Juan Manuel Salazar Pimentel
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El IMAC ha lanzado en este noviembre, una campaña de donación de objetos y documentos para enriquecer el acervo del valioso Archivo Histórico y el del Museo de Historia de Tijuana.

Es una campaña que merece el apoyo y la generosidad de todos los tijuanenses, puesto que se trata del registro de la historia de nuestra comunidad; de esa historia que todos hacemos diariamente.

Todo cuanto ocurre cada día, es lo mismo que engrosa la cuenta de sucesos que forman nuestra historia; desde el hecho más sencillo, hasta las hazañas más memorables; desde el logro más modesto, hasta la empresa más gloriosa; sucesos protagonizados por los hombres y las mujeres más humildes, por los más jóvenes o por los más venerables, y hasta por los capitanes más avezados.

Siempre que de todo ello quede una constancia que sea su testimonio, merece ser conocido por el pueblo entero, y por todos aquellos que un día se interesen por saber el origen y el desenvolvimiento de esta asombrosa comunidad.

Poder enterarnos de las obras de nuestros paisanos, será para muchos aliciente y hasta guía que les motive para engrandecer el destino propio, enalteciendo el de la ciudad.

¡Qué buena campaña del IMAC!

Es como una invitación para desempolvar los documentos que aun cuando duermen en los archivos personales, guardan en sus páginas una parte de la historia de esta ciudad, que es en verdad irresistible.

Es la historia de la Tijuana del cambio; de la que luchó en paz para elegir libremente a sus gobernantes, y que en julio de 1989 logró echar al PRI del poder municipal, acabando con la imposición que por tantos años oprimió su voluntad.

Creo que esos documentos merecen estar en el Archivo Histórico de la ciudad; pero antes, despacio y sin prisa, vale la pena compartir esa historia con los lectores.

Quiso el destino poner en mis manos el PAN de Tijuana, y la fortuna fue mayor cuando por eso tuve el honor de dirigirlo desde 1987 a 1990.  La dirigencia a mi cargo puede decir con mucho orgullo que el nuestro fue el único comité municipal que en la elección de julio de 1989, ganó holgadamente todos los puestos que se disputaron, y que los votos obtenidos fueron suficientes para asegurar el triunfo en todo el Estado.

Pero los documentos cuyo contenido en este espacio conocerán los lectores, no relatan los hechos de los organismos del Partido, sino que cuentan los hechos de los tres años del que fuera el XIII Ayuntamiento, que fue el primero panista de la historia de Tijuana.

Un sinfín de estudios, análisis, propuestas, proyectos y opiniones, que un grupo de valientes, honestos y honrados regidores presentaron ante el cabildo para beneficio de la ciudad, muchos de los cuales fueron aprobados y sirvieron al pueblo en esa época del cambio.

Esos regidores de aquel XIII Ayuntamiento, escribieron la historia de aquellos días, plasmándola en los documentos que en mis manos pusieron para su resguardo.  Así que un día de estos, en este espacio compartiremos ese conocimiento con la tranquilidad y el reposo que el tiempo concede, ya que han transcurrido casi veinticuatro años desde aquella época en la que todos tuvimos que aprender mucho y muy rápido cómo se hace el gobierno cuando surge del pueblo.

Pero mientras eso pasa, atendamos la campaña del IMAC, donándole cuanto tengamos de valor histórico que hable de Tijuana, que hable de su gente.