Por: Marco Antonio Samaniego

TIJUANA BC 25 DE FEBRERO DE 2022.- Amanecer con noticias de guerra es poco alentador en todo sentido. Una vez más queda claro que los poderes de ciertas naciones buscan imponerse sobre otros, porque la amenaza  se convierte en un factor. Si Ucrania se suma a la OTAN, Rusia se siente amenazada. Por tanto decide atacar con el viejo y siempre utilizado tema de que van a liberar a  cierto sector. Estados Unidos lo hizo en Cuba, Haití, República Dominicana y ´por supuesto, en México. 

Siempre existe un interés superior y un argumento que justifica el uso de la violencia. Los estados nación y los nacionalismos, son una manifestación de que alguien ganó y  alguien perdió. No existe el todos ganan, sino el quien se impone sobre los otros por razones geopolíticas y estratégicas. El anarquismo buscó la revolución mundial para unir a todos los trabajadores, lo mismo que el socialismo, pero este mantenía la existencia de gobiernos que articularan la relación. Cada ideología, y en ella incluyo religiones,  nacionalismos así como a las visiones localistas, presume tener un mundo mejor para  alguien. Ya sea en esta tierra o en el cielo, pero  la constante es que alguien busca imponerse mediante la fuerza. Por eso existen fronteras que marcan territorios y que buscan definir límites en las relaciones. Me cuido al destruir algo y ofrezco algo a quien me apoye.  

Vladimir Putin ha dado un paso que puede marcar a miles de personas. El siglo XX es por mucho el momento en que más personas murieron por actos brutales, generados por mitos de superioridad racial o destinos  de dominio que supuestamente, llevaban a un predominio sobre otros. Millones perdieron la vida y aun se escriben libros y se culpan personas o países por haber desempeñado tal o cual papel en las terribles masacres. 

No hay buenos finales. Quienes ya murieron para este momento, el final ya sucedió.  Las cifras que empiecen a aparecer, cualquiera que sea, serán vistas y analizadas de una  nueva forma: las redes sociales. La sensibilidad hoy es diferente a otras guerras porque la imagen es casi inmediata. Ya tenemos escenas de destrucción, de ucranianos que se unen cantando unidos y de rusos que se oponen a ir la guerra. La pregunta es hasta dónde quienes proponen la guerra están dispuestos a llegar. Por lo pronto, avanzar significa solidaridades con los que han sido afectados por los ataques. El escenario para la unidad europea-estadounidense está en el lugar que se esperaba  y  la expectativa afecta los precios, los mercados y los temores. Salíamos de la pandemia (parece) y ahora regresamos  problemas de posible uso de armas de destrucción masiva. Los principales involucrados las tienen  y esperemos que no aparezcan para mostrar una vez más que matar a otros es parte de una lógica de guerra y negocios. 

Ante ello, la postura mexicana, todo indica, será argumentar la negociación como único medio de lograr acuerdos y sostener la libre autodeterminación de los pueblos. La frase, con un largo recorrido, es una de las que parece, estarán en el lenguaje, aunque es evidente que apoyar las acciones de la unión europea-estadounidense es el derrotero esperado. Los primeros ataques, nos ubican en condición de vulnerabilidad ante eventos que se gestan en otras partes del planeta pero que nos muestran que la peor pandemia sigue ahí: ejercer el poder a través de la violencia. 

Los humanos matan a los humanos por razones de espacio, recursos naturales y necesariamente dominio sobre otros. No  hay actos inhumanos, sino acciones planeadas y ejecutadas en condiciones de posibilidad. La capacidad de movilizar equipos, armas, bombas o de atacar a grandes distancias, es una forma de plantear que muchas palabras sobre la construcción de sociedad que se habían gestado en las últimas décadas se pueden ir a la basura.  Lo que nos espanta  es que personas semejantes a nosotros sean capaces de realizar actos atroces. 

La propuesta, es ahogar financieramente a Rusia, lo que va a llevar tiempo. Los ucranianos al parecer están decididos a luchar con las formas de resistencia propias de los países invadidos, con guerra de guerrillas y sostenerse con el apoyo moral internacional. Un escenario que significa que el país va a padecer por, cuando menos, varios meses.

Y que la atención va a estar ahí, porque Ucrania por su posición, es un factor decisivo para próximas décadas.  Esperemos que la tensión no lleve al mundo a escenarios como la guerra fría, cuando hubo momentos de tensión que colocaron al mundo al límite. Esperemos que la decisión de no enfrentar con el uso de la fuerza sea una solución y no un aplazamiento de trágicas consecuencias. 

Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor.