Por: Marco Antonio Samaniego

TIJUANA BC 16 DE ABRIL DE 2021.- Escuchar a Félix Salgado Macedonio “defender” su propia causa tiene como resultado agradecer al INE por tomar una decisión que alguien debía tomar. Su “defensa” fue su tumba porque no se dio cuenta que sus palabras eran lo que todos sabían que iba a decir tarde o temprano; cavar un hoyo para que el toro, convertido en cordero, se refugiara en un triste escenario que nos involucra a todos:  sigue siendo senador. 

Organizar los eventos frente al INE (¿Cuánto costo?), ofrecer los tristes discursos que se pronunciaron, amenazar la vida de los consejeros, tener la arrogancia de decir que si no era candidato no habría elecciones en Guerrero y sentenciar a todo el sistema, incluidos todos los candidatos de su propio partido que hicieron su trabajo y se inscribieron de acuerdo con las reglas, muestra la calidad de un individuo que envalentonado ofrece un escenario lamentable. 

La paradoja es que esa misma institución, en 2018, bajo una condición en la que estamos, sometidos a una partidocracia, legitimó el triunfo del propio Salgado Macedonio. En ese momento, ante el triunfo de López Obrador, nadie volteó a ver a dicho senador. Era lo de menos. Un grano de arena en un mar de posibilidades que, con el paso del tiempo, genera reacciones de todo tipo. ¿Por qué el INE no era tan malo cuando le dieron su documento respectivo? 

En estos días seguirá en las noticias el mencionado personaje. Caminar por las calles, con la certeza de que las acusaciones por ser un violador están en espera. Si el tribunal le da la razón, estará ahí, si no, de todos modos, seguirá siendo exitoso en el marco de los beneficios de una estructura política que permite buscar cargos de un lado para otro y gastarse el dinero de los mexicanos en armar templetes y dar sentencias de muerte al sistema que lo sostiene. 

Aquí hemos apuntado que, si no se reforma el Estado, la 4T va a ser muy poco porque el problema de la estructura política va a seguir ahí, dándole paso a personajes de este nivel, que demuestran que no se trata de tener ideas, sino ocurrencias. Lo que importa es aventarse, con el dinero de todos, y aparecer en las notas sustentado en los recursos que le provee la institución a la que acusa. Porque sí, dinero para sus campañas, le ha sido entregado desde el INE, y con ese recurso, puede tener fuero que le permite hacer a un lado, sin explicar, las acusaciones de violación. 

Un círculo que sólo se puede calificar de vicioso. Te quejas de un sistema del cual eres beneficiario directo, y planteas destruirlo para beneficiarte de lo que te ha posibilitado ser quien eres. Mejor no puede ser, sobre todo con dinero que no es tuyo, sino de todos los mexicanos. Dicho de manera sencilla, Salgado Macedonio es por la posibilidad que le ofrece un sistema que apoya con recursos públicos a personajes que se lanzan sin tener idea a donde van. Paquita la del Barrio lo dijo muy claro, de esto no sé nada, pero me van a decir que hacer. Y ahí están muchos otros que son luchadores, cantantes, boxeadores, tenistas y cualquier profesión que permita ser medianamente conocido. Y aunque perdamos, con los votos que se logran, sobrevivimos y estamos en la boleta, pero, sobre todo, en el reparto de las prebendas. 

Dicho de manera sencilla, hay varios Salgados Macedonios circulando, sólo que este es más conocido – desde los ochenta – pero no por sus `propuestas, sino porque aventado como es, logra la foto, y esa es la que cuenta, no las ideas. Y si dan dinero, pues que se vengan a la política esos nombres que dan votos y presupuesto.  Y eso, lo vemos todos los días desde hace varias décadas, solo que ahora se nota más porque los medios electrónicos permiten gravar escenas que muestran el arribismo como una puntada, un a ver qué pasa, al cabo no es con mi dinero, total, los partidos así lo quieren. 

Eso es una democracia que sí tiene adjetivos, que avanza, pero no se desarrolla, que mantiene al grueso de los ciudadanos alejado de las urnas, que ve como algo que le toca, pero no le toca. En Baja California, de acuerdo con las últimas elecciones, apenas votó el 30% del padrón. Ojalá esto cambie, pero por lo pronto, buscar una explicación es indispensable y sobre todo, motivo de preocupación desde las instituciones vinculadas a ello. Los Salgados Macedonios son parte, y sólo parte de una explicación más compleja, pero si quitamos uno de los factores, se pueden atacar otros. 

Y sí, luego de todo lo que escuchamos de su boca, Salgado Macedonio, puede volver al cargo de senador de la republica y decidir sobre todos nosotros. Incluso puede votar por una reforma en el INE u otra organización, pero nos mostró que  el problema es un sistema que permite el arribismo de muchos salgados que deciden sobre lo que no entienden, y que como Paquita la del Barrio, van para hacer lo que les dicen los que saben. 

Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor.