Columnista de la SillaRota: Teresa Incháustegui R.
Marcelo Ebrard es un político con oficio fraguado en mas de treinta años de cargos de gran responsabilidad. Es un hombre bien formado, maneja mucha información incluso técnica, y se mueve generalmente en amplios horizontes de estrategia política. Dudo por ello que errores tan crasos como haber adquirido trenes que no correspondían al tipo de vías construidas en la Línea 12 del Metro, pudieran haber ocurrido durante su administración. No me parece probable sobre todo cuando el ex Jefe de Gobierno se preparaba para posicionarse como candidato de una izquierda unificada para el 2018; después de haber realizado una muy buena gestión de gobierno que se tradujo en la victoria mas sonada del candidato de la izquierda en la ciudad, quién sin mucho aspaviento ni carisma saco 63% de la votación en 2012
¿Qué es lo que no suena bien en el asunto que ahora se le endereza con la suspensión de la mitad de las estaciones en la Línea Dorada?. ¿ Cuantas manos pueden estar metidas en la mecida de esta cuna?. Pienso que hay varias y ofrezco algunas para la reflexión.
De entrada el llamando timing, pues resulta que el asunto de marras fue una bomba que reventó justo en el momento en el que Ebrard se colocaba en el arrancadero para contender por la dirigencia del PRD. Proceso éste muy complicado en el que las tribus dominantes están buscando, no la unidad ni la coherencia de acción e ideología política, sino mantener prácticamente intactas sus posiciones. Para ello buscan llegar a un “arreglo” intentando que el Ingeniero Cárdenas juegue como una apropiada cubierta política de sus trajines de siempre. Cosa que – dicho sea de paso- parece difícil o cuando menos nos les resultaría tan barata y facilona. En este marco, la entrada de Ebrard en la contienda, si bien con pocas oportunidades reales de triunfo dados los amarres internos, podría haber desarmado el tinglado que con tan arduo trabajo marrullero y larguísimo tiempo ha venido incubando su dirigencia, resultando en costos mas altos. Además la alternativa que Ebrard está armando con el Movimiento Ciudadano y su cercanía con la Morena de AMLO, los pone muy nerviosos.
Una segunda mano puede ser la del actual Jefe de gobierno, muy convencido como está de que puede ser candidato de la izquierda perredista (lo que quede de ella después de este ciclo) a la Presidencia de la República en 2018, y que para construirse como figura requiere eliminar incluso el fantasma de Marcelo Ebrard, premiado y reconocido internacionalmente por su gestión en la memoria de los capitalinos. Conocidos públicamente el encono y la ojeriza que el nuevo Jefe de gobierno ha desarrollado por su antecesor, no parece remota esta línea de interpretación.
Finalmente, el verdugo. Pues resulta que quien apagó los motores en la Línea 12 es el mismísimo Joel Ortega. Sacrificado alfil en el caso del News Divine, que con ese asunto marcó para siempre su carrera política, descarrilando su tren de la vía hacia la candidatura a la Jefatura en 2012. Ortega, que se sentía muy sobrado para ese certamen interno, salió muy dolido del trance porque los cercanos a Marcelo se ensañaron con él y quienes lo conocen saben que no perdona. Lo declarado recientemente por Bernardo Quintana, el capitán de ICA, una de las empresas del consorcio involucrado en la construcción y mantenimiento de la Línea, parece ser una buena pista: no le dieron el mantenimiento adecuado a la Línea y no era necesario cerrarla. El empresario aseguró a la prensa que “el hecho de haber parado mandó un mensaje muy claro de tipo político". ¿El garlito parece la venganza perfecta, verdad?
Finalmente no se puede obviar el interés del equipo tricolor y sus poderes aliados, en descartar de la baraja política a un contendiente que de salir triunfante en sus afanes de unificación de las izquierdas, podría desafiar eficazmente a la maquinaria PRI-gobiernos, que ya engrasan sus poleas para mantener el poder cuando menos otra generación. En abono a lo anterior televisa ha puesto todos sus micrófonos al gusto del Director General del Metro, quien ha echado mano de expertos a sueldo de la propia Dirección para propalar en televisión abierta, la versión de los trenes rigurosamente desalineados.
La guerra de todos esos frentes contra ME está declarada y los ciudadanos en México sabemos que cuando se quieren armar camitas, la perversidad del sistema (Colosio dixit) no conoce reglas. El descarrile de los trenes luce como un desafuero a modo y de consecuencias todavía impredecibles.
La autora es doctorada en Ciencias Sociales con especialidad en Ciencia Política por la FLACSO México; es experta en temas en políticas de igualdad y se ha desempeñado en diversos cargos públicos. Fue Diputada Federal en la XVI Legislatura.
