PAN Y CIRCO

Por: Francisco Ruiz, RuHe.

Ahora que está tan de moda el tema del regreso del tricolor a Los Pinos, vienen a mi memoria algunas de las anécdotas más conocidas sobre el desempeño del partido más antiguo de México.

De las muchas controvertidas historias relacionadas con el Revolucionario Institucional y sus personajes existentes -la mayoría leyendas urbanas no comprobadas pero si voz por la voz del pueblo heredadas- he decidido dedicar este espacio al tema conocido como el "Quinazo".

Para aquellos que no son ávidos seguidores del acontecer político nacional, que no recuerdan, para quienes no se enteraron y/o tienen curiosidad por saber a qué me refiero con el término "Quinazo", les comparto la anécdota ocurrida durante el sexenio del doctor Carlos Salinas de Gortari.

A comienzos del año de 1989, recién tomaba posesión el nuevo titular del Ejecutivo Federal, cuando se suscitó el encarcelamiento del dirigente petrolero Joaquín Hernández Galicia, alias “La Quina”, el cual se rumoró que se trataba de una venganza debido a motivos políticos, ya que “La Quina” no guardó lealtad al PRI y desafió al gobierno de Miguel de la Madrid, pero sobre todo al sucesor, Carlos Salinas de Gortari aliándose con la oposición abiertamente contra las políticas privatizadoras del nuevo gobierno neoliberal.

Durante la detención del ex líder petrolero, hubo una agresiva irrupción por parte de las autoridades castrenses en su domicilio, acertando un fuerte golpe contra un “adversario” del entonces presidente Salinas; legitimando a través de un serie de imputaciones legales la detención del quien se convirtiera en un obstáculo necesario de sacar de la jugada por no convenir a los intereses del “Estado”.

En resumidas cuentas, para los que no están familiarizados con la terminología utilizada por el argot político, el término “Quinazo” es utilizado para señalar aquellas revanchas, venganzas o ajustes de cuentas políticos, de los hombres que ostentan el poder contra quienes les estorbaron para alcanzarlo.

Hago votos para que esta vieja práctica revanchista haya quedado sepultada en el pasado, y no sea –o haya sido- retomada en prejuicio de los opositores –incluidos los personajes del bando ganador- al regreso del PRI a Palacio Nacional.

POST SRIPTUM

Siempre es lamentable la pérdida de una vida humana, lo que le ocurrió al hijo de Humberto Moreira es indeseable para cualquier ser humano con escrúpulos, sin embargo anhelo que la aparatosa intervención de las autoridades estatales y federales no sólo se enfoquen en brindar tal asistencia a víctimas de renombre, sino que se hagan extensivas a cada una de las víctimas que padecen esta preocupante situación de inseguridad que prevalece en nuestro país. O acaso “¿también hay muertos de primera?”.

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