REFLEXION DEL DIA
Por:  Lic. Esteban Capella Ibarra

TIJUANA BC 15 DE MAYO DE 2022.- “No hay mayor satisfacción que el deber cumplido” era una recurrente frase que escuchaba de mi maestra por 43 años, la Profesora Evangelina Ibarra Baptista, mi madre, maestra y mejor ami-ga que durante toda una vida nos dio grandes lecciones de todo tipo.

El dia de hoy  15 de mayo es una fecha importante para conmemorar y reflexionar acerca de la importante labor y retos que tiene un colectivo nacional incorporado a un sistema magisterial donde los maestros juegan un protagónico papel.

La incorporación de esta fecha en el calendario nacional como “día del maestro” tiene sus oríge-nes por allá de 1917 donde un grupo de diputados ex-maestros presentan una iniciativa para que se incorpore atinadamente dicha fecha como una celebración para todos aquellos trabajadores de la educación.

Difícilmente alguien me podrá platicar algo novedoso acerca de los sacrificios, retos o relevancia de la noble labor de los maestros, en mi caso soy hijo de una maestra que gran parte de su vida la dedico a trabajar por la educación. Tener la vocación de educar en un país con las características del nuestro requiere de una gran fuerza de voluntad para afrontar grandes limitaciones en temas de infraestructura, salariales, prestaciones pero sobre todo en un claro entendimiento de las autoridades de la importancia de educar eficaz y eficientemente a nuestros niños y jóvenes.

Durante años observe como la labor de la profesora Evangelina y otros maestros merecedores de gran reconocimiento social como la profesora Aida Ojeda, Esperanza Ladrón de Guevara, Ce-sar Esquer, Walmira y Maronel Burrola, Carmen Lopez Segura, Jose luis Lopez Rojas, Beatriz Amador, Laura Lozano, Enrique Reyes y muchos, muchos mas de una interminable lista iba mas allá de presentarse en un salon de clases y exponer un tema educativo, la labor de ellos que du-do mucho a la fecha haya cambiado consistía en analizar, planear y organizar como iban a lograr construir un aula adicional a la escuela con el apoyo de asociaciones, padres de familia y ellos mismos. Su labor consistía en buscar y tocar puertas para apoyar algún alumno que padecía algún mal de salud y no contaba con los recursos su familia para solventarlo, su trabajo implicaba en muchas ocasiones tener que acudir a un centro de detención y firmar una responsiva para la libe-ración de algún joven que habría cometido alguna infracción y ellos en su conciencia no se podían permitir que dicho alumno no acudiera a clases. Interminables son las historias que me toco es-cuchar acerca de las soluciones que se sentían obligados a proveer en favor de sus alumnos.

Hoy no quiero que pase desapercibido este día para decirles a los maestros tanto en activo cómo jubilados que su labor permanente de educar siempre contara con el agradecimiento de quienes hemos tenido la fortuna de pasar por las aulas.

“El día que los maestros pierdan la esperanza y la vocación del reto de educar, estaremos perdi-dos”

*El autor es Licenciado en Derecho y Activista Ciudadano
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