DIARIO HASTA LA FINAL (Día 10)
Por: Marco Antonio Domínguez Niebla

RUSIA 24 DE JUNIO DE 2018.- Esperando a Alemania. Sin claridad durante los primeros 25 minutos, una mano coreana ilumina el camino. Penal que Vela convierte, sereno, con maestría. El rival de menor historial dentro del grupo, sin embargo, no lo pone fácil. Llega, intenta con urgencia, también con sus limitaciones, pero en una contra, Chicharito resuelve con ese estilo letal que lo ha caracterizado desde que irrumpió en Europa con los Red Devils: Zapatazo retorcido y al fondo.

Osorio, el técnico al que ya muchos solicitan un perdón prematuro por haber dudado de él, mueve piezas, posición por posición, y resiste. Por Guardado, un Rafa Márquez sacado del geriátrico futbolístico. Por Vela, un Giovani metido con calzador para que pueda contar que jugó su tercera Copa del Mundo. Y por Chucky un oxigenado Tecatito. Los tres ya estaban en la cancha cuando el golazo coreano. Por fortuna quedaban segundos en el reloj. México ha vuelto a ganar en el mundial ruso. Y lo ha vuelto a hacer con justicia. Momento de festejar para los fanáticos. Aficionados e interesados en la copa, aún no, hay que mirar a la primera víctima de México, el campeón del mundo Alemania, sin puntos y sin margen de error frente a Suecia.

Segundo juego de la segunda jornada en el grupo de la muerte. Pasada la media hora, el tetracampeón se no halla en la cancha. Para empezar, penal perdonado a Boateng, extraviado en el fondo alemán. Pero los suecos, a diferencia del árbitro, no perdonan y liquidan en la siguiente oportunidad. Lo hace Toivonen. Gol que pone al favorito contra las cuerdas. Medio tiempo con el defensor del título eliminado. México sigue festejando. La derrota germana es sinónimo de calificación mexicana. De regreso, el empate inmediato. Reus, a empujones, la pone en la red. México puede seguir festejando. El empate no basta aún a los alemanes para arrebatarle el lugar al equipo de Osorio. Suecia se echa atrás, muy atrás. Alemania no es la misma de hace cuatro años y desaprovecha, carente de aquella pegada fulminante padecida por los brasileños, anfitriones en 2014. Entonces, Boateng lo vuelve a hacer. Parece salirse con la suya nuevamente. Amonestado, se lleva puesto a un sueco. El árbitro pita, pero su mano no va al bolsillo. Parece volver a salirse con la suya. El VAR avisa. Y el hombre de negro rectifica. Boateng es enviado a las regaderas.

Con diez durante los diez minutos restantes, Löw observa desde el banquillo mientras el tiempo corre, se extingue. México festeja, sigue dentro hasta el quinto minuto de tiempo agregado cuando se señala una falta al borde del área sueca. Kroos, el crack del Real Madrid, toma el balón, lo coloca, luego lo patea y lo cuelga del ángulo. Golazo. Alemania, al final, (sólo) tiene que ganar el último juego de la primera ronda ante la eliminada Corea del Sur para dejar atrás sus caóticos primeros 180 minutos mundialistas. En contraste, México y Suecia habrán de jugarse la vida entre sí. Cosa común para “Die Mannschaft”. También para sus rivales. Sentencias reincidentes cada mundial: Nunca des por muertos a los alemanes. Tampoco festejes antes de tiempo.

*El autor es colaborador de AGP Deportes.