Por: Marco Antonio Samaniego
TIJUANA BC 5 DE ABRIL DE 2024.- Durante las semanas que han transcurrido en las campañas presidenciales, los sucesos violentos se mantienen como antes. No se puede decir que exista un incremento o una evidencia que se provoquen intencionalmente para favorecer a tal o cual candidata. Si hubiera pacto con el narco, como algunos indican, pues habría una tregua en la que le facilitaran el camino a Claudia Sheinbaum. Con ello, se eliminarían muchos momentos incomodos y respuestas de ya no es como antes, pero las cifras indican que el incremento es notable. Para ser eventos provocados por la derecha – cualquier cosa que se entienda por ello - implicaría un nivel de organización durante todo el quinquenio sorprendente. Si la campaña de Xóchitl Gálvez tiene tantos problemas internos, pensar que se organizan y delinean una estrategia de criminalidad para afectar al gobierno de López Obrador, resulta una hipótesis sin mucho sustento.
Por tanto, estos eventos que nos afectan en diversos sentidos, son una constante desde hace varios años. Si la referencia común es con Calderón, yo insisto en que desde la década de los ochenta estos escenarios se volvieron una referencia. Con Calderón los porcentajes se incrementaron exponencialmente, pero el tema es que las cantidades, los escenarios, las imágenes, los desplazados por miedo, se mantienen hasta hoy. Sea el gobierno que sea. Las cifras de desaparecidos pueden moverse en los documentos oficiales, pero la realidad es que un desaparecido es tan criminal como 100, 000, dado que implica el sufrimiento de un individuo y que el Estado no tuvo la capacidad de detener, previamente al evento, a quien se dedica a estas actividades con fines de obtener recursos. Si fueron 10, 40, 400, o 40,000, el vacío de Estado es el mismo. Lo que cambia es el drama, pero la capacidad de prevención, es escasa o nula. En la Constitución que juran cumplir lo encargados del poder ejecutivo y el judicial, no se indica cuántos muertos o desaparecidos deben existir para que el Estado tome medidas de prevención. Evidentemente, el castigo es un acto posterior, el problema es que la impunidad está por arriba del 90%. ¿Cuántas veces puede la misma persona realizar un acto criminal con ese índice de impunidad? Si seguimos el tema porcentual – que es poco realista – una persona va a cometer más de 9 crímenes y hasta la décima ocasión, lo van a detener, si es que tenemos suerte. Eso es una tragedia desde cualquier ángulo.
El asesinato de una candidata de Morena, Gisela Gaytán, quien pretendía gobernar en Celaya, Guanajuato, ha desatado una discusión sobre quien es el culpable. Se han publicado los detalles de oficios, solicitudes, papeles que fueron y vinieron, pero el evento terminó en tragedia. Dada la condición de candidata, el asunto se ha conocido con mayor amplitud. Pero en días pasados, hubo otra matanza en Chiapas de la cual, no tenemos al día de hoy una cifra exacta. Fueron entre 20 o 25, o nada más 10, dependiendo de quien lo diga. Pero diez, quince o veinte, es una tragedia porque todo indica, su condición fue estar esperando el transporte público. Sicarios y guardia nacional, al parecer, se enfrentaron y los muertos, estuvieron entre quienes quedaron en el fuego cruzado. Qué mayor tragedia. Gobierne quien gobierne. Pero es una nota en desarrollo, por lo que esto puede cambiar, aunque eso no elimina la tragedia.
Así, millones de pesos se gastan en campañas que nos indican cómo se van a solucionar los miles de problemas en el futuro, y estamos en medio de declaraciones cruzadas para culparse unos a otros. Pero los tres candidatos – aunque uno es de testimonio – se mueven en el país con nuestros recursos y nos dicen que se va a solucionar todo. Ahora, por prevención, será necesario gastar más dinero en cuidar a cientos de candidatos que tienen derecho a ser cuidados, pero que no habría que invertir en ello si el tema se hubiera atacado en su debido momento. No menciono a nadie porque ante estas condiciones, la pregunta sobrepasa la culpabilidad de lo inmediato para ubicar el problema en su larga, larguísima continuidad y por tanto, en la larguísima lista de condiciones que nos llevan a una condición como la actual. Lo inmediato es, por supuesto, importante, pero nos indica que esa continuidad debe ser modificada con trabajo intenso, estrategia y persistencia, para que, dentro de cinco años, otros candidatos, no se vean en las condiciones como las actuales. El dinero y el Estado que es para cuidarnos a todos, se va a cuidar a unos cuantos. El problema es que es mejor ser candidato para que te cuiden, pero a lo mejor no llegas porque si vas en trasporte publico o privado, te toca una balacera y no llegas a registrarte.
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