Por: Marco Antonio Samaniego

TIJUANA BC 21 DE MAYO DE 2021.- Las elecciones en Baja California han registrado muy bajos índices de participación, sobre todo en los últimos procesos. Varias explicaciones se han vertido al respecto, dado que se ha llegado a cifras preocupantes, con apenas un 30% de los registrados en el padrón. Para esta elección, en dos semanas, algunos comentarios van en el mismo sentido, es decir, pocos votantes en las urnas. 

Las razones de ello son, entre otras, que existe un sobre registro, dado que la obtención de la credencia de elector es el principal instrumento de identificación para todos los procesos formales.    Por ello, quienes tienen como objetivo cruzar a Estados Unidos, se registran para luego, bajo diversos mecanismos, ausentarse.  Es decir, la alta movilidad que implica ser una ciudad fronteriza genera parte de esta condición. 

Otra razón, quizá la más importante, amplios sectores de la sociedad no consideran que la solución a sus problemas específicos esté en manos de la autoridad, sino que, son asuntos que deben de resolverse por sus propios medios.  Por supuesto, en las campañas, los candidatos de todos los numerosos partidos, que gastan dinero de todos, siempre aparecen rodeados de personas que indican cuales son sus preocupaciones principales, mientras el candidato escucha. “Cerca de la gente”, como se indica en los promocionales.  Estamos contigo, es el mensaje, dinos que hacer para que cuando llegue al cargo, te solucione el problema. 

Sin embargo, por más acciones de este tipo, es imposible que un candidato escuche a todos y que las soluciones sean integrales. Es decir, si se soluciona el tema de una colonia, implica que otras no   tendrán la misma respuesta de manera simultánea y tendrá que esperar, dado que no se puede actuar de manera en todas partes. No hay presupuesto ni personal para todo. Es decir, si el candidato llega al cargo, la respuesta no será inmediata ni para todos, aunque lo prometan. 

Por otra parte, si existe fidelidad a un candidato, determinado líder social va a platicar con A, no con B, o C, o D, o Z, y quienes estén identificados con él, al no tener respuesta, van a resignificar su participación. Es decir, la elección de 2021 está condicionada por pasadas elecciones y campañas en las que se identifica lo que sucedió en otras ocasiones. Por ello, un candidato no es sólo él, sino el imaginario que se ha construido a través de la actividad política del pasado. ¿Quién puede olvidar las manifestaciones en contra de las mujeres de Jorge Hank? Por ello no nos sorprende que esté en los medios que se refiriera despectivamente a Lupita Jones, la candidata que busca que la representación proporcional de diputados se incremente, dado que sus opciones de triunfo son inexistentes. 

 Así, el candidato depende de las experiencias previas y la respuesta que tiene frente a sí, en sus actos, va relacionado con la credibilidad que se ha obtenido. Es pues, un tema de legitimidad, en el cual los posibles votantes acuden ante un acto de confianza, del cual se va a desprender alguna política pública que va a beneficiar de alguna forma su entorno. Cuando esto no sucede, entonces el significado del acto tiene otro sentido. O ninguno. ¿Para que ir a votar si cualquiera es lo mismo? ¿Para qué perder el tiempo si todos son iguales? 

La idea de que nada va a cambiar es preocupante. Significa poca confianza entre el gobierno y los ciudadanos. Implica que existe un fracaso en la relación y que no hay confianza. Por ello, los dirigentes de los partidos buscan candidatos en los cuales exista una posible identificación y por tanto, tenemos candidatos que son boxeadores, luchadores, actores, cantantes, violadores reconocidos, hijas de violadores reconocidos e incluso, involucrados en grupos delictivos que logran generar confianza a través de los beneficios inmediatos que son capaces de ofrecer.   Es decir, la lógica está en que, si llegan, estarán con ellos los que sí saben de política para aconsejarlos y decirles qué hacer. ¿Cuáles son los beneficios que genero la Yaqui no sé que, o el Terrible quien sabe qué? (no me sé los nombres y no pienso buscarlos por que no se sabe qué hicieron en las curules). 

La abstención es un acto político, resultado de una forma de construir el Estado que no genera legitimidad. El hecho de que gane alguien que no sabe a lo que va, provoca que la idea de representación no exista. Y sin el partido A o B, logra representación en la legislatura, pronto, todos aquellos actores, luchadores, cantantes, afectan la credibilidad en la elección. Con ello, en el largo plazo, el ir a votar pierde sentido. El ciudadano no ejerce su derecho porque no le importa. Y el gobernante triunfador apenas ve legitimidad en su mandato. Así, los que saben de política logran recursos en sus partidos y la democracia sigue en espera de lograr ser significada entre quienes deben sentirse representados. 

Ojalá el 6 de junio de como resultado que estas palabras no debieron escribirse. Ojalá que tengamos un 50 o 60% de participación. Implicaría que existe confianza y legitimidad y por tanto que el compromiso es en ambos sentidos.  Pero si estamos en el 30%, muestra que es necesario reformar de inmediato un sistema de partidos que no genera confianza, que gasta dinero que no merece y que la reforma de Estado es impostergable. 

Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor.