Sídney 5 de noviembre de 2014 (lasillarota.com).-  Un cantinero en Australia experimentó lo que es vivir como millonario gracias a una falla en el sistema de cajeros automáticos de su banco.

Dan Saunders tuvo una vida de rico por cuatro meses y medio a partir de 2011, gastando en prostitutas de lujo, aviones privados, restaurantes exclusivos y en casinos.

En una entrevista exclusiva con Current Affairs, el hombre dio a conocer su hazaña donde relató que todo ocurrió en una noche de tragos con sus amigos.

Una noche de febrero de 2011, Saunders decidió ir al cajero para sacar dinero e irse con sus amigos. Al percatarse que contaba con 3 dólares en su cuenta, transfirió 200 dólares australianos desde su tarjeta de crédito.

La pantalla mostró que la transacción había sido cancelada pero en realidad el dinero si había pasado a su cuenta bancaria.

Con sus 200 dólares en la cartera, el joven regresó con sus amigos para seguir la fiesta. Esa misma noche el cantinero que ganaba 700 dólares a la semana, decidió ver si el truco funcionaba nuevamente.

Cuando vio que funcionó, hizo una transferencia por un total de 2 mil dólares, el límite de su tarjeta.

El error del banco fue que los cajeros automáticos se desconectaban durante cierto tiempo del día, la gente podía transferir dinero pero no obtener un saldo de sus cuentas, así que el dinero era retirado pero no era registrado en el sistema, ni cargado a la tarjeta de crédito.

Un par de semanas después, el hombre ya había transferido 20 mil dólares a su cuenta.

Cuando Saunders comenzó a apostar dentro del pub donde trabajaba, a los dueños se les hizo raro que lo hiciera en cantidades grandes, pronto comenzó a apostar en tan solo una noche más de lo que el negocio podría hacer en tres semanas, por lo que las sospechas sobre posible dinero sucio lo llevaron a su despido, e incluso su novia decidió terminarlo cuando supo que gastaba demasiado dinero.

Su vida de cantinero cambio a millonario tan sólo de hacer transacciones. Hasta mayo se había hecho dueño de 1.6 millones de dólares australianos.

El hombre se inventó identidades, a unos les dijo que era un jugador de póker, a otros que era un cirujano o un banquero.

En junio de ese año finalmente decidió terminar con su modus operandi y llamó al banco. Para entonces el banco ya había comenzado una investigación, por lo que le dijeron que no hablarían con él.

A la fecha el hombre se encuentra en libertad sin embargo, de  ser enjuiciado y encontrado culpable, Saunders podría enfrentas una pena de 10 años de prisión.