LA BUFADORA
El Mosquito

ENSENADA 26 DICIEMBRE 2025.- En los ecos de la Nochebuena, es necesario destacar un hecho, que por cotidiano suele pasar desapercibido, pero esta vez, la circunstancia de la fecha y el clima, rompieron paradigmas.

Se trata de los trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), del área operativa, de administración o el liderazgo, habrá que saberlo luego, pero por lo pronto, miles de familias sufrieron cortes de energía eléctrica por horas a causa de los inéditos vientos que derrumbaron árboles, y con ellos cables, postes y transformadores, que paralizaron actividades en, decíamos, miles de familias, por todos los puntos cardinales de la ciudad. 

El viento fue democrático, tomó sin distinción por colonias de la ciudad, de forma aleatoria. Otro tanto, habrá que decirlo, no sufrió el apagón. Incluso llegaron reportes de Tijuana, habida cuenta el mensaje de paisanos sin suministro de energía eléctrica a través de las redes sociales.

El tema es que, los vientos y la lluvia, aparentemente, eran el impedimento para que los trabajadores de la CFE pudieran hacer la reinstalación… pero como el violín de Paganini, ellos no pararon, su compromiso y profesionalismo se hizo patente.

El apagón detuvo el quehacer de las cenas en proceso, en 24 de Nochebuena, paró los WiFi y los mensajes alusivos a la fecha, los parabienes que nos inundan en buena hora, pero los trabajadores de la CFE no pararon.

La energía se restableció, a tiempo para continuar con la fecha, la memorable Nochebuena en los hogares ensenadenses. 

¿Cuál es el mensaje? ¿Que ése es su trabajo y su obligación?, Sí, lo es. Pero, ¿quién podría haber anticipado semejante demanda de trabajo en una de las fechas más importantes del año como para tener listo y dispuesto el equipo de rescate ante el vendaval de viento y tormenta?

Ellos lo hicieron. Trabajaron bajo la lluvia, en 24 de Nochebuena. 

Esta vez muy pocos, hicieron mucho para tantos.

Gracias a todos ellos, la vida continuó para los demás y hoy, miles pueden contar y recordar una Nochebuena.

Por eso es importante saber que siempre hay alguien a cargo.

Se reconoce y valora su trabajo.

Ecos de diciembre

Uno de los acontecimientos que más impresionaron al círculo rojo, entre ellos el gremio del periodismo -vamos a decir local-, fue el incidente del ahora ex director de comunicación Social del XXV Ayuntamiento de Ensenada, Edgar Lima y la directora del semanario Zeta, Adela Navarro Bello.

Un sobre con dinero, como regalo del Ayuntamiento/Alcaldesa, según la versión que deseen tomar, para la periodista más reconocida de Baja California en el contexto nacional.

Lejos de retomar los detalles del tema, por lo inverosímil, hay un aspecto que es importante recuperar.

Lo que es un hecho, hasta ahora incuestionable, es que llevaba dinero en un sobre para una periodista. 

También, que Lima llevaba a su hijo como acompañante al encuentro.

Por último, que de acuerdo con la reacción que describe Navarro, Lima aceptó el hecho, independientemente de quien lo hubiera enviado -muchos están seguros de que fue la alcaldesa Claudia Agatón Muñiz y sin duda deberán trabajar más y mejor para combatir esa narrativa-, para Lima era un hecho normal, aparentemente solo cumplió órdenes.

Dar como normal la entrega de dinero en efectivo a un o una periodista en presencia de su hijo, implica que la corrupción es un fenómeno que ha pasado a formar parte de la normalidad.

No puede entenderse de otra manera si para el encuentro se hace acompañar de quien, eso sí para la mayoría, representa lo más preciado de todo padre. 

Es esa normalidad la que debe prender las alertas en todas las oficinas públicas, porque esta creencia de utilizar el dinero público en ilegalidades, llevada al nivel de la normalidad, haría imposible aspirar a una sociedad como la deseamos.

Ese, de entre todos, es el problema mayor.

La normalidad de esos hechos que deberían condenarse y sancionarse, pero no como la cuerda que se revienta por lo más delgado, si no, al nivel que se tenga que llegar para que sea justicia. De otra forma, solo estaríamos hablando de chivos expiatorios. 

Saldo blanco

Gracias a los dispositivos de seguridad implementados por las autoridades municipales no hubo desgracias personales que lamentar durante la Nochebuena, y esperemos que esta positiva tendencia continúe hasta las celebraciones de Año Nuevo.

También sería ideal que este tipo de estrategias en la Dirección de Seguridad Pública Municipal, que encabeza Alejandro Monreal Noriega, fueran permanentes para que Ensenada vuelva a ser una ciudad tranquila y con calidad de vida. Si es posible hacerlo en fechas y eventos de elevada movilidad social,