Otra carta a López Obrador
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Otra carta a López Obrador

TIJUANA BC - domingo 25 de febrero de 2024 - DORA ELENA CORTÉS.
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Dora Elena Cortés

TIJUANA BC 25 DE FEBRERO DE 2024 (AFN).- Le escribo otra carta, porque si mal no recuerdo, hace tiempo y por otro tema ya le había dirigido una que obviamente no leyó, como seguramente ocurrirá con esta, sin embargo, creo que es necesario entrar en el "diálogo circular" que usted tanto pondera.

En reciente "mañanera" en su intercambio de comentarios con la reportera de Univisión, Jessica Zermeño, usted decía -palabras más palabras menos- que los periodistas nos creemos una casta privilegiada; que sentimos estar "hechos a mano" y que no acostumbramos la autocrítica, que es algo que sugirió que aprendamos a hacer.

Le concedo cierta razón en esto que dice, porque efectivamente, estando en un medio como este también suele perderse un poco el piso y se llega a pensar que uno es hasta "la última Coca-Cola del desierto".

Hay muchos casos y ejemplos de eso y abundan las divas y divos y dives en nuestro gremio, pero también, créame cuando le digo, que de tiempo atrás, muchísimos periodistas en México venimos tratando de combatir eso; hacemos autocrítica; nos recordamos que somos tan humanos como el resto y tratamos de mantener los pies sobre la tierra, para poder seguir con esta tarea de apuntar aquello que consideramos que sería erróneo o dañino para la sociedad.

Revisar al poder es nuestra misión. Criticar lo que está equivocado, según nuestra opinión y no aplaudir lo que por obligación tienen que hacer.

Usted presume constantemente saber qué es el periodismo y conocer a los periodistas, tachándonos -a todos- de mercenarios, conservadores, aliados de los oligarcas y cuanto calificativo se le ocurre, a menos de que aceptemos sumarnos al "coro" de aplaudidores que tienen la Cuatro T y usted, aceptando a la vez, que sólo hay una palabra que vale en México y sólo una verdad, y que ambas están en posesión de su persona.

Si realmente nos conociera y supiera de cómo se hace el periodismo, habría entendido que lo que la jefa de corresponsales del New York Times en la Ciudad de México, Natalie Kitroeff hizo al enviarle el cuestionario que le mandó, fue buscar su posición acerca de datos en poder del diario y que serían motivo de uno, dos, tres o más reportajes, en los que desafortunadamente su nombre se involucra, y lo más sencillo era responderle que, por lo corto del término que le daban para hacerlo (si esa era la razón) le solicitaría otra fecha, o también hubiera sido deseable que le comentara que, en todo caso le respondería públicamente en la "mañanera" del día siguiente.

La comunicación directa de los periodistas, en los términos en que se manejó Natalie, obviamente le causó escozor, en virtud de que quienes nos dedicamos a esto, a diferencia de los seguidores, colaboradores o aplaudidores de los políticos en turno, no acostumbramos lisonjear a quienes están en los gobiernos, además de que siempre es difícil lidiar con el poder, y más cuando se solicitan comentarios sobre temas tan graves, por lo que lo más sencillo es lo más claro y directo. 

Usted, como cualquier otra persona requerida, tienen el derecho para responder sí darán contestación a las interrogantes -o no- y si lo harán Cuándo y en Qué condiciones.

También habría sabido que si su nombre apareció en investigaciones o declaraciones de personas señaladas como testigos, eso se convierte en una información obligada a seguir, porque se trata de quien dirige un país y que por lo tanto, las respuestas oficiales son difíciles de lograr, por lo que esto implica.

Sabría además que los reporteros no solamente se irían con dichos llanos de supuestos informantes, sino que habrían solicitado pruebas o indicios más claros y contundentes que probablemente, en un primer momento no se darán a conocer, y también estaría enterado de que elementos de esas agencias federales -que son las fuentes- cuentan con grabaciones, videos o documentos que no están autorizados para su publicación pero que tienen en su poder, para el momento adecuado.

Sabría además, si tuviera conocimiento sobre periodistas y medios de comunicación, que no se solicita autorización de los gobiernos para publicar, aunque eso les cause escozor o problemas, como pudiera ser a la administración del presidente Joe Biden con la del gobierno mexicano, que quiere mantener en armonía (por todo lo que se ha dicho) y que tiene que ver con las relaciones bilaterales, aunque los datos procedan de algunas de las agencias federales, que sí se manejan de manera autónoma.

Si conociera mucho más de la política, de lo cual usted y muchos de sus seguidores hacen alarde, recordaría (porque sí debe saberlo) que este tipo de informaciones que corresponden a investigaciones de varios años, empiezan a surgir en los últimos meses o el último año de una administración, porque bien saben que hacerlo antes no tiene ningún caso, porque se enfrentan a gobiernos poderosos.

Muy seguramente usted está enterado de cuántas ocasiones, funcionarios del gobierno de Estados Unidos alertaron a gobernantes mexicanos sobre supuestos nexos de políticos con el narcotráfico o crimen organizado, pero archivaron todo al percatarse de que los nombraban en cargos importantes, y volvían a retomar los asuntos cuando esos políticos ya estaban en las postrimerías de su poder.

Eso es lo que podría estar pasando en este momento. Y aclaro que no pretendo decir de ninguna manera que sea responsable de lo que se señala, ni tampoco que tenga vínculos con ese tipo de grupos, sin embargo, a varios periodistas -no solamente mexicanos sino de otras partes del mundo- les llama la atención que se esté aplicando una política de abrazos y no balazos contra esos criminales; que las matazones continúan; que se minimicen; que haya abogado por los familiares del Chapo Guzmán para que pudieran verlo en su reclusión en Estados Unidos; que hubiera ordenado la liberación del hijo del Chapo cuando el "culiacanazo" y que hubiese saludado a la madre del narcotraficante en una de sus visitas a Sinaloa, aunque para todo esto usted hubiera tenido una respuesta.

Por eso es que los periodistas consideran que el tema debe ser investigado, y hubiera sido mucho mejor que les respondiera de otra manera y no exhibiendo a la jefa de corresponsales de ese diario neoyorquino, porque como usted bien ha dicho y repetido en innumerables ocasiones: el que nada debe, nada
teme.

También, si conociera a los medios y a los periodistas, estaría cierto de que muy seguramente The New York Times tiene otros capítulos pendientes por revelar, y si no es así, seguramente estarán abundando en la información, lo que luego podría extenderse hacia otros medios internacionales al percatarse de la respuesta tan molesta que dio.

Y antes de despedirme quiero decirle que estoy de acuerdo con usted en que debemos seguir trabajando en lograr una autocrítica y que debemos "bajarle dos rayitas" a nuestra actuación, pero creo que en consecuencia, usted debería de bajarle otras tres.

Abrazos y no represalias por lo que le decimos.

PD.- Y hay que diferenciar entre periodistas y "periodistas".

PD1.- Lamentable, pero sobre todo preocupante, la respuesta que dio a la reportera Jessica Zermeño de Univision, porque usted juró el uno de diciembre 2018 "guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen".

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