*.- Afirma Carlos Barboza que debe perfeccionarse Ley reglamentaria electoral, para no inhibir la participación ciudadana
TIJUANA BC 31 DE JULIO DE 2015 (AFN).- El priísta Carlos Barboza Castillo manifestó que su actual apuesta política es por la democracia participativa, que va enfocada a la participación ciudadana como candidatos independientes, una modalidad que a su juicio "llegó para quedarse".
El abogado y actual presidente de la “Fundación por la Paz, ciudadanos comprometidos por la democracia”, organización que colocó espectaculares con su imagen en la vía pública, reconoció que a pesar de que proviene de la democracia representativa, que es la de los partidos políticos, actualmente se encuentra en una etapa evolutiva y su apuesta es por la participación ciudadana.
Señaló que ese es el trabajo que viene desempeñado está fundación, la cual es plural y donde hay personas con diferentes ideologías políticas, pero cuya tarea es implementar un proceso educativo cívico electoral.
Invitado a la sesión del Colegio de Abogados Emilio Rabasa, el político expuso sobre la nueva ley representativa de candidaturas independientes, la cual debe ser perfeccionada porque contiene algunos artículos que incluso son inconstitucionales e inhiben la inhiben la participación ciudadana, ya que obligan a quienes decidan participar a realizar un trabajo arduo de organización ciudadana o de lo contrario estas candidaturas corren el riesgo de perderse.
Cuestionado respecto a la opinión que podría generar al interior de su partido el hecho de su postura en torno al tema de las candidaturas independientes, dijo que eso no le preocupa porque siempre ha sido muy cuidadoso de separar lo el trabajo que realiza en su fundación con las posturas públicas, ya que se trata de una opinión académica y personal de convencimiento de que este tema llegó para quedarse a pesar de los partidos políticos.
Calificó de valiente la decisión del congreso de aprobar esta Ley, que aunque debe perfeccionarse, rompe con la hegemonía de los partidos políticos y abre la posibilidad de mayor participación ciudadana, que es la única receta contra el abstencionismo.