DESDE MI SOFÁ
Por: Obed Silva

En la elección municipal de 2004 se constató el efecto del voto diferenciado. Jorge Hank le ganó a Jorge Ramos con estrecho margen y el panista reclamó que el tricolor había influido de manera ilegal en las casillas con “la ola roja”.

Se demostró que el panista Jorge Ramos mentía y que la verdad fue que los ciudadanos (incluidos los panistas) votaron de manera diferenciada para Presidente Municipal y para diputados. 

Fue entonces cuando los mapaches electorales se dieron cuenta que la libertad del sufragio disolvió la antigua hegemonía partidista y que un porcentaje de ciudadanos vota de manera “diferenciada” entre las distintas opciones que se les presentan. 

La otra experiencia fue en 2012 cuando el Pri postuló junto con el Verde a su candidato Presidencial y en Baja California el Verde postuló candidatos propios a senadores.

El Pri ganó la Presidencia de México pero perdió las senadurías de mayoria y la de minoría por la confusión que provocó el candidato a Senador del Verde cuando hizo suponer al elector que al votar por el Verde lo hacía también por el Pri. 

Un tercer fenómeno se presentó en 2013 cuando el Pri perdió la gubernatura pero ganó en Tijuana que, desde entonces, contaba con más del cincuenta porciento de los electores del Baja California.

La lógica decía que si ganaba el Pri en Tijuana ganaría en el Estado, pero no fue así ya que hubo quienes inclinaron la balanza.

En mi opinión, el voto diferenciado fortaleció la democracia electoral pero al mismo tiempo abrió una veta para que los mapaches electorales operen, mediante la compra de votos, márgenes porcentuales de votación que puedan inclinar la balanza en favor de algun candidato.

Con el surgimiento del INE, las históricas prácticas de fraude electoral del gobierno se trasladaron a los partidos políticos quienes ahora invierten inmensas cantidades de dinero ilegal en la compra de votos.

Para la elección de este año, Morena pactó con el Verde y el PT postular la misma candidata para Presidenta de México pero en Baja California postular candidatos distintos a Senadores.

En este escenario, lo más probable es que Claudia Sheinbaum gane en Baja California y con ella la fórmula de senadores morenistas.

El verdadero pleito es por la senaduría de minoría y tal parece que el Pan dejó el camino libre para que se la disputen el PT y el Verde.

Es evidente que la estrategia impulsada por “los arrepentidos” panistas es dejar en el camino al candidato del PT operando el voto diferenciado en favor del candidato a senador verde pero, para lograrlo, necesitan la candidatura a la Presidencia de Tijuana.

Los comportamientos electorales, como el voto diferenciado, abrieron la posibilidad para que “actores” políticos laven dinero en las campañas y además de comprar la voluntad de los electores para conseguir el poder gubernamental.

NOMAS POR JODER:

Conforme pasen los días, es de esperar que la guerra sucia se intensifique con más videos y montajes.