LA BUFADORA
Por. – El Mosquito

(FOTO: Francisco Vega de Lamadrid)

ENSENADA BC 22 DE OCTUBRE DE 2022.- El desplome de la popularidad del panista Francisco Vega de Lamadrid cuando ejercía el cargo de gobernador (2013-2019, comenzó poco después de cumplir la mitad de su gestión, cuando -con el apoyo del Congreso local de entonces-, logró la aprobación de la llamada “ley del agua”, que contemplaba no sólo un millonario endeudamiento para construir una megaplanta desaladora en el municipio de Playas de Rosarito, sino que también establecía un incremento a las tarifas de agua para consumo doméstico, lo que desató la furia de sus detractores, ahora varios de ellos en el poder, quienes alentaron la mayor protesta pública de que se tenga memoria en todas las ciudades de la entidad, pero principalmente en Mexicali.

Por si fuera poco, tal reforma para aumentar el costo del agua en el estado coincidió en aquella época con el gasolinazo decretado por el mandatario priista Enrique Peña Nieto.

Y el resto de la historia ya la conocemos: El PRI perdió las elecciones presidenciales de 2018 y aquí el PAN entregó la gubernatura luego de mantenerse tres décadas consecutivas.

Sin embargo, esta dura lección parece que no la recuerdan los hoy encumbrados “morenistas” (porque todos provienen del PRI, PAN Y PRD), dado que replicaron las mismas prácticas para autorizar un ajuste al alza de las tarifas de agua, iniciativa que se avaló ya en la Comisión de Hacienda del Congreso del Estado, cuyos diputados sesionaron a medianoche, en lo oscurito, al más puro y viejo estilo del que tanto despotricaron y juraron no repetir.

Cabe señalar y reconocer que desde hace muchos años era necesario elevar de manera gradual las tarifas de agua, pero los panistas nunca quisieron asumir el supuesto costo social y político que eso representaba, y cuando pretendieron hacerlo de golpe, se les vino el mundo encima por las formas y el fondo.

¿Por qué no socializaron esta propuesta cuando sobran los argumentos que la justifican?

El problema de los políticos en el poder es que, salvo muy honrosas excepciones, son pésimos para entender y medir tiempos y circunstancias, y lo peor, incurren en conductas opacas y a escondidas.

El 2023 no pinta bien a pesar de que aparentemente terminó la pandemia, porque la inflación no se detiene, la violencia social que genera la delincuencia organizada tampoco la pueden frenar, y los analistas económicos advierten de una posible devaluación del peso frente al dólar de un 20 por ciento.

Pero las “corcholatas” bien entretenidas con sus precampañas anticipadas.

La gran ventaja que tienen los actuales gobernantes es que la única oposición que tienen se encuentra en su interior, porque afuera nada los despeina.

PODER TRAS EL TRONO

(FOTO: Luis Crecencio Sandoval)

Pese a que se pensaba que el general de división Luis Crecencio Sandoval, sería un secretario de la Defensa Nacional más o “X”, todo parece indicar que el ensenadense tiene más fuerza que muchos, si no es que de todos, los hombres cercanos al presidente Andrés Manuel López Obrador, tan es así que hay quienes especulan que no se sabe quién es el que ordena, y quién el subordinado. 

De ese tamaño el poder del uniformado, a quien el comandante supremo le ha confiado (¿o cedido?), más poder económico y administrativo que a cualquier otro colaborador, lo que explica que los cañonazos contra el actual gobierno, se estén teledirigiendo a las fuerzas armadas, gracias a la pólvora que regaron las “Guacamayas”, con los seis teras hackeados al sistema de inteligencia de la élite castrense.

Las sospechas del gran poder militar comenzaron a darse, si este mosco no se equivoca, con el movimiento que tuvo que hacer la administración obradorista para regresar a México, con todas sus garantías y sin pecado, al también general Cienfuegos, quien recordará el lector que fue detenido cuando, acompañado de su familia, viajó a Estados Unidos por motivos personales. 

En esa ocasión el mismo presidente se tuvo que desdecir de su primera versión, al saber de la detención del que fuera secretario de la Defensa Nacional en la administración del priista Enrique Peña Nieto.

Por lo pronto, los discursos de los senadores Francisco Álvarez Icaza y Germán Martínez Cázares, frente a los más altos mandos militares y de seguridad en el país, fueron directos a Crecencio Sandoval, contestando en buena medida lo que el funcionario federal afirmó en un discurso el pasado mes de septiembre.

Y es que el papel discreto y de bajo perfil que en el pasado había tenido los secretarios de la Defensa Nacional, con todas las sospechas que despertaran, siempre se mantuvo detrás de la banda presidencial.

La columna La Bufadora -Por El Mosquito- del periódico El Vigía de Ensenada estará participando con nosotros en AFN, lo mismo que nuestra columna AFN Político, en ese importante medio