Por: Marco Antonio Samaniego

TIJUANA BC 26 DE MAYO DE 2023.- De nuevo, el escenario de los grandes cambios no aparece. El momento del asesinato de 10 personas en San Vicente, muestra una vulnerabilidad que no queremos para nadie. La idea de acudir a una tienda y se desate una balacera en la que podemos quedar en medio, no responde a los ideales de una sociedad que tiene un nivel de seguridad aceptable. 

La información sobre este tipo de eventos, no es propia de un sólo lugar, pero es  lamentable saber que estamos expuestos a venganzas de personas a las que no conocemos y por motivos totalmente ajenos a nosotros Es una tragedia en todo el sentido de la palabra, que grupos armados se confronten en espacios públicos, donde circulamos todos los que no estamos involucrados en las actividades que generan, por desgracia, tantos recursos que provocan que  algunos estén dispuestos a matar a otros por el control de rutas, o por venganzas personales derivados de ello. 

El gran mercado que representan los compradores genera que el límite fronterizo sea un factor, pero no determina lo que sucede. Por muchos años, hemos escuchado que el cruce de mercancías ilegales ha sido la razón de enfrentamientos, crímenes, y grupos delictivos que se apoderan de áreas en las cuales sus decisiones han afectado a miles de familias. Quienes toman la decisión de producir, trasladar y vender drogas han marcado una historia que ha negado la tranquilidad a miles de ciudadanos. 

El nombre del poblado de San Vicente fue escuchado en miles de lugares y las criticas a las autoridades han sido numerosas. A casi una semana del trágico evento, algunos han sido detenidos y hoy estamos informados de que una autoridad, cuando menos, estaba junto a quien parece, era el objetivo de los sicarios. ¿Venganza? ¿Ajuste de cuentas? ¿Pleitos entre carteles? Probablemente en los próximos días tengamos más información.   Ojalá no se genere una nueva tragedia en próximos días. ¿Cómo saber que los amigos, compañeros o familiares de los afectados, no serán capaces de hacer lo mismo para una nueva venganza? 

Circulan en los informativos imágenes de tres de los perpetradores del macabro evento. ¿Cuál fue su trayectoria de vida que los llevó a participar en una masacre? ¿cuánto dinero les pagaron? ¿qué relaciones tienen con los dirigentes de los carteles? ¿cómo se vincularon con estas organizaciones? ¿cómo se crean sicarios en contextos como los nuestros? Que bueno que se detenga a los criminales. Pero más allá de los nombres específicos, ¿por qué no hacer un trabajo de investigación que genere respuestas sobre las trayectorias de quienes realizan estos eventos dramáticos? ¿Qué los lleva a ser participes de asesinatos en masa? ¿porque no les importa la vida de tantas personas? ¿ Qué significado tiene para ellos ser parte de una cadena de crímenes? Hablamos de personas, seres humanos, que ejecutan actos, es de suponerse, a cambio de recursos. 

Los programas sociales no han sido suficientes. Las promesas de seguridad no han sido suficientes. Las reuniones no han sido suficientes. Las afirmaciones de coordinación en las campañas no han generado los climas de paz que nos fueron prometidos.  Algo no funciona.  Culpemos al neoliberalismo, a los conservadores, a los fifís, pero creo que cuando menos es necesario   trabajar en las trayectorias para analizar las causas.   ¿De donde se alimentan estos grupos delincuenciales? ¿ se puede actuar en los espacios que propician el surgimiento de quienes deciden matar de la forma en que se realizó el sábado pasado? ¿ son demasiados los lugares en los cuales se construyen como asesinos? 

No tengo respuesta, sólo dudas y temores porque requiero caminar por la calle. Ingresar a espacios similares al que fue escenario de la matanza el sábado pasado. Mis familiares cercanos y lejanos también lo hacen. Van a una tienda de conveniencia casi a diario a comprar mercancías legales. También voy a mercados con estacionamiento como en el que encontraba un empresario de una plaza muy conocida por vender comida china y fue asesinado en su auto.  ¿Qué hacemos si casualmente caminamos por enfrente? ¿Qué podrían hacer familiares que tienen cierta edad, o algún tipo de discapacidad?   ¿Corremos todos? 

El problema es serio, de fondo. Requiere acciones y respuestas definitivas. La pregunta no es de cuál cartel fueron los muertos o los sicarios. La pregunta es ¿Por qué funcionan estos grupos organizados y qué permite que, a pesar de ser perseguidos, puedan movilizarse? ¿porque existen y se mantienen luego de muchos años? 

Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor.