INFRAESTRUCTURA Y DESARROLLO
Por: Alejandro Mungaray Moctezuma 

TIJUANA BC 7 DE AGOSTO DE 2023.- La economía globalizada ha labrado este concepto que refiere la integración de diversos tipos de servicios de transporte para movilizar mercancías de un lugar a otro, a nivel internacional. 

Dicha integración consiste en la utilización de medidas únicas de carga, que pueden ser contenedores o unidades a granel, que van transfiriéndose de forma intermodal desde su origen hasta su destino, pasando por distintas jurisdicciones y aprovechando las redes disponibles de transporte carretero, ferroviario, marítimo y aéreo. 

La ONU, a través de la Conferencia de las Naciones Unidades sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), es quien ha ido formulando durante los últimos 59 años, con sus 195 Estados miembros, la política mundial en materia de comercio internacional, con el objetivo de homogenizar y regular el juego a nivel operativo y financiero. 

A medida que se va consolidando la integración de un país o una región en el sistema, se pueden ir diversificando sus economías para que sean menos dependientes de los productos básicos. A su vez, permite atraer más inversiones, aumentar el acceso a las tecnologías digitales y ayudar a que las empresas locales asciendan en las cadenas de valor. 

Asimismo, uno de los beneficios más interesantes de estas cadenas es el potencial que tienen para acelerar el flujo de mercancías a través de puntos de discontinuidad y las fronteras. 

Es importante visualizar que el objetivo central de las cadenas de transporte intermodal es promover el movimiento más ágil y seguro posible de las mercancías, pues con ello, se agilizan las transacciones financieras, se promueven ahorros y se suscita su correspondiente derrama. 

Es así, que cuando un país determina dentro de su estrategia de desarrollo ser competitivo dentro del sistema de comercio internacional, busca sacar el mayor provecho de su posición geográfica, de las condiciones que ofrece su territorio y de todos los elementos con que cuenta. Lo que los lleva a tener que diseñar un traje a la medida que potencie dichas bondades, normalmente reflejado en la dotación de infraestructura especializada. 

Desde este punto de vista, la infraestructura requerida se compone de varios elementos para configurar redes intermodales eficientes.

Por un lado, se requieren sistemas lineales terrestres, basados en el sistema carretero o el ferroviario disponible, que ofrecen diversos modos de transporte sobre el territorio. A su vez, a través de un sistema variado de puertos terrestres, marítimos y aéreos, reconocidos como elementos puntuales, se promueve la transferencia de un modo a otro. 

Sobre estos últimos, dichos puertos enfrentan el enorme reto de lograr una operación eficiente en tiempo y segura, por lo que ofrecen servicios logísticos muy especializados orientados a la intermodalidad. Mismos que suelen contar con terminales de enlace ferroviario, con plataformas logísticas dotadas de infraestructuras para el transbordo modal y con instalaciones para almacenamiento y administración de carga.

México cuenta con un buen sistema de puertos marítimos y terminales aeroportuarias que ofrecen servicios logísticos muy especializados en manejo de carga, y viene impulsando proyectos intermodales interesantes desde la óptica del comercio internacional. 

En el caso particular de la zona fronteriza del norte, con Estados Unidos, durante las últimas décadas se ha ido impulsando la vocación industrial de sus ciudades y su integración como región binacional al sistema global. 

Esto hoy se refleja en un gran volumen de unidades de carga que van y vienen entre el lado mexicano y el americano, con fuertes enlazamientos hacia otras ciudades del interior. Mismas que deben pasar por exhaustivos procesos de revisión y control de seguridad en la frontera, y que generan enormes concentraciones vehiculares que se reflejan en cuantiosas pérdidas económicas causadas por tiempos de espera, en fuertes impactos ambientales por emisiones, y en aumentos en los costos operativos de traslado. 

En esta frontera, los flujos ocurren a través de Puertos Fronterizos que interconectan ambas redes de infraestructura terrestre, por lo que ha prevalecido la movilización de mercancías utilizando camiones de carga, y en una expresión mucho menor, también por modalidad ferroviaria. 

En estos Puertos Fronterizos, al tener una función similar a la de otros puertos marítimos o aeroportuarios, es posible plantear la posibilidad de incorporar plataformas logísticas y servicios especializados que administren de mejor manera el tránsito de mercancías a través de la frontera. 

El reto sería promover intercambios eficientes de carga entre ambos sistemas terrestres (a un lado y al otro de la frontera), buscando un modelo alterno de operación ágil de cruces de mercancías que permita la reducción de costos por tiempos de espera y emisiones, lo cual puede contribuir a la sustentabilidad de estas regiones binacionales y hacer que sean aún más competitivas dentro del sistema de comercio internacional. 

Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor