Ciudad de México 13 de febrero de 2015 (lasillarota.com).- Un funcionario de la Procuraduría General de la República (PGR) aprovechó su cargo para secuestrar a personas de altos recursos económicos que acudían a presentar denuncias a su oficina.

Julio Diego Velasco Muñoz, joven de 23 años de una familia dedicada al mármol, el pasado 9 de septiembre, acudió a las oficinas de la delegación de la Procuraduría General de la República en Guadalajara para denunciar la pérdida de su licencia piloto.

Después de 19 días, uno de los funcionarios que atendió durante la diligencia y que firmó su acta como testigo de asistencia lo secuestró, y luego lo mato de tres balazos en la cabeza.
El funcionario, Luis Felipe Molina García, quien fue contratado en la Delegación de la dependencia como profesional ejecutivo y que auxiliaba al Ministerio Público, pertenecía a una banda de plagiarios.

El sello característico de la banda era cobrar los rescates y después asesinar a las víctimas.
Luis Felipe y su tío Artemio Molina Soberanis, "El Moreno", idearon un plan que funcionó muy rápido: le "sembraron" una chica atractiva a Julio Diego para cazarlo.

Con base en la causa penal 560/2014-B, Oswaldo Israel Martínez Salas, "El Telu", compañero de la carrera de Derecho de Molina, convenció a Sandra Anahí Hernández Martínez de ser el anzuelo en este plagio. Una vez que la chica de 19 años aceptó la oferta por seducir a Julio Diego, el funcionario de la PGR le dio un celular con el número de su víctima. 

La banda de delincuentes: cobraron el secuestro en 3.5 millones de pesos y luego eliminaron al joven.

La policía de Jalisco detuvo Sandra Anahí, así como a "El Telu" y a Molina Soberanis, pero no al funcionario homicida, quien, con acceso a información reservada y contactos en la PGR, es prófugo de la justicia.

Cabe señalar, que este no fue el único secuestro que la banda cometió, ya que la PGR acreditó el secuestro de Alfonso Gerardo Lugo Cruz, otro  joven quien fue compañero de universidad de Molina y Martínez Salas, quienes lo plagiaron en agosto de 2014.

Por ese secuestro cobraron un rescate de 200 mil pesos y luego lo ejecutaron cerca de un balneario conocido como Los Camachos.