DESDE MI SOFÁ
Por: Obed Silva
TIJUANA BC 31 DE AGOSTO DE 2025.- Mañana lunes uno de septiembre la Presidenta de México Claudia Sheinmbaum Pardo, presentará ante el Congreso de la Unión su primer informe de Gobierno.
Hace muchos años, la obligación legal de informar el estado que guarda la administración pública federal era “el día del señor presidente”.
Con anticipación, se preparaba el escenario para rendir pleitesía al presidente en turno por lo que el informe era un evento que motivaba de todo tipo de interpretaciones, análisis y evaluaciones acerca del presidente, su familia y cercanos colaboradores.
Los comentaristas de la época tanto en radio, televisión y la prensa escrita se dedicaban a “leer entre líneas” para descifrar los misterios del pensamiento presidencial.
El “día del señor presidente” era narrado en cadena nacional mediante la transmisión en vivo de lo que el presidente comía en su desayuno, con quién se reunía, los gestos con algunos de sus colaboradores, aunados a los crípticos mensajes presidenciales, que eran desentrañados por los sesudos comentaristas de la tele.
Eran los tiempos en los que “el señor presidente” era un semidiós.
El largo recorrido desde los pinos, pasando por palacio nacional y de ahí al edificio de la cámara de diputados era narrado paso a paso.
Por las calles de la ciudad capital, “el señor presidente” transitaba en un carro descapotado saludando al pueblo que le aplaudía a su paso, mientras que de los techos de los edificios caían millones de papelitos de colores.
Con la sabiduría que le distinguió, Don Jesús Reyes Heroles dijo que en política la forma es fondo y “el día del señor presidente” era la viva expresión de un régimen político omnipotente y hegemónico. Muy acostumbrado a rendir culto al “líder de la revolución” en turno, similar al resto de los gobiernos dictatoriales de aquella época.
Al paso del tiempo, el ritual del informe presidencial se convirtió en una catarsis en la que la oposición en el Congreso de la Unión celebraba a su manera el rechazo a un vetusto régimen que se resistía a morir.
El día del señor presidente dejó de serlo y se tomó la decisión de enviar por escrito el informe del “estado que guarda la Nación”, evitando no solo el debate si no también el escarnio al que se sometía al señor presidente.
Uno de los personajes que jugaron un papel fundamental en las “catarsis del día del informe” fue ni más ni menos que Gerardo Fernández Noroña.
A la vuelta del tiempo, su historia personal le está cobrando la factura a “Noroña” y los porros priistas, añorando la vuelta al pasado, celebran “el día del presidente” mediante el asalto violento de la tribuna del Congreso de la Unión.
Retomando las sabías palabras de Don Jesús Reyes Heroles, la forma en que Alito y su pandilla operan en el Congreso de la Unión exhibe el fondo de lo que realmente son; una historia política que jamás se debe repetir en nuestra patria.
¿Y Zambada?
El delincuente confeso no reveló los nombres morenistas que la derecha en México anhela.
Hasta hoy, la única lista de narcopolíticos está integrada por el panista Genaro García Luna, ex secretario de seguridad del también panista Felipe Calderón.
NOMAS POR JODER:
El zafarrancho de BANDALITO en el Congreso de la Unión produjo una peligrosa euforia entre quienes ven a la violencia como la forma de resolver las diferencias.
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