TIJUANA BC 7 JUNIO 205.- En la actualidad, hemos logrado que las relaciones amorosas superen los límites del contacto físico a través de las relaciones virtuales. Solemos experimentarlas en espacios como redes sociales, aplicaciones de citas y plataformas de mensajería.
No obstante, un riesgo latente son las estafas en línea, las cuales contemplan una variedad de fraudes tanto emocionales como financieros.
Esto ha generado que muchos nos preguntemos: ¿cómo saber si el amor en la red es auténtico o si, por el contrario, hemos sido víctimas de un fraude?
La pandemia, el trabajo en línea y el incremento de la conectividad mundial han contribuido directamente en el auge de las relaciones virtuales. Hoy en día a muchos nos puede resultar completamente normal establecer una relación con alguien que no hemos visto.
Desafortunadamente, los estafadores han sabido aprovechar este fenómeno a su favor. Desde hacerse pasar por otras personas, hasta manipular a sus víctimas emocionalmente para conseguir dinero, favores o información acerca de ellas mismas.
A pesar de que cada situación puede ser única, existen ciertos patrones a los que podemos estar atentos para identificar una posible estafa romántica. Algunas de las señales que deberían hacer saltar nuestras alarmas son:
Si la persona con quien hablamos parece tener una vida perfecta, una historia trágica y un físico perfecto, debería generarnos desconfianza. Usualmente, los estafadores utilizan fotografías robadas de internet y perfiles minuciosamente diseñados para engañar a sus víctimas.
Él o ella se involucra emocionalmente muy rápido. Debemos estar atentos si en los primeros días o semanas de conversación surgen frases como “tú eres el amor de mi vida” o “nunca sentí algo así”.
Cuando tocamos el tema de vernos en persona, siempre existe una excusa. Puede ser acerca del trabajo o con emergencias familiares. Generalmente, el estafador siempre trata de mantener la relación únicamente en el medio digital.
Tarde o temprano nos llegará con una petición de ayuda. Podrían decir que el dinero es para el pasaje, para cubrir una emergencia o para desbloquear una cuenta bancaria. Esas historias suelen ser emotivas, inmediatas y diseñadas para que sintamos empatía.
Si tenemos cuidado y prestamos atención, detectaremos contradicciones en lo que nos cuentan. Cambios en los detalles, errores en la cronología o respuestas imprecisas son elementos claros de una mentira.
Para evitar ser víctimas de una estafa romántica, debemos combinar sentido común, educación digital y herramientas tecnológicas. Algunas de las medidas efectivas que podemos tomar para protegernos son:
Si tenemos dudas sobre la autenticidad de las fotografías que nos han enviado, podemos usar herramientas como Google Imágenes o TinEye para saber si provienen de otra web.
A veces, el hecho de estar en un proceso emocional hace que perdamos la objetividad. Para evitarlo, podemos contarle a algún amigo o familiar sobre la relación. Quizás una mirada externa, ajena a nuestros sentimientos, nos ayude a darnos cuenta de algo que no podamos ver.
Nunca enviemos información personal, bancaria o copias de documentos a una persona que no hemos conocido en persona.
Con las VPN (redes privadas virtuales) podemos proteger nuestra privacidad y ocultar nuestra ubicación. Estas herramientas son tan versátiles que hasta podemos instalar una Fire TV VPN en nuestro televisor para evitar el riesgo de que nos localicen o nos contacten de forma indeseada.
Si detectamos alguna señal de alarma emocional o no acaba de encajar algo en el proceso de comunicación con un posible estafador, no ignoremos nuestros instintos y actuemos:
Debemos dejar de responder de inmediato y bloquear a la persona de cualquier medio por el que pueda comunicarse con nosotros.
Muchas plataformas tienen departamentos encargados de seguridad cibernética que podrán recibir nuestro reporte de fraude.
Ser víctima de un fraude de estafa romántica puede hacernos sentir vergüenza, tristeza o desconfianza. Sin embargo, no estamos solos. Existen grupos de apoyo y profesionales que podrán ayudarnos a lidiar con esta experiencia.
Las relaciones a través de Internet no son malas en sí. Hay mucha gente que llega a enamorarse de verdad. El problema está en que siempre debemos permanecer atentos, informarnos y marcar el terreno al establecer una relación.
La confianza es muy importante, pero esta debe llegar poco a poco. No debemos dejarnos atrapar por palabras bonitas y promesas vacías