REFLEXION DEL DIA.- 
Por:  Lic. Esteban Capella Ibarra

TIJUANA BC 28 DE OCTUBRE DE 2022.- Aunque me considero joven aún, puedo recordar por allá de los años 90 la pasión con la que los panistas de aquel entonces defendían y luchaban por una democracia que paso a paso sentían conquistar. Yo tenia 12 años cuando en 1989 el entonces candidato a la gubernatura de Baja California, el panista Ernesto Rufo Appel logró un triunfo sin precedentes, convirtiéndose en el primer Gobernador de oposición después de mas de 60 años de gobiernos priistas ininterrumpidos en nuestro país y sus entidades federativas.

Aquel triunfo sentó las bases para que en Baja California gobernara el pan por prácticamente 30 años hasta el año 2019, en el que el morenista Jaime Bonilla Valdez asumiera el cargo de gobernador por un periodo de dos años que posteriormente mantiene la morenista Marina del Pilar Olmeda.

Considero oportuno y adecuado tomar como referencia los hechos y acontecimientos de Baja California para entender lo que a nivel nacional se desarrolla en materia política, en virtud de que para muchos es ampliamente conocido que nuestro Estado es tomado como un referente o valida muestra representativa que permite generar datos de como podría reaccionar la población nacional ante determinadas circunstancias. Un claro ejemplo de ello es la empresa Telnor que durante años  ha realizado pruebas piloto de sus productos en nuestra región, antes de ofrecerlos a nivel nacional a través de su filial Telmex.

Pero regresémonos a la historia contemporánea o reciente en materia política de nuestro Estado. Recuerdo aquellos años 90 en los que panistas defendían a su partido mas que a su propia vida, que los ideales de Gomez Morin, la democracia, la defensa de la vida, etc. ExistÍa una eterna rivalidad con todo lo que oliera a PRI y sus representantes, el PRI para ellos era una representación de corrupción, practicas retrogradas y antidemocráticas. Todo lo contrario a lo que el pan ofrecía. El PRI era el diablo.

Con estos antecedentes ¿Qué posibilidades de que una alianza entre dos fuerzas históricamente e ideológicamente opuestas sea vista con seriedad? En mi opinión personal una alianza de esa naturaleza no se justifica. No creo ser el único en pensar que dos institutos que antagonizaron durante tantos años por visiones diferentes hoy se unan por una razón tan elemental como la de derrotar al partido en el poder. Hacer eso es hacer mas profundo el hoyo de sus errores, donde se encuentran sumergidos, demostrando una vez más que solo les interesa el poder por el poder y no los ideales que les dieron vida respectivamente en su origen.

Hoy lo mejor que pueden hacer estos dos partidos es regresar a sus orígenes, retomar su rumbo ideológico y luchar de forma independiente a través de propuestas serias por su supervivencia y reconquista de la confianza ciudadana. 

*El autor es Licenciado en Derecho y Activista Ciudadano. 

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