Palco de Prensa
Algo raro está pasando con el asunto de la líder inmoral del magisterio nacional, Elba Esther Gordillo. Si bien es cierto que está presa y bajo proceso, curiosa o extrañamente, la Procuraduría General de la República no ha dicho más que aquello que reveló horas después de su captura.
En el “argot” policiaco, la poca o nula información sobre este sonado caso, es considerado como un sistema de enfriamiento. Los asuntos “calientes” como este, cuando hay intenciones de tranzar o negociar, los sumergen en el silencio y cuando ya casi nadie los recuerda, el involucrado es liberado, “por falta de elementos para procesarlo”. El sospechosísmo, generado en torno a esto, es fundado.
El anuncio de la detención de la Gordillo, el martes 26 de febrero del año en curso, fue más que espectacular. Ese día, el Procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, daba a conocer la primer acción importante de la institución a su cargo y que estremeció a la clase política mexicana. Principalmente a los líderes obreros que se han enriquecido exageradamente con los fondos de las organizaciónes a su mando.
En las semanas previas, con motivo de la reforma laboral, planteada como iniciativa preferente por el Presidente Felipe Calderón, antes de concluir su gestión, se había generado una fuerte polémica ante la intención de clarificar las finanzas de las organizaciones sindicales. Cuado se anuncia la detención de Elba Esther, se dió casi como un hecho que era la primera de una larga fila de líderes corruptos. Que poco a poco irían cayendo los demás.
Sobre todo, por lo espectacular del anuncio de la detención. La captura fue en el aeropuerto de Toluca, cuando arribaba procedente de San Diego, California, donde tiene su residencia. La acusaban del desvío de fondos sindicales, en su provecho personal. El momento de lo sustraído, ascendía a 2,600 millones de pesos, unos 157 millones de dólares.
Después saldría a la luz información interesante, que resaltaba el derroche de dinero. Casas y autos de lujo, vestimenta y joyas ostentosas. Riqueza mal habida, que definitivamente no era producto del esfuerzo de su trabajo personal, sino de las maquinaciones y operaciones indebidas, al amparo de manejar como de su propiedad al sindicato de maestros.
La detención se llevó a cabo, unas horas después de haberse anunciado, la aprobación de la reforma educativa, en base a la cual, se dice, el Estado mexicano rescató la conducción de la educación.
Hace mes y medio de eso. La dirigente sindical, está tras las rejas. Dejó de ser un peligro para el país, aunque los disidentes magisteriales, están resultando peor que ella, principalmente en los Estados de Oaxaca y Guerrero, en donde han afectado seriamente la economía, con bloqueo de vialidades y comercios.
Extrañamente, Murillo Karam no ha vuelto a abrir la boca en torno a este asdunto. Si tan solo con la revisión de 2 de 80 cuentas sindicales, se hablaba de la disposición de 2,600 millones de pesos, muchos echaron a volar la imaginación y supusieron que la cifra sería extratosférica, cuando se revisaran las otras 78 cuentas del SNTE. Sin embargo, ya no se ha sabido más al respecto.
Sobre todo, se daba como un hecho, que siendo el SNTE un sindicato tan importante, en cuanto al número de sus miembros, independientemente de lo valioso del servicio que prestan, serían decenas de colaboradores de la Gordillo quienes le irían a hacer compañía en prisión.
Hoy, que transcurre el tiempo, sin que se sepa más al respecto, se ha establecido un fuerte sospechosísmo, que indica que Gordillo está de vacaciones, “a la sombra”, que los recursos acumulados, están a salvo, que nadie se los va a quitar y se intuye que pronto saldrá libre. Que no pasará más de un año en la cárcel.
Aunque se ha hablado de presuntos co-responsables, que supuestamente también serían capturados, poco a poco esa posibilidad se ha ido diluyendo. Por el contrario, poco a poco se ha ido fortaleciendo la versión de que, bajo el argumento de su precaria salud y su avanzada edad, 68 años, pronto recuperará su libertad y la condena que le dicten la cumplirá en su casa.
Lo curioso es que aunque sus colaboradores ahora aparecen como supuestos dirigentes del sindicato de maestros y aparentemente le han dado la espalda, lo cierto es que no han hecho nada para reclamarle que reintegre los fondos sindicales que se gastó. Que se sepa, ninguna acción legal han realizado para tales efectos.
Curiosamente, mientras que cientos o quizás miles de profesores, han formulado amparos para oponerse a la reforma educativa e incluso han bloqueado vialidades y realizados manifestaciones masivas, no han dicho nada en cuanto a los dineros que les quitó la Gordillo.
El sospechosísmo, va más allá. Se dice que ya no le escarbarán más al asunto de la Gordillo, y que los demás líderes sindicales que pudiesen estar en condiciones similares, ya la libraron, simplemente poniéndose a disposición del gobierno de Peña Nieto. Sencillo.
Muchos coinciden en que el “Elbazo”, fortaleció la imagen del Presidente Enrique Peña Nieto. Sin embargo, esperaban que a Elba Esther le siguieran otros como el líder de los trabajadores de Pemex y muchos otros más, que ostentan riquezas y dispendios igual o peor que la líder inmoral del SNTE.
Es difícil crfeer en que pronto habrá un nuevo México, si el sistema político mexicano protege a los líderes corruptos. Si la impunidad sigue siendo una institución tan fuerte. Las simulaciones, son mera apariencia. Superado el engaño, viene la decepción.
