Enlaces de Poder
Por Eliott Valdez Montaño
No somos iguales, pero hacemos las mismas cosas.

TIJUANA BC 6 DE SEPTIEMBRE DE 2022.- La declaración que hizo este martes el presidente Andrés Manuel López Obrador lo pone de nuevo en la ruta de la incoherencia y de la incapacidad para atender un problema sensible, como es el de la inseguridad, ya que al final demuestra que tiene que recurrir a la estrategia que implementó su odiado enemigo, el expresidente Felipe Calderón Hinojosa, de sacar al ejército a las calles, con las consecuencias sangrientas que vimos.

Y es que, tras las críticas a la iniciativa que cede al Ejército el control operativo de la Guardia Nacional, y la intención que las fuerzas armadas continúen realizando funciones de seguridad, el presidente no le quedó más que decir lo siguiente:

“Sí cambié de opinión, ya viendo el problema que me heredaron, si sabía yo desde el principio que la paz es fruto de la justicia y eso es la base de la política de Seguridad, el atender a los jóvenes, mejorar las condiciones de vida, combatir la pobreza, combatir la corrupción, todo eso lo estamos haciendo (…) pero, imagínense, ¿qué íbamos a hacer con la Policía Federal?”.

Él sigue responsabilizando a los demás de los problemas que están ocurriendo en su sexenio (del cuál han pasado cuatro años) pero solamente demuestra que por sí solo no se pudo contener la inseguridad, por lo que seguirá echando mano del orden y la disciplina del Ejército, que independientemente de todo, sigue siendo considerado como una de las instituciones más confiables del país.

Tampoco sorprende que tome estas decisiones, ya que a los militares los vemos en varias funciones: construyendo aeropuertos, transportando medicinas, así que… pues que sigan también en acciones de seguridad.

Lo que es preocupante es ver al presidente tenerse que comer sus propias palabras, las mismas que en campaña señaló, al despotricar contra la estrategia bélica de Calderón Hinojosa, que causó miles de muertes a manos del crimen organizado, y que ahora tiene que replicar. Creo que eso es lo que más le duele, más que las consecuencias que esta decisión podría traer.

Dicen que es de sabios cambiar de opinión, pero… en este caso, no lo relacionaría con sabiduría, pero sí con incapacidad e irresponsabilidad. Al tiempo, ya veremos qué posición asumirá cuando tenga que guardar en el clóset miles de muertos, como ocurrió con Felipe y Genaro, a ver a quién le echa la culpa de lo que le correspondía atender. Tal vez los tenga que guardar abrazados, para que puedan caber, no lo sabemos.

Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor.