INFRAESTRUCTURA Y DESARROLLO
Por: Alejandro Mungaray Moctezuma 

TIJUANA BC 17 DE JULIO DE 2023.- Las emisiones de gases efecto invernadero son la causa principal del calentamiento global y el cambio climático. En gran medida, son las propias actividades humanas las que están generando este impacto, prioritariamente relacionadas con la quema de combustibles, la deforestación y la actividad ganadera. 

Por un lado, el calentamiento global refiere el aumento de la temperatura promedio en la superficie terrestre asociado al incremento de concentraciones de gases en la atmósfera, las cuales absorben mayor radiación solar y captan más calor. 

Por otro lado, el cambio climático refiere las acciones globales que están causando dicho calentamiento atmosférico, al igual que el de los océanos y el suelo, afectando el balance de los ecosistemas que dan soporte a la vida y a la biodiversidad.  

Esta circunstancia ocasiona cada vez más eventos climatológicos extremos; como huracanes más intensos y frecuentes, inundaciones causadas por periodos de lluvias sin precedentes, y contrastantemente, olas de calor y sequías. También se están derritiendo glaciares y el nivel del mar sigue aumentando año tras año, causando erosión en las costas. 

Mientras el mundo está bregando con esta crisis, con innumerables muertes de personas y daños urbanos causados por estos eventos extremos durante las últimas décadas, las ciudades enfrentan hoy en día la necesidad de adaptar muchas de sus infraestructuras y políticas de planeación a esta nueva realidad climatológica. 

Algunos países como Alemania, Australia y China, ya iniciaron con diversas estrategias nacionales para mitigar los impactos del cambio climático en sus ciudades, pero en la mayor parte del mundo prevalecen aún enfoques tradicionales de planeación, diseño y construcción de sus componentes urbanos. 

En el caso de China, en 2013 inició un programa denominado “ciudades esponja”, con una prueba piloto en 30 de sus áreas urbanas, para contrarrestar su fuerte crecimiento poblacional, la intensiva expansión de sus caminos y techos impermeables, y los desastres por inundaciones cada vez más recurrentes. 

Este programa escaló ya la perspectiva del cambio climático a una nueva política de desarrollo urbano que va orientada a lograr una mejor convivencia entre el entorno construido y el natural. 

Entre sus estrategias, establece como prioridad recuperar cantidades importantes de suelo urbano para hacerlo más permeable y promover esquemas más sustentables de captación y consumo de agua. 

Por un lado, busca lograr microclimas más adecuados, y por otro lado, llegar a captar el 70% del agua de lluvia para reinsertarla al sistema de consumo, a partir de la implementación de sistemas de administración urbana que reduzcan las pérdidas hídricas, mejoren la calidad del agua, aumenten la capacidad de captación y almacenamiento de agua de lluvia y mitiguen las emisiones de gases efecto invernadero.

Las tecnologías constructivas que contempla este programa es la habilitación masiva de techos verdes, parques, humedales artificiales, estanques de infiltración, instalaciones de retención biológica, sistemas de drenaje urbano sustentables y pavimentos permeables. 

Para lograrlo, el Gobierno Chino destinó una inversión inicial de aproximadamente 100 millones de dólares en cada ciudad, con la expectativa de orientarlo hacia un modelo de aportaciones mixtas, donde el sector privado llegue a aportar el 50% en los próximos años.  

Durante estos primeros años de implementación, la experiencia china ha sido positiva y va superando distintas barreras que tienen que ver con retos técnicos y físicos, la falta de instrumentación del espacio urbano; aspectos financieros, legales y administrativos; y procesos de asimilación social. 

China ya puso en la mesa un modelo de referencia para otros países que también se encuentran en vías de desarrollo, con el que se sientan las bases para transitar de una filosofía de desarrollo urbano tradicional hacia una más sustentable. 

El modelo de las “ciudades esponja”, es un modelo inteligente que busca matar varios pájaros de un tiro. Además de preparar a los espacios urbanos para los inminentes embates del cambio climático, haciéndolos más resilientes y saludables, prevé a su vez acciones para mitigar los efectos de la crisis hídrica y energética que también conmina al mundo.

Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor