Palco de Prensa
Se trata de un medicamento que permite combatir el dolor de cabeza. A los destinados para niños, se les llama mejoralitos. Son bastante populares. Pero también se hace referencia a ellos, cuando una persona padece una enfermedad crónica y en las instituciones médicas, o los galenos particulares, en lugar de prescribir o proporcionar los medicamentos necesarios para el mal que se afronta, simplemente engañan al enfermo dándole mejoralitos. Y todavía le indican la dósis requerida, a sabiendas de que no le servirán para nada. Una burla.
Algo así fue lo que pasó a los alcaldes de los cinco municipios de Baja California, que andan angustiados desde que tomaron posesión de sus respectivos cargos, pues sus antecesores, todos de filiación priístas, les dejaron las arcas vacías. Ni para pagar sueldos de los empleados.
Desde el inicio de su gestión, y algunos de ellos desde mucho antes, surgió en los alcaldes la posibilidad de que el Gobernador, Francisco Vega de la Madrid, los apoyara, para afrontar en mejores condiciones las crisis financieras que afrontan.
Primero, se reunieron con el Secretario de Finanzas del gobierno estatal, Antonio Valladolid, quien les “doró la píldora”, exhortándolos a aplicar medidas de austeridad, a disminuir el costo operativo de los gobiernos municipales, que redujeran sus respectivas nóminas.
Los alcaldes suponían que en cualquier momento les anunciaría que les entregaría los recursos que requieren. Pero eso nunca lo escucharon, ni lo vieron. Todos salieron sumamente decepcionados. Como diciendo : “de lengua me como un taco”.
El fin de semana, volvió a surgir en los alcaldes, la esperanza de recibir un “salvavidas” de parte del Gobernador Kiko Vega, cuando fueron citados para acudir a Mexicali. Sobre todo, por lo rimbombante de la denominación del evento : “Acuerdo por el Fortalecimiento Financiero del Estado de Baja California y sus Municipios”, que se habría de llevar a cabo en la Sala Gobernadores del edificio del Poder Ejecutivo.
Parecía que, ahora sí, les proporcionaría dinero para que cubrieran sus adeudos o compromisos de fin de año, principalmente sueldos y aguinaldos de sus respectivos empleados.
El evento se desarrolló con todo formalismo. El escenario para la foto, perfecto para el lucimiento oficial. Y en esta ocasión, sí les proporcionó dinero, pero apenas 130 millones de pesos, distribuídos entre los cinco alcaldes, cuando en total, los adeudos de los gobiernos municipales de Baja California, rebasan fácilmente los 4 mil millones de pesos. Si fuese un problema de salud, el monto de lo recibido, fue algo así como unos mejoralitos. Un simple engaño. Afortunadamente, algunos ya habían recurrido a créditos bancarios para salir del apuro.
Y efectivamente, recibieron sus respectivos cheques. El más afortunado fue el alcalde de Tijuana, que recibió unos 63 millones de pesos. Sin embargo, además del adeudo de más de 2 mil 700 millones de pesos, generado por el Pire y los intereses, Bustamante dejó adeudos, a corto plazo, de unos 820 millones de pesos y otros 200 millones por concepto de sueldos y aguinaldos a pagar este diciembre. En total, casi 4 mil millones de pesos. Por algo se dice que Tijuana es la segunda ciudad más endeudada en la República Mexicana.
En el caso de Ensenada, el polémico Enrique Pelayo, dejó adeudos por un monto de mil millones de pesos. Tan sólo al ISSSTECALI, el ayuntamiento que preside Gilberto Hirata Chico, le adeuda unos 190 millones de pesos. Ciertamente suscribió un convenio, comprometiéndose a pagar en 36 mensualidades, cada una por un monto de 14 millones de pesos, lo que limita seriamente la prestación de servicios públicos.
El ayuntamiento de Mexicali, está en condiciones similares. Los adeudos ascienden a mil millones de pesos. Tan sólo al ISSSTECALI le debe 300 millones de pesos. El Alcalde Jaime Díaz observa que la administración de Francisco Pérez Tejada, tenía un presupuesto de 2 mil 678 millones de pesos para este 2013, pero gastó 3 mil 100 millones, o sea se excedió en unos 422 millones de pesos a lo presupuestado.
En Playas de Rosarito, aunque es un municipio más pequeño, el exalcalde Javier Robles Aguirre, dejó adeudos por 600 millones de pesos, 400 de cuentas por pagar y 200 de gasto corriente. Al final, se agarró expidiendo cheques “botadores”. Hasta el que le entregó a su sucesor, Silvano Abarca Macklis, para que pagara la renta del centro de convenciones en donde se llevó a cabo el evento de su toma de posesión, era de “hule”.
Podría decirse que el menos peor, de estas crisis financieras, es el caso de Tecate, donde Javier Urbalejo Cinco, dejó adeudos por 300 millones de pesos. Tan sólo al ISSSTECALI le quedó a deber 180 millones de pesos. Su sucesor, César Moreno, no encuentra ni como “sacar al buey de la barranca”.
Las cifras definitivas respecto a las crisis financieras en que dejaron los alcaldes priístas a los ayuntamientos de los cinco municipios, se sabrán hasta el 30 de diciembre, cuando se cierre el plazo para determinar si existen elementos para fincarles responsabilidades.
Contra sus deseos, los nuevos Alcaldes han tenido que recurrir a más endeudamientos, antes de que se colapsen los servicios públicos, en tanto que hacen las sumas de los daños ocasionados.
Y ni modo, ya entendieron que tendrán que “rascarse con sus propias uñas”, pues los “mejoralitos” que les dió Kiko Vega, ni para quitarles el dolor de cabeza. Bueno, el propio Kiko no halla como salir del atolladero en que Osuna Millán dejó al gobierno estatal. Ni para mejoralitos le dejó.
