"DESDE MI SOFÁ*
Por: Obed Silva
Al cierre del año, la conjunción de hechos internacionales y nacionales generan un escenario en el que se vislumbra la posibilidad de que la elección del 2027 no sea un “paseo por el parque” para Morena.
Los descalabros sufridos este año por partidos de izquierda en centro y sudamérica, la posibilidad de una guerra en Venezuela, el impulso al bloqueo de Cuba, la reedición de la “ley del garrote” y la amenaza de invasion a nuestro país, prenden focos amarillos para el futuro de la enclenque democracia mexicana.
El ambiente internacional incentiva para que en 2026 el anhelo de la derecha mexicana por regresar al poder del gobierno crezca, de ahí que sea previsible que refuercen su campaña de odio y mentiras para consolidar y acrecentar su clientela electoral.
En el otro flanco, al interior de Morena y en las corrientes políticas que simpatizan con la 4T, se desarrolla una discusión sobre la profundidad que debe tener la Transformación así como una fuerte lucha por los espacios de gobierno que se jugarán en 2027.
Contradicciones con sus aliados (PT y Verde) y la disputa interna en 2026 por las 17 gubernaturas, podrían provocar una división en Morena que lo conduciría a que en 2030 surgiera la posibilidad de un vuelco parecido al que vivió la izquierda este año en Honduras, Perú, Bolivia y Chile.
Analistas políticos pronostican que para 2026 los tres rubros de discordia dentro de Morena y con sus aliados serán; la eliminación de los plurinominales, la reducción del financiamiento público a partidos y la prohibición del nepotismo.
Los tres temas son parte de la reforma electoral impulsada por la Presidenta Claudia Sheinbaum y desde el interior de su partido hay quienes trabajan para boicotearlos.
Es muy probable que llegado el momento, nuestra Presidenta tenga que ceder a las presiones de quienes se aferran a sus privilegios a cambio de mantener para la segunda mitad de su sexenio, la mayoría calificada en la cámara federal de diputados.
En el contexto de la lucha política nacional para 2026, Baja California no es ajena a la asignación de las candidaturas, por lo que continuará siendo una ficha de negociación entre la cúpula morenista y la de sus aliados.
El cambalache de candidaturas de los 32 Estados entre uno y otro de los machuchones de la 4T, continuará siendo la regla general que pasará por encima de los intereses locales.
Por lo pronto y en la víspera del 2026, en nuestro terruño brotaron cómo hongos las “encuestadoras” que anuncian que tal o cual aspirante a la candidatura para la gubernatura de Baja California va arriba.
La modalidad impuesta por el padre de la 4T para definir candidaturas, se convirtió en la nueva industria de la propaganda electoral.
El mal presagio para 2026 es que en Baja California, con la venia de las autoridades electorales y de la “oposición”, los servidores públicos que aspiran a la candidatura “de la grande” gastan con frenesí millones de pesos en la difusión de su imagen.
Cómo decía AMLO; puede ser legal pero es inmoral.
NOMAS POR JODER:
De nada le sirvieron “25 años de profesionalismo”, al ex director de comunicación social del gobierno de Ensenada al tratar de sobornar a la co-directora del semanario Zeta.
Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor.