Palco de Prensa
Cual si fuese un juego de adivinanzas y citando algunos razgos genéricos, la dirigencia nacional del PRI, ha mantenido en un hilo a los priístas bajacalifornianos, quienes están a punto de la desesperación por saber quien de siete aspirantes, será el candidato a la gubernatura de Baja California. De esta decisión, depende el futuro político de algunos. Por eso el nerviosísmo.
El miércoles 9 de enero, en la capital del país, el Presidente del CEN del PRI, César Camacho Quiróz, dijo que para la gubernatura de Baja California buscan un político profesional y con sentido social. Los siete aspirantes, de inmediato se pararon frente a un espejo y preguntaban insistentes : -Espejito, espejito, ese político profesional y con sentido social, ¿soy yo?
Entonces también aseguró que en esta entidad no habrá candidatos impuestos. Y delineó, en términos generales, quien será el elegido. “Lo importante -dijo-, no es sólo que sea conocido, sino debe ser reconocido en el estado, que sea alguien que haya acreditado apego a la comunidad, que conozca porque padece los problemas de todos y que sea un político profesional, muy sensible, con capacidad para concertar dentro y fuera del partido”.
Cuando los periodistas le preguntaron, si es que se refería a alguien en particular, respondió con una respuesta piadosa y por lo tanto una verdad no del todo cierta. Dijo que “todos, quienes hasta el momento se han manifestado por aspirar a la candidatura tricolor, son gente respetable y valiosa, con las características que el PRI necesita para ser, primero, un buen candidato y, después, un eficaz gobernador”.
Camacho Quiroz señaló que el PRI quiere recuperar la gubernatura del estado y mantener las alcaldías y la mayoría en el Congreso del Estado. "Sabemos –dijo- el tamaño del reto y he dicho que no hay elección fácil. No hay que mostrar una actitud desdeñosa ni menos darle oportunidad al exceso de confianza. Este optimismo fundado, razonable y sosegado es el resultado del conocimiento de nuestras propias capacidades".
Una semana después, el 16 de enero, en la capital del país, al concluir la sesión de la Comisión Política Permanente del Consejo Político Nacional, los periodistas lo “acribillaron” a preguntas, tratando de conocer la identidad de quien será el candidato del PRI a la gubernatura de Baja california. Los esfuerzos fueron en vano.
Lo más que les anticipó, fue que los siete priístas aspirantes a la gubernatura, habían firmado un pacto, “un acuerdo político entre profesionales de la política, entre siete personas que no solo se han comprometido a mantener la unidad del priísmo, sino se han comprometido a respetar las decisiones del PRI respecto de la nominación de nuestro candidato”. Y anunció que vendría a Baja California el miércoles 23.
Y así ocurrió. Camacho Quiróz vino a Baja California, pero por cuestiones del mal tiempo, se retrazó su vuelo y los tiempos de la agenda se recortaron. Apenas si tuvo oportunidad de saludarlos a todos juntos y luego los invitó a que lo acompañaran en la conferencia de prensa y a la “foto de la unidad”. La impresión de esos momentos, dijo mucho, y nada.
Lo más que dijo fue que los siete aspirantes ahí presentes, han dicho que asumirán las decisiones que el Comité Ejecutivo Nacional tome respecto de quien será postulado para abanderar la candidatura por el gobierno de la entidad. Nadie, absolurtamente nadie, levantó la voz para aclarar que serían los priístas bajacalifornianos quienes decidirán la candidatura.
Lo que también dijo, fue que el PRI va con todo y va por todo, por todas las diputaciones, por todas las presidencias y, por supuesto, por la gubernatura del Estado. Incluso señaló que la de Baja California será una elección que, en sentido literal y figurado, se habrá de ganar, cuerpo a cuerpo.
Cuando se le preguntó si es que hay dados cargados, en el proceso interno de selección del candidato a la gubernatura, Camacho no solamente lo negó, sino que aseveró que de entre los siete, va a salir el candidato, quien después de julio, será el gobernador de la entidad.
Sin embargo, observó que antes de tomar cualquier decisión “tenemos que hacer un ejercicio de inmersión en la realidad política y social de todos los días en Baja California, para actuar en conseceuncia”.
Luego enfatizó : “No queremos que el CEN, no obstante su carácter nacional, sustituya, y menos atropelle a los políticos locales que, mejor que nosotros, conocen la realidad de este estado”.
Evidentemente, cansados de tanto rodeo, los periodistas reclamaron al líder nacional del PRI, más elementos para identificar al posible candidato a la gubernatura. “He abundado –respondió- lo suficiente en el perfil. En una cosa como esta, tan delicada, no hay lugar para la improvisación. Aquí necesitamos políticos profesionales, gente cuya trayectoria vital ya haya demostrado sensibilidad política y capacidad de realización”.
“Sí –agregó- queremos que sea muy priista, pero por encima de eso, muy bajacaliforniano, que sea alguien que conozca muy bien los problemas porque los padece, y si hay una comunidad cosmopolita integrada por gente venida de todo el país, esa es Baja California”.
Más claro, ni el agua. Un bajacaliforniano, conocedor de la problemática local, político profesional, con sensibilidad política y capacidad de realización, conocido y reconocido. Basta observar la personalidad de los siete aspirantes, Carlos Bustamante, Enrique Pelayo Torres, Francisco Pérez Tejada, Jorge Hank Rhon, Fernando Castrpo Trenti, Eduardo Martínez Palomera y Humberto Lepe Lepe, eliminar a los que no reunan tales características, y conocerán el nombre del candidato del PRI a la gubernatura. Si se equivocan, es que no los conocen realmente. Este tipo de males se padecen seis años.
