TIJUANA BC 9 DE MARZO DE 2022.-Al darse a conocer los más recientes avances en el caso del crimen del compañero Margarito Martínez Esquivel, y tras haber pasado el tema a un juez, entre otras cosas queda algo muy claro.

Sea o no responsable, directo o indirecto del crimen del fotoperiodista, el autoidentificado como "comunicador", Ángel Peña, lo que sí queda sumamente evidente, es que los señalamientos que de manera torpe e irresponsable lanzó en su enfrentamiento con el ahora occiso, fueron además de "clave", el detonante para la ejecución del compañero Martínez Esquivel.

Por lo que resultó de las investigaciones realizadas, se determinó que quienes se confabularon para asesinarlo, y aquel que disparó el arma homicida, lo hicieron seguros de que este compañero estaría entregando información sensible sobre sus existencias, sus vidas, sus familias, sus domicilios y sus relaciones, a un medio de esta ciudad, porque Margarito los conocía a todos; porque vivía en la misma colonia de ellos (donde lo asesinaron), y ellos lo conocían a la perfección, porque prácticamente crecieron juntos.

Y si ya tenían esa suposición, es evidente que lo confirmaron en sus torcidas mentes, cuando Peña, lo gritó en aquel enfrentamiento que sostuvo con el fotógrafo.

Peña, por difundir asuntos criminales, y supuestamente sin ningún "filtro", ha obtenido seguidores en importante cantidad, entre estos, numerosos delincuentes que ahí se informan de lo que está sucediendo, según algunos de los comentarios que luego se hacen.

 Entonces, para ellos ya no hubo duda de que Margarito Martínez era el "informante", y por lo tanto, había que asesinarlo, aunque nunca pudieron medir la repercusión que esto podría traer, por desconocer la historia de lo que sucede cuando un periodista es eliminado de esta forma.

Y lo ocurrido en el caso de Margarito, también va relacionado con lo sucedido con otro tema que hemos reiterado hasta el cansancio en este espacio: Por más que criterios internacionales establezcan que todo aquel que emita una opinión a través de medios convencionales, o los nuevos digitales: "es periodista", se confirma con el tema específico de Ángel Peña y Margarito, que no puede ser así, porque no solamente lo aprovechan algunos para delinquir, sino que también, con sus irresponsables opiniones emitidas (habladas o escritas), pueden provocar (como ya sucedió), la muerte de terceras personas y asesinatos como en el caso de Margarito.

Los periodistas sabemos muy bien hasta dónde podemos llegar y qué información podemos o no publicar para evitar daños a terceros, ya sea en sus personas, en las familias; en su integridad física, o en su vida, pero estos individuos, a los que se han empeñado algunos políticos y gobiernos en proteger de manera irresponsable, de ninguna manera lo saben.

O también esas autoridades y personas que insisten en darles protección ¿van a enfrentar la corresponsabilidad de un crimen como el de Margarito? 

Sí así es, pues... adelante.