*.- “La Corrupción es más probable que florezca en países donde los cimientos democráticos son débiles, y cómo lo hemos visto en muchos países, en donde los políticos populistas y dictadores la usan para obtener ventajas” Delia Ferreira Rubio

Por: Dr. Ismael Plascencia López 
Transparencia Internacional

TIJUANA BC 8 DE DICIEMBRE DE 2019.- El costo anual de la corrupción alcanzó los $3.6 trillones de dólares a nivel mundial en 2018 de acuerdo con las Naciones Unidas. La corrupción toma la forma de sobornos, malversación de fondos, lavado de dinero, evasión fiscal, nepotismo, influyentismo y amiguismo en la repartición de puesto por mencionar algunos.

Cualquiera que sea la forma de la corrupción, siempre será a expensas de alguien, lo que lleva a debilidad de las instituciones, menos niveles de prosperidad, falta de acceso a servicios básicos, menos empleo y mayores desastres ambientales. Los países más desarrollados son aquellos con Instituciones fuertes que disminuyen los actos de corrupción, castigando los actos y evitando la impunidad.

De acuerdo con Transparencia Internacional y a la encuesta que aplica a 162 mil adultos por todo el mundo, las Instituciones más corruptas son los representantes elegidos cómo diputados y senadores con 36% de las menciones y empatados con las corporaciones policiacas (36%), seguidos de servidores públicos (35%), ejecutivos de grandes corporaciones (34%) y gobiernos locales (33%).

En México, los ciudadanos le ofrecieron su voto de confianza al Presidente López Obrador por centrar su campaña en atacar la “Corrupción” que alcanzó niveles brutales en el sexenio de Peña Nieto y con la idiosincrasia del mexicano: “A diferencia del PAN en dónde sólo roban los de arriba, el PRI roba y deja robar…” o “el que no tranza no avanza” y representados por los casos de gobernadores que desviaron miles de millones de pesos destinados a salud, educación y obra pública con total impunidad, llegando al grado de dar agua pintada por quimioterapia a niños con cáncer en Veracruz.

De acuerdo con la Organización para al Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) la corrupción le cuesta a México el equivalente al 10 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), es decir, unos 92,760 millones de dólares en 2018. La corrupción afecta los índices de desarrollo humano, cuando una institución de salud se queda sin medicamentos disminuye la esperanza de vida de sus ciudadanos, cuando deja de construir escuelas en regiones rezagadas, impide que crezca el número de años de escolaridad promedio del mexicano que se ubica en 9.1 años (6 años de primaria y 3 de secundaria). 

Y cuando deja de construirse obra pública como caminos, carreteras, puentes, aeropuertos y puertos, se restringe el crecimiento económico que con Peña Nieto el PIB per cápita (todo lo que se produce en la economía dividido entre el número de sus habitantes) cayó 10 por ciento a $9,715 dólares anuales.

México ocupa el vergonzoso lugar número 138 de 180 países a nivel mundial. El presidente continúa con su bandera anticorrupción y reitera su rechazo al influyentismo, el amiguismo, o el nepotismo, esperemos si los representantes de la cámara de diputados y senadores, los gobernadores y los funcionarios públicos respaldan las palabras del presidente con sus actos y conduciéndose de forma responsable y solidaria con la confianza que depositaron millones de mexicanos en todo el país.

Mientras tanto, el 83 por ciento de los tijuanenses se sienten inseguros y el 60 por ciento no confía en las corporaciones policiacas municipales para que les brinden seguridad o puedan recurrir a ellos en caso de robos, extorsiones o secuestros. La seguridad es tarea de todos y empieza con el ataque a la corrupción. López Obrador ha sido reiterativo al decir que las escaleras se barren de arriba hacia abajo. Por el bien de México, de los mexicanos y de las generaciones futuras, esperemos que así sea.

Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor.