Procesos Políticos
Las alianzas electorales en México, por lo general, han sido mal percibidas por la población, sobre todo cuando los partidos políticos inmiscuidos se encuentran ideológicamente alejados. A diferencia de otros países, en donde la unión de varios partidos se traduce en una verdadera opción de gobierno para la ciudadanía, en nuestro país se caracteriza por ser coyuntural, pasajera, transitoria, pragmática, es decir, puramente electorera; una especie de “prostitución electoral”.
De esta manera, la posible alianza PAN-PRD en Baja California no sería algo diferente a lo de siempre y, aunque es válida la idea de sumar fuerzas para prolongar el gobierno de un partido frente a un escenario electoral complejo y competitivo, como lo es el del PAN en Baja California para este 2013, es absurdo insistir en tal acuerdo, sobre todo porque: 1) ya existe un personaje que reúne las simpatías de los militantes blanquiazules y; 2) la cantidad de votos que el PRD le pueda aportar al PAN es mínima, e incluso, puede ser contraproducente.
De concretarse dicho convenio, sería muy probable que se desatara un conflicto interno gracias, de nueva cuenta, a una imposición desde el centro; de unos cuantos.
Resultados electorales en Baja California en elecciones presidenciales y para gobernador.
Fuente: Elaboración propia con datos del IFE, IEPC BC y CEDE, UAM.
Las cifras electorales no deben leerse sin ser previamente interpretadas y contextualizadas, ya que pueden ser engañosas. De esta forma, los éxitos electorales de la izquierda mexicana en nuestra entidad se han conseguido gracias a la presencia de candidatos que en su momento fueron carismáticos, más que por un fuerte arraigo de la gente hacia los partidos que abanderaron dichas causas. Además, el PRD en la entidad carece de una estructura partidista sólida, capaz de operar en todo el territorio en busca del voto.
Prueba de lo anterior son las candidaturas de Cuauhtémoc Cárdenas en 1988 y Andrés Manuel López Obrador en 2006 y 2012; personajes que lograron atraer una gran cantidad de votos, sin que Baja California necesariamente sea un estado en donde la izquierda le compita al PRI y al PAN.
En este sentido me pregunto ¿votarían los seguidores de AMLO por una alianza PAN-PRD en el estado? No hay que pasar por alto la separación entre el partido del sol azteca y los simpatizantes de AMLO que, junto con él, están en el proceso de conformación de MORENA como partido político, cuestión que hace que el PRD ya no disponga por completo de ese capital político que en algún momento tuvo.
De esta manera, en el gráfico que arriba se muestra se puede observar que después de una gran cosecha de votos que la izquierda obtuvo en las elecciones presidenciales de 1988 y 2006, vino una debacle para el PRD en las elecciones para gobernador de 1989 y 2007. Por tal motivo, una alianza PAN-PRD no es electoralmente rentable, basta con contrastar los resultados electorales de las presidenciables y de gobernador, pintados de amarillo, en los años referidos.
Sin embargo, la posible alianza PAN-PRD parece ser más un capricho de poquísimos miembros del panismo, que una estrategia meramente racional que coadyuve al triunfo en la próxima elección para gobernador; una estrategia que trae consigo más costos que beneficios políticos; que va en contra de la mayoría de la militancia panista; del ánimo de los ciudadanos que simpatizan con el partido; que está destinada a fracasar y en hacerle el camino más fácil al PRI.
Abel Muñoz Pedraza es licenciado en Relaciones Internacionales por la UABC, maestro en Estudios Sociales con línea en Procesos Políticos por la UAM. Actualmente estudia el doctorado en Estudios Sociales con línea en Procesos Políticos en la misma institución. Correo electrónico: [email protected]Twitter: @abelmunozpedraz
