Palco de Prensa
Por: Gilberto LAVENANT

En toda organización política y social, por citar algunas, existen individuos de amplio criterio, accesibles a negociar y a establecer consensos con quienes opinan diferente, pero también los hay radicales, aquellos de “línea dura”, intolerantes, inflexibles, que no cambian por nada, que resultan incómodos a su organización. Son peor –en mucho- a “una piedra en el zapato”.

Desde los años 60´s, en los movimientos estudiantiles, ya se identificaba perfectamente a ese tipo de individuos. Se les identificaba como “los enfermos”. Los enfermos mentales.

Eran audaces, sin importarles riesgos y participaban en cualquier tipo de movimiento social. Pasó el tiempo, y la mayoría de esos “enfermos”, continuó manejando los mismos esquemas. La mayoría quedaron rezagados, social y económicamente. Incluso ya adultos, continúan comportándose como jóvenes inquietos, inmaduros e intolerantes.

Este sábado estuvo en Tijuana, un político que tiene las características de esos “enfermos”. Se llama José Gerardo Rodolfo Fernández Noroña. Es relativamente jóven, tiene apenas 52 años. Cuando el movimiento estudiantil del 68, tenía solamente 8 años.

Es Sociólogo, diputado federal por el Partido del Trabajo. Desempeña un papel protagónico y polémico.  El 3 de febrero de 2011, colocó una manta en la Cámara de Diputados con la leyenda: “¿Tu dejarías a un borracho conducir tu auto? No, ¿verdad? ¿Y por qué lo dejas conducir el país?”.

Al día siguiente, la periodista Carmen Aristegui cuestionó en su programa radiofónico si el presidente Felipe Calderón tenía problemas de alcoholismo. Esta emisión provocó el despido de la conductora a través de un comunicado de prensa de MVS, el cual indicaba que la periodista había “transgredido” los códigos de ética de la empresa.

Sin embargo, 9 días después y presuntamente en respuesta a presiones por parte de la opinión pública, Joaquín Vargas, propietario de MVS Comunicaciones,  anunció el regreso de la conductora al espacio noticioso.

Un año y seis meses después, el gobierno de Felipe Calderón decidió retirar, a la citada empresa periodística, la conceción de la señal requerida para transmitir sus programas y para manejar otro tipo de servicios de comunicación. Una “tormenta” generada por Noroña, que sigue causando estragos.

Volviendo al hecho de su visita en esta frontera y a sus declaraciones a los periodistas, polémicas, como acostumbra, anunció su determinación de formar un nuevo partido "que abrace y rescate la independencia del país". Dijo que la cúpula perredista "no tiene compostura", fustigando el que sus líderes aceptaron que acatarían el fallo emitido por el Tribunal Electoral, que implicaría reconocer a Enrique Peña Nieto como el virtual presidente de México. Esto ayer en la explanada del Palacio Municipal.

Ahí anunció la organización de un nuevo partido político que denominaría Movimiento de Izquierda Libertaria. Dice que surgirá como una opción popular y pacífica. Esto no es nuevo, las llamadas izquierdas mexicanas están fraccionadas, porque cuando un grupúsculo se apodera del membrete de un partido, desplaza a quienes no se le someten.

Entonces, los disidentes deciden crear una nueva organización política, que puedan manejar o regentear a su gusto. Sobre todo, disponer libremente de los recursos públicos que el Instituto Federal Electoral destina para el funcionamiento de las organizaciones políticas.

Pore cierto, el financiamiento del IFE para los 7 partidos políticos nacionales, en este 2012, ascendió a 5 mil 142 millones 514 mil 887 pesos, de los cuales 3 mil 361 milllones 120 mil 841 pesos, fueron para el sostenimiento de las actividades ordinarias, 1 mil 680 millones 560 mil 420 pesos para gastos de campaña y 100 millones 833 mil 625 pesos, para actividades específicas.

Así es que eso de las divergencias políticas, no es meramente por cuestiones ideológicas, sino por el manejo de los recursos públicos. Además, el participar en las contiendas, les permite ostentar espacios en el Congreso de la Unión, lo que les representa jugosos ingresos, para seguir dedicados a la política.

Insistiendo en las actitudes polémicas de Fernández Noroña, que a sus 52 años le pintan como un “enfermo”, puede decirse, sin riesgo de equivocación, que es un tanto más extremista que el propio Andrés Manuel López Obrador, con quien rompió en marzo pasado, cuando el “peje”, en su estrategia amorosa, manifestó que perdonaba a Calderón.

Es de esos tipos incendiarios, capaces de resultar incómodos hasta para sus propios correligionarios. Su sola presencia en la entidad, es preocupante. El tipo de enfermedad que padece, es contagiosa.

Son peligrosos, porque bajo posturas populistas esconden sus avaricias y desvíos mentales. Son de los pocos que se atreven a fustigar a los gobernantes en turno y a los políticos en general, que no se someten a sus intereses.

Son tan nocivos, como los políticos corruptos y demagogos, y han hecho de la política su “modus viviendi”. Le cuestan enormes cantidades de dinero a los mexicanos. Son lo que se podría llamar unos zánganos.

Definitivamente, de tontos no tienen un pelo. Por el contrario, se pasan de “vivos”. En el caso de Noroña, su carrera política la inicio en 1988, siendo candidato a diputado por el Partido Mexicano Socialista.   

Como muchos otros políticos, Noroña, aunque “enfermo”, seguramente nunca ha sido asalariado, ni ha sabido lo que es cumplir una jornada laboral. Según ellos, su misión es velar por la democracia y ser defensores de los mexicanos.

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