Por: Marco Antonio Samaniego

TIJUANA BC 29 DE OCTUBRE DE 2021.- La imagen de Enrique Peña Nieto, escondiéndose de la cámara, detrás de la modelo que es hoy su novia, ayuda a López Obrador.

Es un momento que por sí solo explica la condición de mostrar un pasado corrupto como la presentación de una nueva realidad. Muestra, de manera totalmente casual, que el anterior presidente goza de privilegios y recursos que, aunque sean de carácter legítimo, si es que lo son, vive con lujo y esplendor. 

Si la tesis cotidiana de López Obrador es que representa una diferencia presente/pasado, la imagen de Peña Nieto le cae como anillo al dedo, para evidenciar que el régimen es diferente. Cualquiera que vea la imagen, apoye a no a López Obrador, tiene ante sí a un hombre que primero se esconde y luego, ante la producción de evidencia, sale a tomar un taxi, a las puertas de un lujoso hotel. Los gritos de ratero, surge como parte de una imagen que será utilizada en numerosas ocasiones. Solo, Peña Nieto, proporcionó una imagen que alimenta el sentido de revancha. El régimen anterior produce esta evidencia, hoy se vive sin excesos de parte de los ocupantes del poder. 

Salinas de Gortari, terminó su sexenio y concluyó su relacion de pareja. De inmediato, se casó con otra mujer más joven y aquellos lazos familiares que se generaban para la televisión, quedaron en eso: era una pose sexenal. Era una foto que carecía de sustento. La presidencia requería de un estatuto, pero al dejar el cargo, no más. Zedillo, Fox, Calderón, mantuvieron sus relaciones sentimentales. Peña Nieto, en repetidas ocasiones, desde su candidatura, fue ubicado con una relacion enmarcada en una pose: Televisa le acercó a una actriz con un fin especifico. Una representación que, en el marco del entorno político, puede ser considerada valida, pero que términos reales es muy difícil de comprobar. En cualquier caso, el final del matrimonio se anunció repetidamente. Además, el escándalo de la llamada casa blanca, en poco tiempo, le cobró una factura al presidente. La esposa que, millonaria o no, podía pagar una mansión que, en el contexto de pobreza nacional, se presentó como un palacete propio de un magnate petrolero.

El adiós llegó de inmediato y el rostro de la modelo, novia del expresidente, apareció en numerosas revistas y diarios. Una diferencia de dos décadas de edad no los separa. 

Pero ubicados a las puertas de un lujoso hotel en Roma, en un hecho que en otro caso no sería destacable, en este, es inmensamente útil para la relacion que no necesita presentación. Un régimen obsoleto que robó dinero a manos llenas y que genera posibilidades excelsas para quienes sacaron provecho de ello: se compró una novia nueva y la pasea por las calles de Roma. En nuestro caso dejamos la idea de que es posible que la pareja de Peña Nieto no sea un el caso de una novia adquirida. Es posible que se trate de una relacion real, donde los sentimientos sean lo que tengan como centro la relacion. Sin embargo, eso es una posibilidad que escasamente se aborda. Aquí tratamos el efecto positivo para el presidente mexicano: sin mover un dedo, su tesis del antes/ hoy, se comprueba por una imagen totalmente aleatoria. Este ahora, ratifica las propuestas que se realizan para cambiar el país, más allá de que la reforma eléctrica sea atacada todos los días por diferentes actores sociales, particularmente del ámbito empresarial. 

 Bartlett, rico empresario poseedor de casas en varias partes del mundo – conocido por su anuncio de un sistema que se vino abajo – utiliza su retorica para convencer de las bondades de la reforma propuesta, pero su imagen sigue siendo motivo de burla: pertenece a ese pasado que robó a manos llenas y del cual fue defensor a ultranza. Su lugar en la historia política tiene un sello imborrable, pero sobrevive gracias a su relación con Lopez Obrador, quien, a pesar de cargar a un personaje de esa magnitud, sostiene una popularidad superior al 60%, envidiable para muchos mandatarios. 

La puerta de un hotel en Roma, se volvió un personaje de la vida política mexicana. Presentó su realidad en una relación de antes corruptos/ hoy impolutos, que funciona en las redes sociales para legitimar a López Obrador.  Le   otorgó una vez más, - un largo una vez más - un argumento que viene de las malas practicas y de las uñas afiladas para llenar bolsillos.  

No era necesario ver las imágenes para tener esa referencia, pero es un recordatorio de que el sistema tiene demasiados malos pasados. Muchos personajes a los cuales se les puede llamar a cuentas y que nuestro sistema, está montado en un escaso grupo que es legitimado por  la corrupción del pasado.. El Estado mexicano, pende de un hilo y se centra en un solo hombre que decide en muchos espacios sociales. Esto incluye el rostro de Bartlett como un reformista, cuando representa todos los males que se debían extirpar. La paradoja, es que entre más hoteles caros y puertas de Roma se exhiban, López Obrador se sostiene como la piedra angular de un sistema que parece ver al pasado, pero que, guste o no, es la única puerta funcional a un futuro que tiene muchas incertidumbres. 

Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor.