Luego de García Luna: el Estado
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Luego de García Luna: el Estado

Tijuana BC - viernes 3 de marzo de 2023 - Marco Antonio Samaniego.
1963

Por: Marco Antonio Samaniego

TIJUANA BC 3 DE MARZO DE 2023.- Ha sido juzgado un hombre, pero se ha demostrado que el Estado es débil. García Luna actuó a nombre del Estado. Fue reconocido a nombre del Estado. Vivió de los recursos, estructura y personal que pertenecían al Estado y  en base a testimonios de criminales, parecidos o peores que él ha sido condenado por delitos que le correspondía perseguir. Los criminales y los agentes del Estado se parecen en mucho. Incluso, para poder atrapar a los delincuentes, es necesario pensar como ellos para ir un paso adelante. Los capos del narcotráfico se parecen a sus perseguidores  y por eso se parecen a ellos, los imitan y se involucran con ellos. Se investigan unos a otros y todo ha indicado, en el ultimo medio siglo cuando menos, que se entrelazan, se vinculan y se vuelven compadres y amigos. Algunos son familiares. El enemigo y el amigo pueden ser el mismo. 

El Estado se vuelve una figura retórica, donde los sujetos se mueven a su sombra, con su justificación y con sus recursos.  Presidentes municipales, los más vulnerables, se quiebran o sobreviven de acuerdo con sus condiciones. No tienen recursos para enfrentar ese poder entrelazado al Estado y capaz de movilizar numerosos hombres y mujeres, quienes, por sus razones, que van desde falta de empleo, expectativas sobre su condición de vida, o en otras, para sobrevivir, se involucran en los procesos de producción, trasiego y venta de todo tipo de enervantes. Algunos, estudian e invierten tiempo e ingenio, que no aplicaron en la escuela, para producir metanfetaminas o el mortal fentanilo.  

El problema es que no hay un interior. No es un cuerpo. No son células que organizadamente actúan en relacion entre sí. Se puede atrapar a los jefes más conocidos o investigados, pero los niveles de producción y trasiego no disminuyen. Los precios se mantienen y eso muestra que la circulación está garantizada por mercados, tantos en Estados Unidos, Europa o los internos, que cada vez crecen más. García Luna es un delincuente conocido desde que estaba en los cargos, pero nadie actúa en tiempo y forma porque mover los hilos, pueden provocar que todo el sistema formal se derrumbe. Más de un gobernante a dicho, si jalas demasiado la cuerda, te puedes caer. Recuerdo palabras, poco más, poco menos, dichas por Ernesto Ruffo, cuando era gobernador de Baja California. El mensaje era claro en la década de los 90: no sabes quien te acompaña en el gobierno. 

Los muertos, antes y después del criminal García Luna, son innumerables. Las familias destrozadas por las drogas y las matanzas eran y son incontables. El Estado mexicano, anuncio hace muchos años que el Estado mexicano estaba rebasado por la delincuencia organizada. Yo utilizaré la idea de delincuentes organizados, así, muchas, varias, con enfrentamientos entre sí, con alianzas, con capacidad de mover grandes cantidades de dinero y con agentes que nunca aparecen en los procesos de lavado y uso de recursos.

También porque, para que todo eso exista, se requiere quien saque dinero de su bolsa y pague por un producto que le va a afectar la salud de manera inmediata. Le va a disminuir capacidades y lo puede hacer dependiente de dichas sustancias. Sin esa dependencia, no se explica un Estado que requiere mucho más que ´palabras de esperanza. 

Antes de García Luna miles de hombres y mujeres murieron en escenarios de falta de autoridad y carencia de poder del Estado. Con García Luna y Calderón, imagen inseparable, todo se multiplicó por dos o tres.   Cuerpos en fosas, desaparecidos, personajes como el “pozolero del teo”, y muchos otros, llenaron páginas de los diarios.   

Pero después de García Luna el tema no ha mejorado. El culpable de infinidad de delitos, como mentirles a los mexicanos, usar presupuesto para crear sus redes empresariales y propiciar la perdida de miles de victimas inocentes, se fue hace varios años. Su culpabilidad transciende su cargo porque las redes y los millonarios que creó siguieron actuando o se mantienen ahí. Pero luego de García Luna no existe una diferencia marcada. Las cifras indican que todo sigue, que con los gobiernos posteriores se mantuvo una tendencia creciente. En la actualidad, se afirma, no sé si con otros datos o con los oficiales o con los que aparecen en los diarios, que ya no crece el número de crímenes diarios, pero sí se ha demostrado que el incremento de cruce de fentanilo, se ha multiplicado en los últimos cinco años. Y Tijuana es el lugar que destaca. Las autoridades estadounidenses, tan culpables como las mexicanas, se ofenden porque en México no se hace lo suficiente, pero no dicen que ellos no hacen o suficiente y 100 000 personas mueren al año en Estados Unidos. Pero eso es culpa de México. Sin duda, atacar el trasiego es una parte, pero eliminar el consumo es lo más importante. Sin compradores no hay vendedores. A nadie lo obligan con una pistola a drogarse y luego a volver a comprar para volver a utilizar los productos. García Luna es un criminal que debe estar el resto de su vida en la cárcel, pero en ambos países, la figura del Estado no es cuestionada. Menos en Estados Unidos donde la idea de democracia  justifica la intervención  en miles de asuntos alrededor del mundo. Así, ´pues, el problema no se ha solucionado. Sólo conocemos a uno de sus peores representantes, bajo la actuación de un juez que no permitió que se conociera más que una parte de la verdad. De saberse más, sus instituciones también saldrían afectadas. 

Para los de a pie, no hay nada que festejar. No se reducen la cantidad de homicidios, no existe justicia para las víctimas, y tenemos a los militares en las calles, con los efectos negativos que ello implica. La actuación sigue dejando muertos por las calles y quienes se arriesgan para vender, trasladar y utilizar los estupefacientes, mantienen una línea que de trabajo que no se ve amenazada. Omisión, desconocimiento, o recursos que fluyen entre ambos países, son factores que dejan evidencia todos los días: quemados, baleados, calles cerradas y autos incendiados en diferentes ciudades.  Negarlo es fácil, pero es claro que las estrategias han fallado y en estos días, las evidencias se han incrementado. La transformación debe reflejarse en las calles, no en los discursos. 

Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor.

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