LA BUFADORA
Por. – El Mosquito

(Foto Andrés Manuel López Obrador)

Debido a la presión que ejercen las “corcholatas” menos favorecidas de cara a la sucesión presidencial, es probable que muy pronto Morena decida establecer las reglas de su contienda interna para designar a su candidato(a) en 2024, pero que no sólo incluiría a los aspirantes a la posición que actualmente ocupa Andrés Manuel López Obrador, sino para todos los demás cargos -federales y locales- en disputa.

Aunque todavía faltan varios meses para que legalmente comience el proceso electoral, una de las exigencia de los morenistas que no laboran en los gobiernos federal, estatales y municipales, es que los funcionarios que aspiran a figurar en las boletas de votación renuncien a sus puestos con la suficiente anticipación, para que las condiciones de la competencia sean más parejas y no se incremente la percepción de que aprovechan su estancia en la administración para posicionarse, además de hacerlo con recursos públicos.

Pero aquí surge la pregunta: ¿cuántos funcionarios(as) públicos con la aspiración de ser candidatos tendrían la suficiente presencia mediática fuera del gobierno?, ¿cuál sería su verdadero respaldo social sin su cargo ni formar parte de la nómina?

(Foto Alejandro Arregui Ibarra)

En el caso de los ensenadenses nativos y por adopción que trabajan en gobierno y pretenden una candidatura suenan: Rocío López Gorosave, Jesús Alejandro Ruiz Uribe, Alejandro Arregui Ibarra, Juan Carpio Ascencio, Miriam Cano Núñez, Jorge Eduardo Vega Zamora, Norma Elvia Martínez Santos, Karla Pedrín Rembao, Mónica Vargas Núñez, Carlos Ibarra Aguiar y Ezequiel Gutiérrez Heredia.

El resto de suspirantes

(Foto Isaías Bertín Sandoval)

La lista se amplía en Morena, porque se deben incluir a los actuales regidores, diputados locales y federales, porque muchos buscarán la reelección o intentar alcanzar una posición mayor. Aquí entran Isaías Bertín Sandoval y Gerardo Novelo Osuna, quienes operan más en la Ciudad de México, donde radican sus influyentes padrinos políticos.

Y faltaría agregar a los representantes de los partidos aliados de López Obrador, que podrían quitarle varios espacios a los autodenominados “auténticos morenistas”.

Aliados ganones

Como lo hemos señalado en infinidad de veces en este espacio, los convenios de candidaturas comunes que firman el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y el Partido del Trabajo (PT) con Morena, siempre les resulta redituable, y las elecciones del domingo pasado en el Estado de México lo confirman.

Tras la jornada electoral, ambas fuerzas políticas crecieron y podrían alcanzar posiciones políticas en la próxima administración, que comenzará el próximo 16 de septiembre.

Derivado del convenio de coalición, el PVEM obtuvo 624 mil 392 sufragios, equivalentes al 10 por ciento de la votación, mientras que el PT sumó 460 mil 615 papeletas en su favor, equivalentes al 7.4 por ciento del total.

Este resultado en las urnas derivará en prerrogativas para el próximo año y eventualmente posiciones políticas en el próximo gobierno de Edomex, que terminará con la hegemonía del PRI en aquella entidad.

En las elecciones a gobernador de 2017, cuando ganó el priista Alfredo del Mazo Maza, la baja votación del PVEM y PT provocó que para el año siguiente se quedaran sin prerrogativas, pues no alcanzaron el tres por ciento de los sufragios que marca la normatividad electoral para tener ese derecho.

Pero en las elecciones a la gubernatura de este año, la forma en que se distribuyeron los votos fue elegida previamente por los mismos partidos de coalición y expresada en el convenio de candidatura común que se presentó ante las autoridades electorales de Edomex.

En ese documento se convino que de los primeros nueve puntos porcentuales de la votación valida emitida que obtuviera la candidatura común, los primeros tres puntos serían acreditados a Morena, los siguientes tres puntos porcentuales al Partido del Trabajo y los últimos tres puntos porcentuales acreditados al Partido Verde Ecologista de México.

Posteriormente, por cada punto porcentual adicional que obtuviera la candidatura común le correspondería el 73.5 por ciento a Morena, el 10.25 por ciento al Partido del Trabajo y el 16.25 por ciento al Verde.

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