TIJUANA BC 29 DE DICIEMBRE 2020 (AFN).- Quienes realizan disparos de arma de fuego durante los festejos de Año Nuevo, cometen una imprudencia que puede tener un costo fatal, afirmó la criminóloga Cristina Padilla, coordinadora del Instituto Regional de Investigaciones sobre Prevención y Participación Ciudadana de Baja California.

Por ello, dijo, es importante evitar este tipo de acciones, lo cual es una tarea compartida entre autoridades y la propia población, quienes deben crear conciencia sobre sus riesgos colaterales.

Externó su preocupación debido a que estas acciones de utilizar cohetes o disparar armas en Año Nuevo, es considerado como una tradición por algunas personas, lo cual no es así. 

Dijo que por ningún motivo deben realizarse disparos al aire, pues quien lo hace además de poner en riesgo su propia vida y la de los demás, incurre en la comisión de una conducta delictiva, y las posibles consecuencias quedarán siempre fuera de su alcance.

Para la coordinadora del Instituto Regional de investigaciones sobre Prevención, a pesar de los esfuerzos que año con año realizan los tres órdenes de gobierno para generar una cultura de prevención, existen algunas personas que se resisten a comprender la dimensión de la gravedad de los disparos al aire o el uso de cohetes en menores de edad.

“Las armas de fuego no son un juguete y el principio de la física señala que todo objeto que alcanza su velocidad y altura máxima, caerá a una velocidad mayor y de manera irregular”, señaló.

Expuso que en el alcance del proyectil y su ángulo de disparo se alcanzará su punto máximo, que pueden ser distancias por arriba de los 400 hasta los mil 500 metros, según su alcance, marca y peso de punta del proyectil, indicó. 

Precisó que los proyectiles llegarán al suelo con la misma velocidad con la que partieron del cañón de la pistola o del fusil.

Comentó que depende del arma y calibre, los alcances y velocidades, de mil 100 o mil 300 kilómetros por hora sin embargo, los riesgos seguirán siendo los mismos y las consecuencias pueden ser graves. 

Explicó que a medida que la bala asciende, va reduciendo su velocidad y disminuyendo, por tanto, su energía cinética, así como compensación, y adquiere energía potencial gravitatoria, asociada a la altura a la que se encuentra respecto de la posición de salida. 

Por ello, dijo, en el punto más alto de su trayectoria que puede ser entre 4.7 y 6.6 kilómetros aproximadamente, según los casos y la velocidad inicial, toda la energía cinética se ha transformado en energía potencial gravitatoria y el proyectil o comúnmente conocido como bala se detendrá donde su velocidad es nula, y entonces emprende el camino de vuelta o caída. 

Agregó que si el tiro es vertical, recorre el mismo camino siendo su trayectoria rectilínea, y puso como ejemplo que si el tiro tiene cierta inclinación de salida, la trayectoria resultará ser una parábola, así que cuando regresa al punto de partida su velocidad es prácticamente la misma que tenía cuando abandonó el cañón.

Exhortó a los cuerpos de seguridad y rescate estar muy atentos al a dichas acciones, pero de igual manera pidió a la ciudadanía tomar consciencia de dicha acción por demás riesgosa para los habitantes de una zona donde se presenta este tipo de conductas.