INFRAESTRUCTURA Y DESARROLLO
Por: Alejandro Mungaray Moctezuma 

TIJUANA BC 3 DE JULIO DE 2023.-Israel es un país del Medio Oriente que fue fundado en 1948, después de la Segunda Guerra Mundial. Sus circunstancias de origen y su desarrollo a través de los años han estado condicionados por sus antecedentes históricos, su proceso religioso – cultural y su organización política y territorial, reflejado en constantes conflictos militares y terroristas, sobretodo, porque la mayoría de las naciones musulmanas no reconocen su expresión de Estado moderno. 

Con una extensión de poco más de 22 mil kilómetros cuadrados, hace frontera con Líbano, Siria, Jordania y Egipto, y su línea de costa con el Mar Mediterráneo es de 263 kilómetros. Actualmente, cuenta con 9.3 millones de habitantes, con un 92% viviendo en ciudades, de las cuales destacan Jerusalem, Tel Aviv, Haifa y Beer Sheva. 

Sus condiciones geofísicas y climatológicas se contrastan entre una zona costera mediterránea; otra zona de sierra boscosa, con algunos valles en la parte norte del país; y otra parte desértica en el centro - sur, que cubre más de la mitad de su territorio.  

De todas las adversidades que el país tuvo que enfrentar desde sus inicios, tal vez la más relevante fue la escasez de fuentes naturales de agua dulce, donde ni las captaciones provenientes del subsuelo ni los periodos de lluvia, eran cercanamente suficientes para atender las demandas básicas de su población y de los sectores económicos que querían consolidar. 

Ante esta necesidad, más allá de las diferencias y conflictos entre sus comunidades, se tuvo que reconocer que este problema en particular era uno que los afectaba a todos y que sin agua, simplemente no había posibilidad de un futuro para nadie. Se tenía que trabajar de forma colaborativa, integral e inteligente para resolver esta crisis; y les llevaría tiempo revertir esta situación. 

Por ello, desde la década de los 50´s del siglo pasado, se empezó a trazar una organización estratégica entre gobierno, empresas y sociedad, que después de un proceso de 70 años, hoy pone a Israel como un referente mundial en la producción de agua desalinizada y en sistemas de reutilización de aguas residuales. Dicha organización, se reconoce ya como un modelo sólido de desarrollo, basado en 5 pilares fundamentales.

El primer pilar, reconoce a la innovación como el medio para gestar múltiples desarrollos tecnológicos, estrategias comerciales, procesos educativos y políticas públicas orientadas hacia la atención de esta problemática. 

Por su parte, el segundo pilar se ha centrado en la reducción del consumo de agua. Por un lado, a través de campañas de concientización y educación ciudadana sobre su uso eficiente, y por otro lado, con el desarrollo de tecnologías y la generación de programas masivos, como lo fue el riego por goteo para el consumo agrícola. 

El tercer pilar, orientado hacia la reutilización del agua, a lo largo de las últimas cuatro décadas se ha enfocado en el desarrollo de tecnologías para tratar aguas residuales y prioritariamente dirigirlas al sector agrícola. Esto, le permite hoy en día reutilizar el 86% de sus aguas residuales y ser el líder mundial en este rubro.  

El cuarto pilar, enfocado en la producción de agua, se ha centrado específicamente en el desarrollo de tecnologías de desalinización, logrando reducir su dependencia de los ciclos hídricos naturales para actualmente suministrar más del 70% de su agua potable a través de este método. 

El quinto pilar, desde la óptica de los costos de producción y suministro, ha establecido un sistema tarifario variable para cada sector, brindándole sustentabilidad al modelo a través de su privatización y descentralización. Lo que incluso ha detonado que más actores se involucren en los procesos de investigación y desarrollo buscando su permanente optimización. 

El éxito de Israel ha sido tal, que además de resolver su problema de escasez de agua, se ha convertido en exportador hacia sus países vecinos y ha podido comercializar internacionalmente muchas de sus tecnologías y soluciones. 

Lamentablemente, la escasez de agua de consumo en muchas regiones del mundo es cada vez mayor. Según la UNESCO, hoy en día alrededor del 45% de la población mundial vive en sitios que enfrentan diversas circunstancias relacionadas con el acceso al agua.

Una parte, porque residen en sitios que han reducido su capacidad natural de captación, y otra parte, por rezagos en infraestructura. 

En México, un estudio reciente del IMCO explica sobre la escasez de agua en regiones del centro y norte del país por efecto de las sequías, caracterizando incluso los sectores que más consumen, que aunado al abastecimiento público, son el agropecuario, la industria autoabastecida y las centrales termoeléctricas.

El caso de Israel es una muestra clara de que la necesidad hace al maestro. Su perseverante proceso, en medio de tantos conflictos, le ofrece un ejemplo al mundo de cómo se puede hacer frente al problema de la escasez de agua en una región, donde la base del éxito es apostarle a la innovación y al desarrollo tecnológico, promoviendo el trabajo conjunto y colaborativo entre el gobierno, las empresas y la sociedad. 

Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor