Palco de Prensa
Cuando alguien tiene miedo de que algo le pase, se dice que “oye pasos en la azotea”, como si algo o algún individuo, fuese a introducirse súbitamente a su morada, con la intención de causarle un daño. Por el contrario, se afirma que “quien nada debe, nada teme”.
El caso es que, generalmente, cuando alguien “oye pasos en la azotea”, es porque efectivamente hizo algo malo y presiente que se va a saber, que va a trascender, y que la autoridad o el ofendido, van a proceder en su contra.
A unos días y horas de que concluya su gestión, el Alcalde priísta, Carlos Bustamante Anchondo, está evidenciando, claramente, que “oye pasos en la azotea” y que tiene temor de que le pase algo.
Así lo indica, el hecho de que durante la sesión extraordinaria de cabildo, celebrada el pasado miércoles, trató de que se aprobaran reformas al Reglamento de la Sindicatura Municipal, mediante las cuales, entre otras cosas, se eliminaría la facultad del Síndico para iniciar investigaciones, de oficio, o solicitar información y documentos, para la integración de investigaciones y procedimientos administrativos.
La expresión “de oficio”, significa que la autoridad investigadora, podrá investigar e integrar expedientes, o sea huzmear, aquí y allá, indagar, preguntar, solicitar información y documentos, en base a lo cual se pueda acreditar que tal o cual funcionario incurrió en irregularidades o excesos, sin que exista denuncia previa al respecto.
Esta modificación, eliminando o restringiendo facultades del Síndico Municipal, representa un blindaje, para que el propio Bustamante, o cualesquiera de sus colaboradores, no sean investigados, si es que no existe denuncia específica. Qué chulada.
Entonces, bajo la aseveración de que “el que nada debe, nada teme”, cabe aplicar entonces la expresión de que el aún Alcalde “oye pasos en la azotea” y teme que, luego de concluir su gestión, será sentado en el banquillo de los acusados, por algo malo que hizo, en el desempeño de su cargo de Presidente Municipal de Tijuana.
Efectivamente, el Reglamento Interno de la Sindicatura Municipal, que Bustamante pretendía reformar, concretamente en el Artículo 6, relativa a la Dirección de Responsabilidades, señala que el titular del área tiene, entre otras, las facultades y atribuciones siguientes :
II.- Investigar de oficio o por virtud de queja o denuncia, los actos, omisiones o conductas en que incurran los servidores públicos de la Administración Pública Municipal.
III.- llevar a cabo la instrucción del procedimiento administrativo disciplinario a servidores públicos de la Administración Pública Municipal, de conformidad a las disposiciones previstas por la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado de Baja California.
IV.- Solicitar de oficio a las Dependencias y Entidades de la Administración Pública la información y documentación necesaria para la integración de investigaciones y procedimientos administrativos que realice.
Bustamante pretendía, que la Sindicatura Municipal no tuviera facultades para actuar de oficio. Ante la pretensión, surgen cuestionamientos tales como los siguientes :
¿En qué le afecta que la Sindicatura pueda realizar investigaciones o procedimientos administrativos, de oficio, o sea sin que exista denuncia previa?
¿Qué es lo que hizo Bustamante, o sus funcionarios, para evidenciar temor de que la Sindicatura realice investigaciones, de oficio, respecto a asuntos en los que él y sus colaboradores resulten involucrados?
¿No que ya había hecho las paces con el Síndico del XXI Ayuntamiento, Arturo Ledezma, quien había manifestado su intención de actuar en contra de Bustamante, para detectar las irregularidades en que haya incurrido durante su gestión ?
Esta pretensión fallida de Bustamante, se cayó estrepitosamente, porque la Secretaria General de Gobierno, a cargo de Obed Silva, de última hora la entregó al Regidor Mariano San Román, para que apareciera como autor de la misma. Esto, con la obvia intención de que nadie supiera que era autoría del alcalde y, además, que siendo un regidor del PVEM el que la presentara, del mismo partido al que está afiliado el futuro Síndico, apareciera como que había acuerdo entre ambos, y que los demás no desconfiaran de esta treta.
Pero ocurrió todo lo contrario. Quizás en otras ocasiones, Bustamante utilizaba este método, sus propuestas las entregaba a un regidor, para que se luciera como autor de la misma y nadie ponía objeciones. Le “salió el tiro por la culata”, precisamente por la filiación de San Román y el Síndico Ledezma. El Regidor comprendió de inmediato el objetivo de la pretendida reforma y advirtió que si le daba cauce, le costaría su carrera política.
San Román, en el afán de que no se le acreditara la autoría del complot, confesó a los periodistas que desconocía quien la elaboró, que se la entregaron de parte de la Secretaría General de Gobierno, que no pasó a comisiones, para su análisis y dictamen y que ni siquiera tuvo oportunidad de leerla y analizarla.
Al aún Alcalde le ocurrió, lo que pasa a los presuntos delincuentes que promueven amparo para tratar de evitar ser detenidos, y al hacerlo, prácticamente evidencian que efectivamente tienen “cola que les pisen”. Como fracasó la intentona, el Síndico Ledezma podrá, de oficio, investigar a Bustamante. Ni modo, “se puso de pechito”.
