Dejan morir de hambre a su hijo "por designio de Dios"
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Dejan morir de hambre a su hijo "por designio de Dios"

CIUDAD DE MÉXICO - martes 7 de marzo de 2017 - La Silla Rota.
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CIUDAD DE MÉXICO 7 DE MARZO DE 2017 (La Silla Rota).- Los padres de Alexandru Radita, un joven de 15 años que murió de hambre, fueron condenados por asesinato en primer grado y pasaran 25 años en prisión. Antes de morir, sus progenitores prefirieron rezar en lugar de llamar a un médico.
 
Según The Independent, en el año 2000, Alexandru de entonces 3 años, sufrió su primera crisis de salud. Sus padres lo llevaron a urgencias de un hospital en Columbia Británica, Cánada. Presentaba deshidratación, fiebre alta, debilidad. El dictamen de los doctores fue que era diabético de nacimiento.
 
Los doctores indicaron a los padres como debían tratar a su hijo, que medidas seguir para tratar su diabetes. Pero los Radita ignoraron las ordenes de los médicos, incluso la madre negó que su hijo estuviera enfermo.
 
A pesar de ser diabético, jamás recibió atención médica. El padre, Emil Radita, emigrante de origen rumano, decía que Dios lo iba a curar.
 
En 2004 Alexandru sufrió otra crisis hipoglucémica, lo llevaron a un hospital. Los médicos llamaron a servicios sociales e indicaron que los Radita no cuidaban de Alex. Las autoridades determinaron que el niño debía ser dado en adopción.
 
Fue adoptado por una familia que le daba los cuidados correctos, sin embargo, un juez dicto que el niño debía volver con su familia biológica ese mismo año.
 
Tanto el padre, Emil, como la madre, Rodica, eran fervientes creyentes en Dios, ambos católicos apostólicos romanos. Culpaban a los médicos de intentar separar a su familia,  pensaban que si los médicos volvían a ver a Alexandru, las autoridades se lo iban a llevar junto a sus otros siete hijos.
 
En 2013, doce años después de su primera crisis, el joven murió en casa. Cuando los forenses recogieron el cadáver, no lo podían creer, tan sólo pesaba 16 kilogramos. Todos los huesos de su cuerpo eran visibles, no tenía carne la cara, “era como una momia”.
 
La autopsia demostró que murió por una infección generalizada y por desnutrición extrema. Las autoridades comenzaron a investigar a sus padres y les acusaron de homicidio en primer grado.
 
En el juicio, los padres mostraron decenas de facturas de medicamentos contra la diabetes, tratando de demostrar que cuidaban de Alex. Pero la evidencia demostraba lo contrario, el joven murió de hambre a los 15 años. Además se descubrió que en las últimas horas de vida de Alex, sus padres se negaron a llamar a una ambulancia o a un servicio médico, en su lugar se pusieron a rezar esperando un milagro que nunca llegó.

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