TIJUANA 25 DE JUNIO 2018Jamás me había aburrido un colombiano hablando de cualquiera de los temas que más me apasionan. De literatura o de futbol. Hasta de música. Su riqueza de lenguaje, la cadencia de su acento, los discursos articulados, la retórica hipnótica. Y entonces el Profe Osorio contratado por la federación de México (país reconocido en el mundo más por sus telenovelas y películas de charros que por su futbol), con el sustento de los campeonatos locales ganados con clubes de su país. Por la televisión dicen que es un gran tipo, una persona educada, atenta y culta, que soporta la crítica con madurez y sapiencia. Su facha de tipo bonachón colabora, coincide con esas versiones, también soportadas por la descripción que de su trabajo hacen los jugadores convocados por él desde noviembre de 2015. Un genio, dicen algunos. Y no es que no me simpatice. Me aburre. Sus extraños juegos de palabras, rebuscados. El futbol visto diferente y explicado peor. La eliminatoria y pasarla caminando (cierto, con Costa Rica y Panamá, dos de las miserias del mundial ruso como los cómplices menos incompetentes durante aquella inmaculada disputa regional). Copa América Centenario y el juegazo contra Uruguay y el ridículo contra Chile. Copa Confederaciones y el juegazo contra la Portugal de Cristiano y el ridículo contra Alemania. Las rotaciones y las ciento y pico de alineaciones diferentes. Ningún contención en la lista.
Tampoco laterales. Un 9 de extremo. Un extremo de lateral. Un ocho de contención. Un central de lateral. Él solitario y en cuclillas, pasmado en la zona técnica desde la desgracia de los encuentros a eliminación directa, apuntes en rojo y azul. Aquella vez de visita en Tijuana con el montón de micrófonos y cámaras encima, y reporteros disparando preguntas, y él divagando, hablando mucho y diciendo nada. El Azteca al unísono reprobándolo en el examen final previo a la turbulenta escala danesa, última en camino a Rusia. Contadas voces a su favor. Rechazo cercano a la unanimidad. Y de repente mi boca y la de (casi) todos, callada. El Profe Osorio como maestro a la hora de la verdad: 1-0 sobre Alemania y 2-1 sobre Corea del Sur. Seis puntos para empezar la copa mundial de Rusia (que a partir de mañana habrá rebasado la mitad del camino después de la demostración los paisanos del seleccionador de México por tres a cero sobre Polonia, seguida de la goleada inglesa a Panamá y el empate entre japoneses y senegaleses). Por hoy, el futuro depende de él y sus futbolistas. Una victoria o un empate el miércoles contra Suecia y el romance habrá de vivir sus mejores momentos, los de mayor pasión, enamoramiento. Una derrota y todo habrá servido de nada. El Profe Osorio, el aburrido Profe Osorio, entre la adopción y el destierro, está por hacer historia, para bien o para mal, en el país del melodrama.
*El autor es colaborador de AGP Deportes.
