DESDE MI SOFÁ
Por: Obed Silva

TIJUANA BC 02 DE OCTUBRE DE 2022.- La noticia corrió a la velocidad de la luz. Las redes sociales se inundaron con la información. Los políticos de oposición felices festejaron el hecho y se empezaron a sobar las manos augurando la caída de su odiado rival.

El presidente de los Estados Unidos de América, Joe Biden,  encendió el ánimo de sus rivales cuando el pasado jueves 29 de septiembre al pronunciar un discurso buscó entre los asistentes a una congresista fallecida hace varios meses.

De inmediato, los antagonistas del mandatario estadounidense lanzaron mensajes en redes sociales señalando el deterioro de su salud mental. 

"Joe Biden está completamente perdido en el escenario. Aterrador y triste”, tuiteó al instante un asesor del senador republicano y aspirante a la candidatura presidencial, Ted Cruz.

Algo similar sucedió con Vladimir Putin, cuando el jefe de la inteligencia militar ucraniana, Kyrylo Budanov, aseguró que el mandatario ruso; "se encuentra muy enfermo, con muy mala salud psicológica y física”, afirmando que por tal hecho es probable un relevo en la presidencia de Rusia.

Es evidente que la salud de los presidentes Joe Biden y Vladimir Putin es motivo de interés mundial con motivo a la añeja rivalidad política entre los Estados Unidos de América y Rusia sobre todo, con motivo de  la crisis internacional que ha provocado la invasión rusa a Ucrania.  

En este sentido, diversos medios de comunicación hacen especial énfasis sobre la salud de Biden al caerse de una bicicleta o si no atina la puerta de salida al retirarse de un evento.

En el caso de Putin, se esparcen rumores sobre el hecho de que los viajes del mandatario a su casa en el mar Negro coinciden con la llegada de médicos especialista en cáncer e incluso se afirma que el ruso se somete, cómo un moderno Dracula, a baños de sangre extraída de la cornamenta de ciervos siberianos.

En nuestro país, la salud del Presidente Andres Manuel López Obrador también ha sido motivo de noticia y amplio debate en los medios opositores a él.

Las anécdotas sobre sus manías, hábitos de comida o de ejercicio son escudriñadas para encontrar los secretos de una precaria salud del mandatario mexicano.

Si le entra duro a las garnachas, es motivo de diagnóstico médico. Si juega béisbol también, pues se duda que a su edad pueda. Si sube a un cerro, es pura faramalla pues se cansa al dar dos pasos. Si tiene un desorden de papeles en su escritorio, es síntoma de un padecimiento mental.  

La reciente noticia respecto de la salud del Presidente mexicano es que unos "hackers" bien astutos derribaron el blindaje informático de la SEDENA para acceder a expedientes ultrasecretos en los que descubrieron  que el Presidente padece de enfermedades de las que ya sabíamos que lo aquejan. 

La nueva "bomba mediática" de la oposición apoyada en hackers que se identifican como enemigos del socialismo y el comunismo, fue descubrir que AMLO sufre de enfermedades que el mismo Presidente de México ha reconocido padecer.

La posición de los adversarios tanto del Presidente estadounidense como del ruso y el mexicano, refleja una fuerte dosis de ingenuidad pues su estrategia mediática, de manera simplista, hace suponer que al morir la persona que aborrecen, desaparecerá en automático lo que representa.

NOMAS POR JODER:

Los opositores a AMLO no deberían de apresurarse en apostar a sus enfermedades pues en caso de que se ausentaré de manera definitiva podría ocupar su lugar un diputado del tipo de Noroña y ahí sí, sabrían lo que es "amar a Dios en tierra de indios".

Esta columna no refleja la opinión de Agencia Fronteriza de Noticias, sino que corresponde al punto de vista y libre expresión del autor.