DESDE MI SOFÁ
Por: Obed Silva
TIJUANA BC 30 DE MAYO DE 2021.- El próximo domingo 6 de junio participaremos en la elección más grande en la historia política de México. No solo porque se elegirán 15 gubernaturas, 500 diputados federales y miles de cargos estatales y municipales sino porque el padrón electoral creció a 95 millones y en nuestro Estado asciende a 2 millones 921 mil 045 ciudadanos con derecho a votar.
De acuerdo con Miguel Ajenjo, columnista de El Economista, la elección 2021 será muy costosa pues se estima que la inversión será de 41 mil millones de pesos.
Cantidad que comparada con los 34 mil millones de pesos que se calcula costará vacunar a la población del país contra el Covid-19, refleja el altísimo precio que pagamos los mexicanos para poder elegir a nuestros representantes populares.
La magnitud y el costo de la elección en 2021 contrasta sensiblemente con la pequeñez con la que han actuado los partidos políticos.
El denominador común que distinguió a los partidos políticos en la contienda que está por concluir en Baja California fue; la actuación de saltimbanquis y oportunistas, la pleitesía a personajes "populares" y una desenfrenada proclividad por la propaganda negra.
El manejo sin escrúpulos de encuestas como publicidad engañosa y el pago de gacetillas y pautas en medios de comunicación social (privilegiadamente en Facebook), son las recetas fáciles que publicistas y asesores en marketing vendieron a los candidatos para llenarse los bolsillos en "temporada electoral".
Muy atrás quedaron las discusiones ideológicas, el contraste de ideas y programas para dar paso a la diatriba y a la descalificación.
Personajes que han encontrado un modus vivendi para hacerse famosos, se ofrecen como candidatos de cualquier partido bajo el disfraz de "ciudadanos". Buscando con ello engañar al elector presentando una falsa dicotomía entre "el ciudadano bueno" y "el político malo".
Cuando la elección de 2018 marcó un parteaguas en nuestra historia, muchos pronosticaron y siguen pronosticando, que nuestra sociedad "civilizada" y plagada de libertades está por llegar a su fin gracias a las malignas intenciones del nuevo fantasma que recorre el mundo; el populismo.
En este contexto, surgió la consigna que poco a poco se convirtió en un ruego que clama ¡Salvar a México!
Tiros y troyanos en la contienda electoral, afirman que en la elección de 2021 se juega el futuro eterno de la nación mexicana.
Como si la historia patria y la universal nos dijeran que algo de lo que la sociedad humana haya construido perdurará para siempre.
La estrategia de provocar el miedo a los ciudadanos, continúa siendo el plato fuerte y arma favorita de quienes carecen de propuestas innovadoras.
La vuelta al pasado como una oferta de cambio, es el espejismo con el que los panistas que gobernaron durante 30 años en Baja California, buscan "recuperar" el poder arrebatado en las urnas.
A través de diferentes partidos pero con los mismos propósitos, la derecha militante se desgañita llamando a la unidad nacional para Salvar a México, sin establecer con toda claridad de qué habría que salvarlo mientras que millones de mexicanos se despiertan todos los días con la esperanza de que alguien los salve a ellos.
La decisión al votar el próximo domingo no está entre "ciudadano bueno" o "político malo", ni entre quienes quieren salvar a México o quienes quieren hundirlo.
La decisión de nuestro voto está entre quienes queremos que se dé el salto histórico a una vida mejor para todos y entre quienes quieren mantener el status del pasado.
Tu, el próximo 6 de junio ¿de qué lado estarás?
NOMAS POR JODER:
Como un moderno caza vampiros, el destituido presidente estatal del Pri enterró una estaca en el corazón de su amado partido para sumergirlo en el sueño eterno.
¿Habrá alguien que pueda regresarlo a la vida?
Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor.
