Por: Marco Antonio Samaniego

TIJUANA BC 29 DE SEPTIEMBRE DE 2023.- La migración entre en la frontera México-Estados Unidos es un asunto que, de nuevo, rebasa los ámbitos de la diplomacia.  Se plantean en estos días acuerdos que deben implementarse en próximas fechas, pero el tema en la larga duración muestra a las naciones involucradas, en sorpresas y discursos que repiten la misma condición. 

México, por un lado, con una serie de contradicciones internas sobre sus procesos de trato a migrantes. Falta de presupuesto, imprevisión de la autoridad y carencia de políticas públicas sobre como atacar el complejo problema. Estados Unidos, con el preámbulo de su campaña presidencial, presenta candidatos republicanos que como siempre, amenazan con militarizar lo que ya está militarizado e indican, con ferocidad, que atacaran a los carteles de la droga. Pero ajenos a su propia historia y a los estados en los cuales varios de ellos han gobernado, se olvidan del tema del consumo, del cual son responsables. Su fracaso no lo mencionan porque si van a plantear la misma ruta establecida desde hace un siglo – dije bien, un siglo – no pueden decir que durante más de cien años no han podido convencer a sus propios votantes que no realicen la práctica que satanizan. 

El ausente candidato, Donald Trump, no necesita presentarse porque les lleva hasta el momento tal ventaja, que hacerlo es darle atención a quienes repiten la misma cantaleta que él. Son sus hijos espejo, que esperan despertar a un electorado que no quiere reconocer que el proceso tiene complejidades de las cuales son parte integral. Los cárteles, son producto de la segunda enmienda y de la proliferación de la venta de armas en su país.  No están ahí por una mera relación entre producción y trasiego, sino porque basta con ir a una tienda para adquirir capacidades de fuego que atemorizan en México a zonas enteras, secuestran presidentes municipales y tienen una capacidad de movilización que replantean la eterna pregunta sobre la fuerza del Estado mexicano. En mi caso, como he publicado en esta sección varias veces, también muestra que el país más poderoso del mundo, tiene muchas debilidades que permiten el traslado de miles de toneladas de un producto que hace enormes estragos en su sociedad. 

El problema de la migración es de larga duración, más allá de gobiernos locales y federales, pero es claro que parece que no se aprende de las lecciones anteriores. Es como iniciar una lucha en la cual los enmascarados tiene los ojos tapados y se enfrentan por primera vez a un enemigo que no existe enfrente, sino que se transmita como el agua y debilita los cimientos del Estado. Deja en duda por donde entra y por donde sale. No se presentan cifras, datos, zonas de ingreso y acciones específicas. La venda de los ojos se quita cuando ya están en la frontera, parados, corriendo, arrastrándose por debajo de un cerco de alambre y procesados por la patrulla fronteriza. Los especialistas ofrecen la información, pero el instituto que debería señalar el derrotero, las acciones, el proyecto, es una ausencia. Parece que están más preocupados por defenderse de casos pasados (como el incendio en Ciudad Juárez y su saldo de 40 hombres calcinados) que de haber efectuado acciones específicas. Es como si la institución sólo estuviera de membrete. 

Por ello, los candidatos que saben que no van a llegar a serlo, gritan, se enfurecen, actúan como si el juego en el que participan no fuera solo eso, un juego que no amenaza al candidato puntero que no voltea a verlos. Eso no implica que sus afirmaciones no sean importantes, dado que no caen en el vacío. Hablan para clientelas específicas que se niegan a analizar el problema con seriedad y no aceptan ser parte del problema. Si las cifras no engañan, mientras realizan su campaña, varios miles morirán por los excesos que no quieren ver sus candidatos republicanos. Eso sí es asunto de México, porque implica que personas gastaron su dinero, fortalece la capacidad de fuego de los cárteles en nuestro país y por tanto, tendrán mayores capacidades de dominio de regiones y zonas que forman parte de sus estrategias. 

Los migrantes de diversos orígenes nacionales, en la mejor de las suertes, van a ser por una o dos generaciones, quienes se empleen en las labores que otros no quieren hacer. En otros casos, serán regresados por miles a sus países de origen, de acuerdo con la información que aparece en los últimos días. Una crisis más entre otras crisis que se padecen y donde las razones de ello, se quedan en un segundo plano porque lo importante es resolver lo inmediato. ¿Qué hacer con tantos en tan poco tiempo? Las imágenes de Nueva York, con sus calles atestadas de migrantes que duermen en las calles, es una realidad que impone repensar la idea de que la migración sólo es problema de los migrantes y de las autoridades específicas. Estos por su parte, sobre todo en México, con su ambivalencia y negligencia, obligan a que las candidatas, vean el tema como un referente importante en sus agendas, porque en los siguientes meses, no parece que existan soluciones de fondo. 

Para los republicanos que van a perder, ladrar es un solución fácil que nada soluciona. 

Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor.