*.-“Estoy bien. No fue mi avión”: Armando Muñoz

TIJUANA BC 24 DE FEBRERO DE 2020 (AFN).- Un avión ultraligero, que regularmente ofrecía recorridos aéreos en la playa La Misión, entre Rosarito y Ensenada, se desplomó provocando la muerte de su piloto y una joven turista, que según reportes preliminares provenía de Tijuana.

El Piloto y la joven pasajera, que según datos preliminares tendría 32 años, murieron instantáneamente, de tal suerte que los socorristas que arribaron a la escena no pudieron hacer nada para salvarles la vida.

La nave se dedicaba a ofrecer paseos aéreos en la zona de Playa La Misión, zona límite entre Ensenada y Rosarito, por un precio de 20 dólares, y como en otras zonas de la costa bajacaliforniana, formaba parte de los atractivos locales.

El accidente hizo pensar que la víctima pudo haber sido Armando Muñoz, un rescatista de larga trayectoria en la zona, propietario de un avión ultraligero, quien se apresuró a publicar en sus redes sociales, que el piloto era una persona distinta y la nave caída no era la suya.

“Fue una confusión de datos”, señaló Muñoz. “Estoy bien”, agregó el piloto, quien explicó que debido a problemas de salud que lo llevarán a someterse a una cirugía, dejó de volar, lo que por años ha sido una de sus pasiones, y que utilizó para apoyar tareas de rescate, principalmente de personas ahogadas o en riesgo de ahogarse.

A esa actividad se dedicaron él y el hoy ex Director de Protección Civil del Estado, Antonio Rosquillas Navarro durante una temporada en los años 90, por la facilidad para ubicar bañistas en aprietos y coordinar por radio el rescate con equipo de tierra

En esa época, explicó, aceptaron hacer algunos vuelos por los que cobraban, pero solamente para destinar ese fondo a las mismas tareas de rescate.

Muñoz, quien aprendió sobre dicha disciplina de un piloto francés y certificó sus habilidades, se dijo preocupado por la existencia de aparatos y personas dedicados a ofrecer vuelos turísticos, sin tener el reconocimiento adecuado.

Actualmente, esa actividad y el uso de ese tipo de equipos, son regulados por leyes federales y autoridades de la Dirección General de Aeronáutica Civil.