• La corrupción está desbordada
• Tijuana es una selva, dice presidente de Canaco
TIJUANA BC 01 DE FEBRERO DE 2017 (AFN). – El nivel de desorden, inseguridad y pérdida de valores ha convertido a Tijuana en una selva, dijo esta mañana el presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Gilberto Leyva Camacho, luego de expresar su preocupación por el comportamiento de los pepos, quienes “se portan como delincuentes”.
El dirigente del comercio organizado aseguró que esa agrupación ha registrado casos de comerciantes que son tratados como delincuentes, contra el espíritu de servicio que debería caracterizar a ese como a cualquier otro cuerpo policiaco.
“Necesitamos presionar más a las autoridades, la corrupción está desbordada”, señaló Leyva Camacho al hablar como invitado en el foro semanal de la Agrupación Política de Baja California, en donde abordó el tema de la seguridad pública y el problema que se vive en la zona centro de Tijuana, donde se trabaja actualmente para garantizar un blindaje contra la actividad delictiva.
Leyva se refirió específicamente al comportamiento de los elementos de la Policía Estatal Preventiva, que reiteradamente son señalados por cometer abusos contra la ciudadanía, y sobre los cuales se ha notificado constantemente al Secretario de Seguridad Pública del Estado.
“Se bajan y se portan como delincuentes”, agregó Leyva al describir el comportamiento prepotente de agentes de la PEP en su forma de abordar al ciudadano y concretamente a comerciantes afiliados a la Cámara. “La gente teme a los pepos, y eso no puede ser, el policía esta para cuidarnos, no para intimidarnos”, por eso Canaco actúa de inmediato ante cada abuso cometido del que tiene conocimiento o le afecta directamente.
La única forma de resolver de fondo esta problemática, es que la ciudadanía se involucre y participe de forma activa para presionar a los diferentes niveles de gobierno, pero también contribuyendo con un mejor comportamiento personal y colectivo que contribuye a poner orden.
En este contexto, añadió, también debe haber un espacio de conciencia en ciudadanos y gobiernos, para valorar, reconocer y apoyar a los integrantes de los cuerpos policiacos, dándoles garantías y protección para el desempeño profesional de su trabajo, para su futuro como seres humanos y el de sus familias.
“Los policías también son seres humanos, y cuando logremos eso, ellos van a cuidar su trabajo, difícilmente van a prestarse a cosas indebidas o poner en riesgo su carrera”, dijo finalmente.