Procesos Políticos

Una característica muy clara en los gobiernos federales de 1982 a la fecha es que los presidentes y su equipo cercano –llámense secretarios de gobierno, asesores o colaboradores de confianza– poseen estudios de posgrado en universidades privadas y muchos de ellos provienen del mundo académico, principalmente del estadounidense y, en menor medida, del europeo.

Una vez terminado el sexenio, las posibilidades de los ex presidentes son claras: refugiarse en su alma mater o en una universidad de prestigio internacional para dar clases a las nuevas generaciones, incorporarse a organismos internacionales o a grandes empresas de la iniciativa privada, ser acreedores de cargos honoríficos dentro del gobierno, o abrir despachos de consultoría, buscando así asesorar a instituciones de todo tipo, entre otras cosas.

El perfil de los políticos al que hacemos referencia es conocido como “tecnócrata”, el cual surge de una antigua corriente llamada “tecnocracia”, es decir, “el gobierno de los técnicos”. Sin embargo, buscando matizar este concepto, podríamos decir que a partir del surgimiento de los gobiernos neoliberales en el mundo, se buscó privilegiar a políticos con este tipo de currículum para que tomaran las riendas en espacios clave del gobierno: la economía y la política social. En este sentido, parte de la formación de los nuevos cuadros que llevan a cabo los partidos políticos se da en el extranjero.

Como ejemplos, vale la pena destacar a los últimos tres ex presidentes emanados del PRI (Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo) y el éxito que éstos han tenido al reinsertarse en el mercado laboral una vez concluida su gestión.

Miguel de la Madrid estudió la carrera de Derecho en la UNAM, para posteriormente cursar un posgrado en Administración Pública en la Universidad de Harvard. Años más tarde retornó al país para ocupar cargos en los gobiernos de los ex presidentes Díaz Ordaz, Echeverría y López Portillo, convirtiéndose así en el sucesor de este último. Una vez finalizado su sexenio, Salinas de Gortari lo nombró director del Fondo de Cultura Económica (FCE) en 1990, cargo en el que permaneció durante una década.

Carlos Salinas de Gortari estudió la licenciatura en Economía en la UNAM. También cuenta con dos maestrías en Harvard, la primera en Administración Pública y la segunda en Economía Política. Su doctorado fue en Economía Política y Administración Pública en la misma institución estadounidense. Tras un sexenio polémico, manchado desde el inicio, Salinas mantuvo una vida de ida y vuelta al finalizar su mandato, ya que contaba con su residencia en el extranjero y venía ocasionalmente a México. En ese lapso de tiempo ha sido conferencista en importantes universidades de talla mundial, además de ser consultor ejecutivo del Grupo Dow Jones y tener publicados tres libros.

Ernesto Zedillo, quizás el más exitoso de los ex presidentes una vez habiendo abandonado el poder, estudió la carrera de economía en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y el doctorado en Ciencias Económicas en la Universidad de Yale. Su trayectoria post presidencial es amplia, ya que ha formado parte del consejo ejecutivo de empresas como Procter and Gamble, Alcoa, Union Pacific y Grupo Prisa. Es consejero de la Fundación Bill & Melinda Gates, director del Centro para el Estudio de la Globalización de la Universidad de Yale y ha participado en programas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que buscan impulsar el financiamiento a países subdesarrollados. En 2003 recibió el Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Harvard.

A pesar de que Vicente Fox cuenta con estudios universitarios, no cabría dentro de esta categoría debido a que, de origen, cuenta con un perfil más empresarial que académico. Estudió la carrera de Administración de Empresas en la Universidad Iberoamericana, campus León, y cuenta con un diplomado en Alta Gerencia. La trayectoria de Fox se enmarca, principalmente, por su desempeño en el ámbito empresarial, ya que vivió un meteórico ascenso en la empresa Coca Cola, la cual lo llevó a convertirse en presidente de la división de América Latina en menos de 15 años. Ya en el retiro, Fox creó un centro que lleva por nombre su primer apellido. También es miembro del Club Madrid, el cual aglutina a varios ex presidentes, y ha sido conferencista en diversas partes del mundo.

A pesar de estas cuatro historias de éxito post presidencial, por llamarlas de alguna forma, Felipe Calderón no tiene el panorama sencillo cuando se aleje de Los Pinos. Formado en la en la Escuela Libre de Derecho, y contando con dos maestrías, una en Economía por el ITAM (institución de la cual fue profesor) y la otra en Administración Pública por la Escuela de Gobierno John F. Kennedy (conocida como la escuela “patito” de Harvard), parece que Calderón buscará reintegrarse al ámbito académico del que alguna vez fue parte.

Sin embargo, esta semana se publicó en The Texas Tribune que existe un movimiento opositor en la Universidad de Texas (UT), con sede en Austin, sobre la posible contratación de Calderón como profesor. Integrado por alumnos y organizaciones sociales, el pasado mes de septiembre se registró una protesta durante una conferencia a cargo del Secretario de Gobernación, Alejandro Poiré, en dicha universidad, en donde el rechazo a Calderón fue evidente, sobre todo por emprender una guerra contra el crimen organizado que ha cobrado miles de vidas.

Notas anteriores de periódicos estadounidenses revelaron el interés de Calderón por dictar cátedra en una universidad de aquel país, siendo la de Texas la más factible. Por su parte, los opositores ante tal posibilidad han recolectado firmas en el sitio web www.change.org para impedir que el futuro ex presidente ingrese a la planta académica del campus. No olvidemos que Calderón había expresado en meses anteriores su deseo de continuar viviendo en el país una vez finalizado su sexenio, sin embargo, al parecer sus intenciones son otras.

Es muy probable que Felipe Calderón no encuentre mayores dificultades administrativas para acomodarse como profesor en la Universidad de Texas o en cualquier otra universidad de renombre en Estados Unidos, o incluso, en el peor de los casos, establecerse en otro sector en los que se desempeñan los ex presidentes y a los cuales hicimos referencia al inicio de este espacio. Con un sueldo de 215 mil pesos mensuales que recibirá como ex presidente y con una probable estadía en el extranjero que lo aleje de los grandes problemas de seguridad que registra su estado natal, ésta será la primera ocasión en la que un ex presidente mexicano que, antes de dejar su cargo, haya recibido muestras de rechazo en el campo laboral al cual busca insertarse. Habrá que estar pendientes del desenlace de esta historia.

Abel Muñoz Pedraza es licenciado en Relaciones Internacionales por la UABC, maestro en Estudios Sociales con línea en Procesos Políticos por la UAM. Actualmente estudia el doctorado en Estudios Sociales con línea en Procesos Políticos en la misma institución. Correo electrónico: [email protected]Twitter: @abelmunozpedraz