Palco de Prensa
Cuando se hacen señalamientos de actos indebidos, por parte de funcionarios públicos, la forma más común para tratar de evadir responsabilidades, por parte de los involucrados, es hacerse los ofendidos, negar los hechos en forma genérica y afirmar que se trata de simples “leyendas urbanas”.
Sin embargo, cuando se tienen a la mano “los pelos de la burra”, se puede decir con toda claridad y certeza, que determinado personaje participó en hechos presumiblemente delictivos, con cinismo y sin rubor alguno.
En esta ocasión, el columnista hace alusión a las “maquinaciones azules”, o sea los actos irregulares que realizaron funcionarios de primer nivel, del XIX Ayuntamiento de Tijuana, encabezado por el panista Jorge Ramos Hernández, en el último año de su gestión. Actos que sin duda alguna fueron de su conocimiento y por lo tanto, evidentemente tuvieron su autorización para ello.
Aparecen, como protagonistas de este caso, dos hermanos del exalcalde panista, Jesús González Reyes, Elia Rosa y Manuel, ambos de apellidos González Reyes, quienes desempeñaban los cargos de Directora Administrativa de Presidencia Municipal del XIX Ayuntamiento y Director Municipal de Participación Ciudadana, adscrito a la misma área, respectivamente y Ernesto Lucero López, Director de Egresos.
Este trío de panistas, colaboradores del exalcalde Jorge Ramos, dos de ellos hermanos del también exalcalde Jesús González Reyes, principales operadores de las campañas de los candidatos panistas, Francisco Vega de la Madrid, a la gubernatura, y Alejandro Monraz Sustaita, a la Alcaldía, realizaron maquinaciones bastante burdas, para hacerse ilícitamente de casi un millón de pesos. Al menos en este caso, que podría ser “el hilo de la madeja”.
Ofrecían apoyo a organizaciones no gubernamentales. Incluso les entregaban dinero en efectivo. A cambio les pedían facturas en blanco, bajo el pretexto de tener que justificar contablemente ese egreso. Luego, elaboraban convenios, con las partes beneficiadas, les pedían que los suscribieran, para posteriormente alterar su contenido, en especial los montos de dinero a recibir, anotando cantidades exageradamente más elevadas a las que realmente entregaban y finalmente expedían los cheques a favor de Elia Rosa González Reyes, Directora Administrativa de la Presidencia. Negocio de familia, pues.
En uno de los primeros casos detectados, los hechos ocurrieron a mediados del 2010, poco antes de los comicios en los que los panistas perdieron las cinco alcaldías de Baja California. La organización presuntamente “chamaqueada” se denomina Club de la Amistad, Prosperidad y Alegría, Asociación Civil, y el monto de lo dispuesto asciende a $ 968 mil pesos. Se presume que hubo varios casos de este tipo.
Cabe observar que en este asunto, pudiesen estar involucrados el propio exalcalde, Jorge Ramos Hernández, el entonces Secretario de Gobierno, Enrique Méndez Juárez, actual Presidente del Comité Municipal del PAN y coordinador de la campaña del candidato a Alcalde, Alejandro Monraz Sustaita, el exOficial Mayor, Mario Alberto Martínez Castillo y la exTesorera Municipal, Martha Alicia Fuentes García, porque ellos firmaron el convenio celebrado con la citada asociación civil, en el que se cita que le aportarían casi un millón de pesos para el desarrollo de sus programas sociales, cuando que apenas si le entregaron un 10%. Podría agregarse el delito de asociación delictuosa.
Esta no es una “leyenda urbana”. Los hechos están narrados, con toda precisión, en una denuncia formal presentada ante la Agencia del Ministerio Público del Fuero Común, el 3 de abril del año en curso, por el Lic. Héctor Manuel Veiga Galindo, con el carácter de apoderado legal del XX Ayuntamiento de Tijuana.
La denuncia y querella, por la presunta comisión de los delitos de abuso de autoridad y peculado, por parte de Elia Rosa y Manuel González Reyes, hermanos del exalcalde Jesús González Reyes y Ernesto Lucero López, fue registrada como Expediente 2903/13/2011/AP. El columnista tiene copia del documento en mención.
Algunos panistas se molestan cuando se sacan a relucir estas cochinadas, cuestionando la razón por la cual no se hace referencia a casos de corrupción en los que aparezcan políticos priístas, como si se tratasen de justificar, diciendo que a nadie debe sorprender, porque corruptos hay en un lado o en otro. Incluso descalifican la calidad profesional del columnista y lanzan groserías y vulgaridades. Si siguen haciendo corajes, les puede hacer daño.
Y no es amenaza, pero el columnista recibió constancias de dos casos similares. Este es uno de ellos. El otro habrá de abordarlo en los próximos días.
Es importante destacarlos, para tratar de hacer entender a los candidatos panistas, tanto a Francisco Vega de la Madrid, aspirante a la gubernatura, y Alejandro Monraz Sustaita, a la alcaldía de Tijuana, que no les afectan tanto los panistas que decidieron abandonar las filas del blanquiazul, sino aquellos que siguen siendo miembros de su partido, con pésimos antecedentes como los exalcaldes Jorge Ramos y Jesús González Reyes, así como parientes y asociados, dispuestos a seguir haciendo cochinadas.
Tal vez no les han dicho, a Kiko Vega y a Monraz, lo que comentan los ciudadanos comúnes y corrientes, en el sentido de que si logran triunfar en los próximos comicios, quienes realmente gobernarán en la entidad, serán los nefastos exalcaldes.
Lamentablemente, la Procuraduría de Justicia, aún está en manos panistas y por lo tanto es casi seguro que denuncias como estas, las guardarán en el “archivo muerto” y ese tipo de individuos, de volver a tener gobiernos panistas en Tijuana y a nivel estatal, volverán a realizar las mismas maquinaciones. Como dicen en el rancho : “perro que come gallinas, aunque le rompan el hocico”.
