Tijuana BC 5 de marzo de 2015 (AFN).- La miomatosis uterina es una enfermedad exclusiva de las mujeres adolescentes y adultas de entre 30 y 40 años, que surge por la presencia de tumores benignos en la matriz y que puede provocar anemia en la mujer.

Por ello, es importante consultar al médico familiar si se sufre de intensos cólicos  y sangrados menstruales, informó Jesús González López, ginecólogo del Hospital de Gineco Oncología y Unidad de Medicina Familiar (HGO) número 7 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Tijuana.

Explicó que la incidencia de miomatosis en la adolescencia y postmenopausia es poco probable, sin embargo; en el embarazo puede ser mayor.

Los síntomas más comunes de este padecimiento son cambios en el sangrado menstrual -mayor cantidad o duración-, anemia, dolor pélvico, y en la parte baja de la espalda, molestias con la actividad sexual; incontinencia urinaria, estreñimiento, secreción vaginal constante, insuficiencia venosa en los miembros inferiores y en caso de estar embarazada, amenaza de aborto.

Mencionó que rara vez la miomatosis se convierte en tumores malignos, pero -es importante, dijo, atenderse a tiempo-, ya que puede traer graves consecuencias a la salud, como anemias severas.

El especialista del IMSS, manifestó que en el tratamiento para esta enfermedad, la relación médico-paciente es fundamental, pues en conjunto pueden encontrar la mejor opción para cada mujer, de acuerdo a su edad o sus deseos de tener hijos y conservar su sistema reproductor.

Recomendó consultar al médico familiar, a fin de llevar a cabo una valoración clínica y exploración por parte de un ginecólogo.

Aun cuando para algunas mujeres los sangrados prolongados con dolor en edad reproductiva parecen ser normales -advirtió el doctor González-, es importante acudir al médico, ya que puede  ser un aviso de la presencia de la miomatosis uterina, afección que puede poner en riesgo la vida por la gran cantidad de sangre que pierde.

Explicó que 60 por ciento de los casos de hemorragia, son ocasionados por este padecimiento que también puede asociarse a la presencia de infecciones por plamidia, bacteria de transmisión sexual; o a la formación de pólipos cervicales, formaciones de tejido benignas, cuyo tratamiento puede ser farmacológico.

Puntualizó,  que en casos extremos, si la enfermedad es ocasionada por miomas de diferentes tamaños que se forman en todas las capas del útero; y tanto el sangrado como el dolor son importantes, se debe recurrir a la cirugía para extirpar el útero.