LA BUFADORA
Por. – El Mosquito

(FOTO: Jaime Alcocer Tello)

TIJUANA BC 5 DE MAYO DE 2022.- En todos los corrillos y charlas en cafés, restaurantes y otros centros de reunión está de moda criticar la ineficiencia de la Cespe, que está muy lejos de ser el organismo rector del suministro y disposición de agua de clase mundial que Ensenada merece.

El que ya parece negro de feria es su director general Jaime Alcocer Tello, quien, a decir verdad, le tocó bailar con la más fea, porque no todo es su culpa, él solo heredó un problemón marca diablo.

Si alguien fuera tan acucioso como para revisar las páginas del organismo paraestatal, seguramente encontraría un número récord de fallas en el suministro del vital elemento, algunas avisadas con un poco de tiempo y otras abruptas como el hipo.

Ciertamente en todos los sectores priva la inconformidad por el mediocre servicio que presta la Cespe a cambio de las elevadas tarifas, que no lo fueran tanto, si el servicio correspondiera al costo.

Todos los grupos de la sociedad civil ensenadense han protestado a viva voz en todos los tonos, y solicitado a la gobernadora Marina del Pilar intervenga y ponga un hasta aquí a la cadena de fallas e ineficiencias de la paraestatal.

Los problemas de este organismo no son nuevos, desde su creación hace 53 años, salvo sus primeros años, cada administración dejó algo por hacer, lo que finalmente tiene colapsado el organismo.

Más que agua, lo que ha faltado es voluntad política y creatividad para darle solución al problema que requiere de una estrategia financiera para su rescate a largo plazo, crear un sistema tarifario realista para que la comunidad pague el consumo doméstico, comercial, industrial y turístico a su verdadero costo, desde luego, dando trato preferencial a los que menos tienen.

Obviamente, se necesita un sistema de administración eficiente, cobranza efectiva,  operación moderna y digitalizada a prueba de fugas, y no sobreposiciones en las obras con el gobierno municipal.

Como en cualquier negocio, extraer, desalinizar, conducir y distribuir el agua tiene un costo, ese mismo se debe reflejar en las tarifas en forma subsidiaria, es decir, que paguen más los que consumen más y los que la usan para hacer negocio.

No es posible que una familia humilde pague un tambo de agua de 200 litros en 300 o más pesos en vez de pagar un metro cúbico -1000 litros- en 25 pesos. 

Esa misma familia paga una cocacola de 3 litros en 35 o más pesos, en vez de ese mismo metro cúbico de agua en 25, tal vez si le aseguran el suministro el jefe de esa familia estaría dispuesto a pagar un poco más.

Lo que no es aceptable que pseudo representantes populares -diputados- de algunos partidos políticos en vez de autorizar tarifas realistas para que la Cespe pueda llevar el agua a los consumidores, salgan a “defender” estridentemente a los más pobres, logrando todo lo contrario, porque terminan perjudicándolos gravemente al dejarlos sin agua y condenarlos a pagarla mega cara a los piperos. Pero claro, hay que cuidar el voto.

Con el resto de los consumidores no debería haber problema, basta ver las redes sociales como muchos presumen el consumo de platillos y vinos en lugares exclusivos, así que no deberían de negarse a pagar el valor real del vital líquido.

Del comercio, industria y turismo, las cosas no serían tan peores, de por si ya pagan altos costos por el agua, que al final del día terminan pagándola los consumidores, el problema es que no la reciben en la cantidad suficiente, ni de la mejor calidad.

Este mosco está seguro que todos están dispuestos a pagar un precio real y justo, pero no pagar por aire en vez de agua, ni el servicio a medias, ni el lodo que a veces sale de las tuberías.

Si el gobierno federal, estatal, la Secretaría para el Manejo, Saneamiento y Protección del Agua de BC (SEPROA), la Comisión Estatal del Agua y la misma Cespe decidieran implementar un plan de rescate y saneamiento del organismo con el apoyo del Congreso del Estado, este insecto metiche se atrevería a apostar doble contra sencillo, que la población los respaldaría, porque el esfuerzo lo vale.

Una ventaja tiene la actual administración, no es la culpable de la debacle que heredaron, pero si responsables de la solución. Ensenada necesita agua para su sobrevivencia, crecimiento y desarrollo.

No hay agua más cara que la que no se tiene.

NOMBRAMIENTO

(FOTO: Amador Arteaga Sahagún)

Ayer trascendió el nombramiento del ex comerciante del sector turístico y ex director del Pro Turismo, Amador Arteaga Sahagún como gerente de comercial de la Administración del Sistema Portuario Nacional (ASIPONA) ¡ah caborón!, que en tiempos neoliberales era la Administración Portuaria Integral.

Bueno, pues en esa posición Amador tiene bajo su responsabilidad, dar continuidad a la ruta, proyectos, acciones, programas, controles y estrategias para alcanzar los objetivos y el fortalecimiento de la vinculación Puerto–Ciudad.

En el comunicado se anota que: “…se promueve que el puerto sea parte integral del desarrollo económico y social de la región ya que representa el crecimiento, innovación, generación de empleo…”

Esa entidad busca promover el desarrollo de infraestructura y servicios portuarios, turísticos y comerciales para el desarrollo de las líneas de negocio, señala el boletín.

Es buena noticia que Arteaga Sahagún haya sido considerado parea ocupar ese puesto -por cierto, se lo tenía muy calladito, porque el nombramiento fue hace más de 20 días- también lo es, que se tome en cuenta a un local con experiencia para que lleve a cabo esa función porque tiene la ventaja de conocer perfectamente lugares, personas e idiosincrasia.

La columna La Bufadora -Por El Mosquito- del periódico El Vigía de Ensenada estará participando con nosotros en AFN, lo mismo que nuestra columna AFN Político, en ese importante medio