de un taller mecánico en la Zona Norte de Tijuana, sin que se informara sobre este deceso de manera oficial. Luego se dijo que tenía un parecido con Aburto y varios de los negativos de su necropsia "desaparecieron" según la numeración que obra en archivos, donde sólo aparece de perfil y la "cinta" brinca de unos números a otros.
 
  Pero volviendo a los hechos, casi desde las primeras horas de ocurrido el atentado, entre las llamadas de nuestras "fuentes" que estuvieron entrando prácticamente a cada minuto, destacaron varias que empezaron a referirme la serie de situaciones irregulares que se habían dado a raíz de esta visita.
 
Dieron nombres, datos y señas y “pintaron” un panorama que resultaba extraño, por lo que decidí abocarme a la verificación de esa información, mientras que en la oficina continuaban investigando en torno a la “vida y obra” de Mario Aburto Martínez.
 
  De esta forma en menos de tres días ya tenía la historia de lo que autoridades, policías, investigadores y sobre todo priístas aseguraban. Ya había datos de cómo se decidió de última hora ese evento masivo; cómo se dijo que no sería importante y así se sacó a la "prensa nacional" de la escena; cómo no había dispuesta una ambulancia a pocos metros de donde saldría el candidato; cómo a pesar de que no querían "seguridad" hubo excesiva y de todas las policías; cómo un agente del CISEN, Jorge Antonio Sánchez Ortega siempre fue protegido por las autoridades pese a varias sospechas que recaían sobre él; cómo se hablaba de varios "tiradores" y cómo los elementos del Estado Mayor que protegían a Colosio se llevaban al presunto asesino sin reportar a nadie, hasta que el comandante David Rubí se les enfrentó ordenándoles que se identificaran y los escoltó hasta las oficinas de la PGR.
 
 Y aunque todavía había decidido esperar un par de días más para soltar la información, una llamada muy reveladora me puso en alerta: me informaron que la Procuraduría General de la República tenía detenida a una persona (que a la postre resultó ser Tranquilino Sánchez, ahora libre)  a quien estaba acusando de una “acción concertada” para matar a Donaldo Colosio.
 
  El domingo 27 mientras estaba revisando apuntes con una “fuente” en un restaurante de esta localidad, llegó el compañero Manuel Cordero García, entonces también trabajando en el periódico El Universal, quien al escuchar la conversación refirió haber tenido informes en ese sentido de que se estaban dando esas irregularidades y por lo tanto se ofreció a dar seguimiento a algunos puntos que todavía faltaban de confirmar.
 
  Pero como no había certeza de que si a Tranquilino Sánchez lo iban a dejar libre o lo iban a someter a investigación decidí informar al periódico sobre esto que estaba ocurriendo y sobre la necesidad de dar a conocer el trabajo que ya prácticamente estaba concluido.
 
  El propio director general de este diario tuvo en sus manos la nota completa y ordenó publicarla en primera plana y de “ocho columnas” bajo el encabezado de: COLOSIO, VÍCTIMA DE UN COMPLOT; Hay un detenido, que apareció el lunes 28 del mismo mes de marzo, conmocionando a todo el país.
 
  Ese mismo lunes, alrededor de las 12 del día cuando me presenté en Lomas Taurinas para dar seguimiento al tema ya había presencia de nueva cuenta de reporteros nacionales e internacionales que regresaron apresuradamente a Tijuana para tratar de investigar esto que decíamos en nuestra nota.
 
  Las indagaciones que todos éstos hicieron llevaron a los compañeros a encontrar exactamente los mismos datos consignados en esa nota del 28 de marzo, muchos de los cuales no fueron considerados para su análisis por las diferentes fiscalías especiales que se formaron para investigar el caso, por lo que finalmente se llegó a la tan cacareada “verdad legal” que como los abogados insisten siempre dista mucho de ser igual a la “verdad-verdad”.
 
  Los siguientes meses, después de este lamentable hecho- fueron de intensas investigaciones de nuestra parte y finalmente en 1996 decidimos publicar un libro, editado por el mismo periódico, bajo el título ¡¡COMPLOT!!
 
Antes, en junio de 1994 nos otorgaron el “Premio Nacional de Periodismo” en su modalidad de Reportaje, en una reunión en “Los Pinos” que resultó “surrealista” ya que en la mesa central -donde se encontraba el presidente de la República Carlos Salinas de Gortari- a su lado izquierdo sentaron a nuestro director general Juan Francisco Ealy Ortiz quien publicó nuestra teoría del complot y a su derecha a Jesús Blancornelas defensor de la teoría del “hombre solitario”.
Ayuntamiento Bullying
Poli Egresados
Matemáticas Fáciles
21 Aniversario
IZZI Abril 2024
PBM Medicina
Buscador Acerca de AFN Ventas y Contacto Reportero Ciudadano