Juan Manuel Salazar Pimentel
En la radio local unos comentaristas expresaron que la homologación del IVA en la franja fronteriza, puede ser un problema de transparencia, porque el gobierno aún no ha informado lo quehará con el dinero que recaude incrementando eseimpuesto.
Se sobrecogieron al recordar el momento en que los hoy diputados priistas, cuando fueron candidatos llevaron a los ciudadanos cobertores y despensas pidiéndoles el voto, y expresaron su duda de que en el futuro puedan hacerlo otra vez.
La resolución definitiva del Congreso en relación a la reforma no tiene vuelta de hoja. El Senado votó el proyecto que aprobaron y le enviaron los diputados.
Así que, en la frontera los consumidores también pagaremos el 16% de IVA.
Todo este brete del aumento de impuestos, la homologación del impuesto al consumo y demás modificaciones fiscales aprobadas, pone en claro que a nuestra democracia mexicana le falta mucho para madurar y consolidarse como auténtica forma de vida y convivencia
Los candidatos en campaña hicieron promesas y dieron obsequios a los electores.
El 1º de julio de 2012, hasta proporcionaron el servicio de transporte hasta la casilla, para asegurarse de que efectivamente votarían por el tricolor.
Pero, en cortito, cuando pidieron el voto, seguro que se les olvidó decir que entre las propuestas de su partido se hallaba la de aumentar los impuestos.
Será por eso que los comentaristas de la radio se sobrecogieron al recordar a los candidatos priistas entregando cobertores y despensas, pues esos regalos resultaron muy caros, y fueron un cebo engañoso, porque no advirtieron a nadie que en su Plataforma Electoral, su partido expresó que el país debe basar su desarrollo en lo que llamó “sus propias fuerzas”y los“motores internosde crecimiento”.
Pero, la verdad es que el PRI y sus candidatos no engañaron a nadie, sólo se abstuvieron de pregonar y de explicar sus propósitos con toda claridad.
Para que la democracia logre un grado de razonable desarrollo, en la cultura popular debe estar el ánimo efectivo de conocer con amplitud la verdadera oferta política de los partidos.
Debe haber, al alcance de todos, los medios que hagan posible el análisis por el que los ciudadanos conozcan los elementos de esa oferta, de modo que por tal conocimiento puedan discutirla y, desde luego, discurrir su mejor decisión.
El Estado debe garantizar el derecho de los ciudadanos para conocer y comprender las plataformas electorales de los partidos políticos, pues sólo de ese modo podrá haber votos razonados que, en todo caso, serán la mejor garantía del éxito de los programas de gobierno.
Se trata de medidas de fairplay, de juego limpio en la política.
Es tratar al elector con el respeto y la consideración debidos, sin pretender aprovechar la incultura y el desconocimiento popular que pueda existir en las cuestiones de la política.
Pero, sobre todo, se trata de no abusar de la situación de pobreza y de pobreza extrema en la que viven millones de mexicanos; pues ninguno dejará de ser pobre por el hecho de que durante una campaña electoral alguien le dé una despensa para conseguir su voto.
Si el gobierno no instituye esa garantía; si nuestros legisladores no la incluyen en la ley, nada hay que impida que lo hagamos los propios ciudadanos.
Una organización ciudadana para instruir a nuestros conciudadanos en el conocimiento y el análisis de las plataformas electorales en talleres que se realicen tan pronto ocurra el registro de las plataformas electorales de los partidos políticos ante los órganos electorales.
Si eso hacemos, el conocimiento nos ayudará a decidir mejor nuestro voto; habrá mayor presencia y opinión ciudadana en la vida pública; los partidos políticos elaborarán con más cuidado sus propuestas y tendrán que debatir en relación a ellas ante los electores,
De ese modo, la democracia mexicana dará un paso adelante, y llegará el día en que nadie pueda llamarse sorprendido o engañado con los actos y programas del gobierno.
